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jueves, 6 de septiembre de 2018

Cátedras de Pablo Adolfo Santa Cruz de la Vega

Parte II - TOMO 2

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TOMO 2
EL SIMBOLO SAGRADO DEL PASU
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A - Analogía gráfica de la “ley de evolución”.
Para evitar toda posible confusión sobre el objeto de este inciso, sintetizado en el título del epígrafe, hay que aclarar de entrada que el mismo NO SE REFIERE A UN SIMBOLO EN PARTICULAR QUE PODRIA “SER SAGRADO” PARA EL PASU, SINO A UNO QUE REPRESENTA AL PROPIO PASU; VALE DECIR, NO UN SIMBOLO ENTRE SIMBOLOS, SINO UNO QUE EXPRESA AL SI MISMO DEL ANIMAL HOMBRE.
Un símbolo tal ha de representar la esencia del pasú, es decir, el objetivo micro y macrocósmico de la finalidad, y, a su vez, ha de corresponder de algún modo a la esencia arquetípica de la suprafinalidad de los entes, en los cuales el pasú debe descubrir el designio y poner el sentido. Y semejante símbolo, por último, no ha de provenir del ámbito de la cultura externa, reconocido e introyectado en la estructura psíquica corno objeto cultural, sino que ha de ser capaz de manifestarse espontáneamente al sujeto anímico como puro reflejo interno de sí mismo, análogamente a esas imágenes de uno mismo que aparecen, sin buscarlas, en el mundo exterior, en el agua de un lago, en una gota de rocío, en un cristal o en el ojo de nuestro interlocutor. Es comprensible, pues, que este símbolo sea muy conocido y que, por representar al pasú, su aparición en la Historia de la cultura sea tanto más frecuente cuanto más retrocedamos en el tiempo, vale decir, cuanto más nos acerquemos al punto de máxima pureza del pasú, al momento en que se produjo, en el animal hombre, el encadenamiento espiritual. Por eso, en la actualidad, no costará mucho al virya perdido reconocer en este símbolo a la representación de su herencia genética de animal-hombre, a su “parte pasú”: siendo así, tan evidente, comenzaremos directamente por la explicación.
Para ello nos serviremos del símbolo auxiliar de la figura 40. Supongamos que los dos círculos representan los estados, inicial y final, o entelequial, de un Arquetipo: el círculo mayor corresponde al SER y el punto central al LLEGAR-A-SER, es decir, a la finalidad, a la perfección final o entelequia. El proceso del Arquetipo, con tal convención simbólica, solo puede consistir en un cambio continuo que transforme al círculo XX en el círculo X‘X‘. Pues bien, la Sabiduría Hiperbórea asegura que, hasta la llegada al Universo material de los Siddhas Traidores, el proceso de TODOS los Arquetipos universales se desarrollaba de acuerdo a una misma LEY, contenida en el DESIGNIO DEL CARACOL. Luego del encadenamiento espiritual, este comportamiento general de las leyes evolutivas ha cambiado en el caso del virya. La nueva situación es la siguiente: el Arquetipo universal del pasú, es decir, el Arquetipo Manú, continúa también desarrollándose de acuerdo a las leyes del designio caracol; en consecuencia, el hilo histórico del sujeto consciente sigue una trayectoria en espiral que, según se verá, se denomina CANINO DE ELIX; pero el Yo perdido, la expresión del Espíritu eterno que se halla sumido en el sujeto consciente, se desenvuelve desde el Origen siguiendo una ley paralela y esencialmente diferente al CAMINO DE ELIX, conocida corno CAMINO LABRELIX. En próximos artículos de este inciso se irán explicando tales leyes y su función en la técnica del encadenamiento espiritual; por ahora, comenzaremos por exponer de qué manera el proceso del arquetipo XX conduce a la entelequia X‘X‘.
Figura 40
La ley que rige todo proceso arquetípico ESTA ESCRITA EN EL DESIGNIO DEL CARACOL y por eso el problema planteado por la figura 40 se resuelve simbólicamente mediante la forma abstracta del caracol, es decir, mediante LA ESPIRAL, tal como se muestra en la figura 41. Sin embargo, esto no significa que todo proceso arquetípico ha de desarrollarse según una trayectoria en forma de espiral pues, EN EL DESIGNIO DEL CARACOL, en la serie de Arquetipos que constituye su plan, existen muchas otras formas de despliegue entelequial, distintas de la espiral pero LIGADAS ARMONICAMENTE A ELLA. De cualquier manera, la forma perfecta de la ley implica que el Arquetipo XX ha de tender hacia la entelequia X‘X‘ efectuando un movimiento en espiral. Con otras palabras: el Arquetipo XX, a impulso de su potencia formativa, se despliega continuamente y tiende hacia una perfección final; EL MOVIMIENTO CONTINUO EN QUE CONSISTE EL PROCESO SE CARACTERIZA PORQUE EL ARQUETIPO VA GIRANDO PERMANENTEMENTE EN TORNO DE LA ENTELEQUIA, ACERCANDOSE, TRAS CADA VUELTA, UN POCO MAS A SU PERFECCION; y dicho movimiento “entelequial” puede representarse, al final del proceso, mediante una espiral que una al círculo XX con el punto central X‘X‘, tal como se ve en la figura 41.
El hecho de que allí se haya dibujado una espiral logarítmica no tiene un significado particular pues podría haberse utilizado con el mismo fin cualquier otra espiral notable, algunas de las cuales están representadas analíticamente en la figura 42, o una espiral “natural”, semejante a la del caracol “nautilo” de la Era secundaria, cuyo desarrollo se basa en la serie de Fibonacci. En la figura 43 puede observarse al nautilo, ese digno contemporáneo del pasú primitivo, en un corte que muestra el espiral del caracol.
Figura 41

B - La espiral, símbolo sagrado.
Dejando de lado, pues, cuál fuera el tipo de espiral más adecuado para representar el proceso del Arquetipo XX, lo importante aquí es convenir en el hecho esencial de que el proceso se desarrolla según un movimiento espiriforme. Y este hecho ha de ser considerado de máxima importancia porque el “símbolo sagrado del pasú” es en todo semejante a la figura 41. Pero, vale la pena repetirlo, este símbolo sagrado solo representó al pasú HASTA EL MOMENTO DEL ENCADENAMIENTO ESPIRITUAL; a partir de entonces la evolución del virya se desarrolla según una doble ley, ELIX-LABRELIX, denominada “kármica” por los Siddhas Traidores. Sobre el “símbolo sagrada del pasú” hemos de hablar bastante aun, pero antes de seguir conviene aclarar las denominaciones que reciben corrientemente los elementos de la figura 41, la cual representa a dicho símbolo. El círculo exterior es análogo a un Arquetipo XX en el instante de su manifestación: representa el giro circular, perfecto pero potencial, en torno de la entelequia X‘X‘; el círculo XX representa, por lo tanto, también a la “esfera de conciencia” del pasú la cual gira al principio en torno del centro de sí mismo.
Figura 42

Figura 43
La entelequia X‘X‘, desde luego, es la perfección final del Arquetipo XX y corresponde análogamente al “centro de sí mismo” del pasú. Tenemos ahora la espiral, que representa el movimiento realizado por el Arquetipo XX para acercarse continuamente a su entelequia X‘X‘: a la espiral, definida como función del movimiento arquetípico, se la denomina LEY DE EVOLUCION ARQUETIPICA. Y volviendo a las analogías que guarda la figura 41 con la estructura psíquica del pasú figura 11b, podemos inferir que LA ESFERA DE CONCIENCIA (círculo xx) TIENDE AL CENTRO DE SI MISMO (círculo x‘x‘) MEDIANTE LA LEY DE EVOLUCION (espiral).
Comprobamos así que el símbolo de la figura 41 cumple con los requisitos propuestos al comienzo: representa la esencia del pasú, los objetivos micro y macrocósmicos de la finalidad, pues es la imagen analógica de la evolución arquetípica universal, tanto del pasú como de cualquier ente; y no proviene de las culturas externas sino de la estructura cultural, revelándose al sujeto consciente del pasú como un verdadero símbolo sagrado emergente.

C - El caracol y la serpiente.
Debemos reiterar que la espiral de la figura 41 solo representa al símbolo sagrado del pasú si su significado es el antes definido: LEY DE EVOLUCION ARQUETIPICA. Este concepto hay que tenerlo siempre presente por lo siguiente: UN SINIBOLO ESPIRIFORME SEMEJANTE AL DEL CARACOL EXISTE EN EL DESIGNIO DE LA SERPIENTE; EMPERO EL MISMO NO REPRESENTA A LA “LEY DE EVOLUCION ARQUETIPICA”, QUE RIGE LA “ENERGIA PSIQUICA”, SINO A LA LEY QUE DETERMINA EL MOVIMIENTO DE LA “ENERGIA VITAL”, MICRO Y MACROCOSMICA. Aunque a la mentalidad racionalista y profana pueda parecer asunto de la mayor trivialidad la posible confusión entre la espiral del, caracol y la espiral de la serpiente la Sabiduría Hiperbórea le concede gran importancia y recomienda expresamente su aclaración. Como la única manera de evitar la confusión entre dos conceptos es definir correctamente sus significados dedicaremos este artículo a esa tarea, pues la posible confusión del símbolo sagrado del pasú con otro símbolo sagrado tornaría incomprensible la explicación que daremos más adelante sobre el símbolo sagrado del virya.
El primer concepto que debemos definir es el de “POTENCIA ASTRAL”, es decir, el concepto de la “potencia” del mundo astral macrocósmico. Nos valdremos, para ello, de la analogía que ésta presenta con la potencia microcósmica definida en la “expresión energética del pasú”. Aquella expresión decía:
Potencia (W) . Tiempo Trascendente (TT) = Energía psíquica (EP)
(W.TT)=EP
La “potencia” aquí definida es “el substrato fundamental de todo símbolo psíquico”: “por ella los símbolos subsisten y se manifiestan” (página 67). Si en la expresión energética despejamos el término “potencia”, vamos a entender con más claridad las afirmaciones entre comillas; así:
W=(EP.TT)
(5)
Esta nueva expresión nos dice que LA POTENCIA (W) ES EQUIVALENTE () AL COCIENTE DE LA ENERGIA PSIQUICA (Ep) POR EL TIEMPO TRASCENDENTE (TT). Es evidente, pues, que el segundo miembro de (5), EpTt expresa el ACTO de la potencia. Ahora se entenderán mejor las afirmaciones anteriores: la potencia permite que un símbolo “subsista” en su forma (W) y hace posible que se “manifieste” bajo su forma (EP.TT) es decir, energéticamente: LA “NANIFESTACION” SEMICA DE LA POTENCIA (W) ES SU “ACTO” Vale decir:
En el artículo “D” (página 67) ya había sido expuesta tal conclusión: “los símbolos, del esquema o Relación, subsisten sostenidos por el substrato de su potencia (w); si un pensamiento mienta la relación, los símbolos se manifiestan con una determinada energía (EP.TT): tal ACTIVIDAD es también producto de la potencia (w)”. Y más adelante (página 76): “cuando la potencia impulsa al símbolo hacia la esfera de conciencia se efectúa en realidad su ACTIVACION ENERGETICA”. Tal energía (EP), por otra parte, “se caracteriza por el “movimiento” (emergencia y proceso), la “intensidad”, y la “dirección” (primera intención) (páginas 65 - 66 y artículo F‘, página 80).
La “potencia” microcósmica (w) que expresa (5) es, con toda precisión, POTENCIA DEL ALMA DEL PASU, o sea, POTENCIA ANIMICA DEL MICROCOSMOS. Mediante tal “potencia” el alma del pasú VITALIZA al organismo microcósmico y ANIMA a la estructura psíquica. Más claramente: la potencia del alma se manifiesta en el microcosmos de dos modos principales: como “energía vital”, para sostener la vida orgánica, y como “energía psíquica”, para animar las estructuras en las que debe actuar el sujeto.
Como sabernos, el macrocosmos viviente está animado por el Alma del Demiurgo, o “anima mundi”, la cual, análogamente, dispone de una capacidad POTENCIAL para llevar adelante su Plan: es la POTENCIA ASTRAL, equivalente a la potencia (w) del alma del pasú. Y tal “potencia astral” se manifiesta también mediante dos modos principales: como “energía vital del mundo astral” para sostener la vida de organismo macrocósmico y como “energía astral” para animar las superestructuras de los hechos culturales o de las culturas externas. Es evidente que la “energía astral” macrocósmica es análoga a la “energía psíquica” (EP) microcósmica, y que la “energía vital” macrocósmica es análoga a la “energía vital” microcósmica. Podemos ahora empezar a entender la afirmación inicial de este artículo: el designio del caracol expresa la “ley de evolución” que rige a la energía psíquica (Y A LA “ENERGIA ASTRAL” EQUIVALENTE) mientras que el designio de la serpiente expresa la ley (o las leyes) que rige a la energía vital micro y macrocósmica. Sin embargo con estas aclaraciones no queda salvada la posibilidad de confusión; por el contrario el asunto se torna cada vez más oscuro y se suscitan justos interrogantes; ¿cómo se debe entender que la ley de evolución “rige a la energía psíquica y a la energía astral”?, ¿qué significa concretamente que las “energías vitales” micro y macrocósmicas obedecen a “la ley expresada por el designio de la serpiente?, ¿por qué tales leyes se desprenden de dichos “designios” y no de otros? etc. Solo un examen a fondo de los conceptos de “potencia” (W) y “potencia astral” a la luz de las correspondencias micro y macrocósmicas, especialmente las expuestas en el comentario Décimo (página 207), nos permitirá ir hallando las respuesta.
Comencemos por la esfera de sombra. En tal “espacio analógico” del microcosmos subsiste la estructura cultural y ocurre la emergencia de los símbolos referidos a sí mismo: la característica esencial de todo símbolo emergente, según vimos en la Primera Parte, es la ENERGIA PSIQUICA. Análogamente a la esfera de sombra, regiones (a, b, c), figura 39, en el macrocosmos existe el mundo astral (A, B, C), en el cual subsisten las culturas exteriores y ocurre la emergencia de los hechos culturales referidos al umbral del sentido: ASI, LA CARACTERISTICA ESENCIAL DE TODO HECHO CULTURAL ES LA “ENERGIA ASTRAL”. Pero esta”energía externa”, que evidentemente es análoga a la energía psíquica interna, es una expresión particular de la potencia astral con que el Demiurgo anima el organismo macrocósmico: la “energía astral” que activa a un hecho cultural es solo una conformación arquetípica, una ordenación plasmática, que particulariza a un sector de la totalidad energética del macrocosmos viviente.
Esto quiere decir que, fuera de la energía astral que activa a la superestructura del hecho cultural, existen otros aspectos de la potencia astral del Demiurgo que se manifiestan, igualmente, en el mundo astral, aunque su función es animar las distintas estructuras del organismo macrocósmico. Más, según sabemos, en el microcosmos ocurre algo semejante pues la “energía psíquica” es solo una expresión particularizada de la potencia del alma del pasú una plasmación arquetípica que da lugar a todo término sémico de la esfera de sombra: pero, fuera de esta potencia (w) que subyace en todo símbolo psíquico o sistema, existen otros aspectos de la potencia del alma que se manifiestan, igualmente, en la esfera de sombra, aunque su función es animar las distintas estructuras del organismo microcósmico; por ejemplo, es también “de energía” el cuerpo astral, el cual posee un “canal ELIX” por el que circula la más sutil especie de energía astral, cual es la VOX del logos Kundalini: según se explica con detalle en otro inciso, en el cuerpo astral está plasmada TODA LA SERIE DE ESQUEMAS DE SI MISMO ANTERIORES, ES DECIR, DESARROLLADOS EN OTRAS VIDAS; tales esquemas se encuentran registrados en los chakras, que se cuentan por millones, y a todos los cuales une el canal ELIX; en los chakras, la energía se arremolina formando un vórtice que trasciende y se manifiesta funcionalmente en el organismo biológico del microcosmos: son los sujetos irracionales (ver figura 26); naturalmente, por ocurrir en la esfera de sombra, estos fenómenos especiales de la potencia del alma permanecen inconscientes, vale decir, son invisibles para el sujeto consciente.
Análogamente, son “inconscientes” aquellos aspectos de la potencia astral macrocósmica, fuera de la “energía astral”, que se manifiestan en el mundo astral, vale decir, son CULTURALNENTE INVISIBLES. Ello se debe a que tales formas astrales de energía no constituyen entes fácilmente perceptibles para el pasú y, por lo tanto, al desconocer su designio, no puede cumplir con el objetivo macrocósmico de “ponerles sentido”: por eso la mayoría de las especies de “energía vital” que animan las estructuras del macrocosmos viviente: reinos de la naturaleza, organismo planetario, solar, galáctico, etc., permanecen CULTURALMENTE INVISIBLES. Sin embargo ese conocimiento no está vedado al pasú y su ignorancia solo es atribuible a su falta de evolución: de allí que, cuando algunos pasúes o viryas perdidos alcanzan cierto grado de evolución y descubren el designio de alguna forma de energía o ente astral, a pesar de ponerles sentido no consiguen comunicar este hecho a sus contemporáneos, para quienes el ente continua siendo invisible; con otras palabras, debido a la falta de evolución de los miembros de la comunidad, el ente astral recientemente descubierto y proyectado, resulta Inaprensible y no puede ser integrado en la superestructura de la cultura externa como objeto cultural. Es en estos casos que, laboriosamente, la élite más evolucionada suele organizar una cultura externa especial denominada “esotérica” cuyo objetivo es sostener y perpetuar, pese a todo, los conceptos CULTURALMENTE INVISIBLES para el resto de la comunidad, conceptos a los que también se denomina, con toda justicia, SIMBOLOS SAGRADOS. Y, puesto que no es posible comunicar tales conceptos a todo el mundo la sociedad esotérica se ve en la penosa obligaci6n de localizar a los miembros de mayor evolución y a INICIARLOS en la comprensión de los símbolos sagrados. Se ve con claridad, pues, que los conceptos internos y el sentido externo, es decir, los objetos culturales, que maneja una sociedad esotérica solo son “secretos” por causa da la escasa evolución colectiva: porque los miembros de la comunidad no podrían comprenderlos de ninguna manera y, por el contrario, si les fuesen explicados, solo se lograría degradar los símbolos sagrados y tomarlos metafísicamente inoperantes.
El concepto de “potencia astral” se halla en situación semejante a tales “símbolos sagrados esotéricos” pues su significado no es fácilmente comprensible: solo lo entienden con claridad aquéllos cuya aguda mirada ha logrado traspasar las tinieblas del inconsciente colectivo real del macrocosmos, es decir, quienes se han asomado tras el Velo de Maya. Siendo que la “potencia astral” se manifiesta de dos modos principales, como la energía astral que activa un hecho cultural y como la energía vital que anima el organismo macrocósmico, sería interesante conocer el símbolo sagrado que representa ambos “conceptos esotéricos” y, de ser posible, obtener alguna explicación sobre su significado. Para esta cuestión, la Sabiduría Hiperbórea aporta dos respuestas separadas. Respuesta uno: en el primer caso, la “energía astral” activa al hecho cultural análogamente a como la “energía psíquica” activa a un símbolo I (figura 21), es decir, FORMALIZANDO SU ACTIVIDAD DE ACUERDO AL DESIGNIO DEL CARACOL; con otros términos: la “energía astral”, o “psíquica”, VARIA en función de la “ley de evolución cuya representación gráfica es la espiral de la figura 41. Respuesta dos: en el segundo caso, la “energía vital”, macro o microcósmica, FORMALIZA SU ACTIVIDAD SEGUN EL DESIGNIO DE LA SERPIENTE. Desde luego, estas respuestas, especialmente la última, requieren una explicación detallada. Es la que se ofrece a continuación.
Respuesta uno. Según vimos, existe un aspecto de la potencia astral del macrocosmos que se manifiesta en las superestructuras de hechos culturales y, particularmente, en los objetos culturales que la componen; esa “energía astral” guarda estricta correspondencia analógica con la energía psíquica en que consiste todo símbolo emergente I (figura 21); por lo tanto, si el hecho cultural es una emergencia arquetípica macrocósmica análoga a la emergencia de I en el microcosmos, su fuerza esencial, su poder fundamental, solo puede consistir en la “energía astral”. Con otras palabras: el hecho cultural es la forma exterior de una superestructura, la cual es manifestación de un Arquetipo psicoideo especial denominado “astral” (la teoría de los Arquetipos astrales como soporte de las superestructuras será desarrollada en el tomo quinto); los objetos culturales están en tales superestructuras religados e integrados en la forma total; pues bien, el sentido puesto en el ente, lo que hace de él un objeto cultural, es una forma proyectada; un signo externo activado por la “energía astral”; y, en una escala mayor, el conjunto de objetos culturales de una superestructura conforma por integración estructural un “sentido global” que determina y caracteriza al hecho cultural: consecuentemente, dicho “sentido global”, no es más que una enorme “forma cultural externa”, activada por la “energía astral” proveniente del ánima mundi.
Se comprueba así la precisión de las correspondencias analógicas pues tanto el “significado” de un símbolo I interno, como el “sentido” de un objeto cultural externo tienen un fundamento energético; el símbolo I de “energía psíquica” y el objeto cultural de “energía astral”. Pero la energía psíquica se caracteriza por ciertas notas entre las cuales se destacan “la emergencia”, o movimiento, “la intensidad”, y “la primera intención” o dirección referencial del movimiento. Análogamente, la energía astral que subyace en un hecho cultural u objeto cultural emergente, se caracteriza por ciertas notas, entre las cuales se destacan “la emergencia” o movimiento, “la intensidad”, y “el dolor” o dirección referencial del movimiento.
“Recordemos que el tránsito de un símbolo I -dijimos en la página 105- se compone de “emergencia”, hasta (Ψ1) y “proceso”, a partir de (Ψ1) (ver figura 39): en (Ψ1) concluye la emergencia y comienza el proceso entelequial”. Análogamente, un hecho cultural también “emerge” basta un nivel (Ψ1) (ver figura 39) a partir del cual despliega un “proceso” entelequial: Durante el mismo el hombre puede ser irreversiblemente capturado, según se explicó en el artículo ‗I‘ (página 104). Ahora bien, el movimiento completo de un símbolo I o de un hecho cultural, vale decir, “emergencia” más “proceso”, es un desplazamiento CONTINUO que “SE AJUSTA AL DESIGNIO DEL CARACOL” ¿qué significa esto? Respuesta: la trayectoria seguida por el símbolo I o por el hecho cultural, hasta el nivel de estabilización (Ψ1), o sea, la “emergencia”, SIEMPRE PUEDE REPRESENTARSE POR UN ARCO DE ESPIRAL. A partir del nivel (Ψ1), el símbolo I y el hecho cultural intentarán desarrollar su “proceso”: esto puede ocurrir o no, dependiendo de la energía volitiva que disponga el sujeto para impedirlo. Pero, si el “proceso” efectivamente tiene lugar, entonces el símbolo I o el hecho cultural se desplegarán en un movimiento evolutivo que puede representarse mediante una curva en espiral que tiende hacia un centro entelequial. En la figura 41 se ha señalado con un trazo más grueso la primera espira que es el arco representativo de la “emergencia” hasta (Ψ1); desde ese nivel se despliega el “proceso” hasta la entelequia central, pudiendo describir, durante tal movimiento evolutivo, varias vueltas continuas de espiral.
Resumiendo, LA ENERGIA, de un símbolo I o de un hecho cultural, varía durante el movimiento en función de la ley de evolución, de tal modo que la “emergencia” corresponde siempre a un arco de espiral, y el “proceso” a una espiral convergente sobre un centro entelequial. Antes de interpretar este sugestivo hecho, veamos la Respuesta pendiente.
Respuesta dos: Nos toca ahora examinar el caso en que la “potencia astral” se manifiesta como “energía vital” del macrocosmos. Conforme a lo adelantado, la actividad de tal energía “SE FORNALIZA SEGUN EL DESIGNIO DE LA SERPIENTE”. ¿Qué significa esto? Respuesta: que la energía vital, que anima las estructuras orgánicas del macrocosmos, varía según leyes que pueden representarse con formas provenientes del designio de la serpiente: LA ESPIRAL ES SOLO UNA DE LAS MULTIPLES LEYES EN FUNCION DE LAS CUALES PUEDE VARIAR LA ENERGIA VITAL. Del designio de la serpiente, en efecto, se infieren numerosas formas que rigen, y a las cuales se “ajustan”, las distintas expresiones naturales de la potencia astral.
Como el designio de la serpiente es de una complejidad muy grande, podemos intentar la comprensión de la respuesta anterior avanzando por inducción desde una idea más simple. Para ello consideremos solamente las formas más evidentes, y groseras, del designio de la serpiente, es decir, aquéllas que distinguimos con certeza en el movimiento de cualquier ofidio; es claro entonces que, además de la espiral, que es la forma abstracta de la serpiente cuando está “enrollada” o recogida sobre sí misma, es posible distinguir la “onda senoidal”, esto es, la forma abstracta de la serpiente cuando produce ondulaciones en forma de “ese” al desplazarse; pero la onda senoidal, o cosenoidal, según el análisis armónico de Fourier interviene en la composición de cualquier otra función periódica; esto es: aplicando dicho análisis matemático, toda onda periódica, por ejemplo, la onda triangular, cuadrada, pulsante, etc., se descompone en una suma de funciones senoidales y cosenoidales, las cuales son todas “armónicas”, es decir, ondas cuyo período es múltiplo o submúltiplo de una función senoidal, o cosenoidal, denominada “fundamental”; comprobamos así que, como no podía ser de otra manera, en aquel sector del designio de la serpiente más superficial, vale decir, el sector que conforma a los ofidios reales, existe una forma “fundamental”, u onda senoidal, de la cual se deducen infinitas formas o funciones matemáticas con las cuales se rige la variación energética de incontables fenómenos físicos: por ejemplo, la ENERGIA, lumínica, acústica, calórica, eléctrica, etc., es TRANSPORTADA a través de los diferentes medios por ONDAS CARACTERISTICAS, todas diferentes entre sí pero susceptibles de ser reducidas a “onda senoidal por análisis armónico; vemos, pues, que ciertas formas derivadas de un sector superficial del designio de la serpiente rigen la variación de formas superficiales, groseras, o físicas, de la energía. Extendiendo este concepto a las formas más sutiles de la energía, por ejemplo, a la “energía vital”, es posible comprender ahora la afirmación de la Sabiduría Hiperbórea: EN UN SECTOR MAS PROFUNDO DEL DESIGNIO DE LA SERPIENTE EXISTEN FORMAS A LAS CUALES SE AJUSTAN LAS VARIACIONES DE LA “ENERGIA VITAL”, TANTO DEL MICROCOSMOS COMO DEL MACROCOSMOS VIVIENTE.
En síntesis, la “energía vital” puede variar en función de una pluralidad de leyes, de las cuales “la espiral” es solo un caso singular. Para finalizar la Respuesta dos con un ejemplo vamos a referirnos a la energía vital del macrocosmos, a la que la Sabiduría Hiperbórea denomina también ENERGIA TELURICA porque interviene en la actividad vital del “cuerpo astral terrestre” o “doble astral de la Tierra”; dicha energía telúrica suele ser “vista” por clarividentes o zahoríes bajo muy diversas “formas”, confirmando así todo lo que hemos explicado: cae en PENDIENTE por canales o nadis terrestres; SERPENTEA sobre ríos; CONTORNEA yacimientos de distintas substancias físicas; se ARREMOLINA en las simas de los valles o en la cima de las montañas, penetra ONDULANDO en la profundidad de las cavernas; etc.
Luego de estudiar las Respuestas uno y dos sabemos que la energía astral que activa un hecho cultural, o la energía psíquica que activa un símbolo I, varían conforme a la “ley de evolución” representada por la espiral FIJA de la figura 41, ley contenida en el designio del caracol (Respuesta uno). Y sabemos también que la energía vital que anima el macrocosmos, Alma del Demiurgo, y la energía vital que anima el microcosmos, alma del pasú, varían de acuerdo a una PLURALIDAD de leyes cuyas formas están contenidas en el designio de la serpiente. Es claro, pues, que la ley de evolución está expresada por la espiral fija del designio del caracol y no por la espiral variable del designio de la serpiente. Empero, tal como se demostrará en el artículo “F‘, entre ambos designios existe una “relación Jerárquica”: el designio serpiente es de “grado menor” que el designio caracol, encontrándose contenido totalmente en el Plan de éste. Tal relación jerárquica causa que, por una parte, el esquema del designio serpiente constituya solo un concepto tajada del esquema o Relación que interpreta al designio caracol y que, por otra parte, constituya por sí mismo un esquema o Relación diferente, en tanto haya sido descubierto independientemente del designio caracol. Es fácil comprender que la confusión entre ambos conceptos se produce en gran medida por la “falsa connotación” es decir, por la asociación que el sujeto cultural suele establecer entre “significados contiguos”, en este caso entre las dos Relaciones diferentes del caracol, con su concepto tajada “serpiente”, y de la serpiente: al pensar a la serpiente como esquema o Relación, es decir, como sistema simple, se produce la confusión con el concepto tajada serpiente del esquema o Relación caracol. De acuerdo con lo visto en el artículo ‗H2‘ (página 52) la falsa connotación “ocurre porque las Relaciones adyacentes de la estructura cultural pueden estar sobre un mismo plano de significación: entonces resulta que los núcleos connotativos de ambos conceptos están conectados por el lenguaje común y connotan mutuamente sus significados. Claro que esta no es una verdadera connotación, es decir, el producto de la intersección de lenguajes, sino un DEFECTO del pensamiento racional ocasionado por la variedad de los límites del significado, que llegan a rozar los límites del significado contiguo. Cuando el pensamiento racional se concentra en un sistema, los límites del significado se definen nítidamente en el contexto significativo del concepto, sin llegar a rozar los conceptos adyacentes situados en el mismo plano de significación: entonces la única connotación posible es la que se produce por la intersección de lenguajes en el “núcleo connotativo del concepto”.
Aquí, la “vaguedad de los límites del significado”, es atribuible directamente al carácter esotérico del concepto de “energía astral”, tal como fue explicado en la Respuesta uno, y por eso es que hemos dedicado este artículo a su definición. La espiral del caracol es un concepto que no debería connotar verdaderamente al concepto de la espiral de la serpiente porque ambos conceptos pertenecen a Relaciones diferentes, a esquemas provenientes de distintos designios: el designio del caracol y el designio de la serpiente; aunque los planos de significación de estos conceptos, claro está, se intersectan también en el núcleo connotativo por causa de su relación Jerárquica.

D - Progreso, valor y jerarquía óntica.
Salvada la posibilidad de confusión es posible, ahora, a la luz del concepto de potencia astral que hemos definido, extraer una conclusión que explique los hechos expuestos en las Respuestas uno y dos. Vale decir ¿qué significa el hecho de que las energías astral y psíquica varían conforme a una ley de evolución contenida en el DESIGNIO DEL CARACOL y que las energías vitales macro y microcósmicas lo hagan de acuerdo a leyes contenidas en el DESIGNIO DE LA SERPIENTE? Respuesta: aunque recién será comprendido más adelante, significa que, entre el designio del caracol y el designio de la serpiente, existe una RELACION JERÁRQUICA.
Hay pocos temas, podemos estar seguros, tan espinosos como el que alude la respuesta anterior. El tema del designio, en efecto, es de los más esotéricos de la Sabiduría Hiperbórea lo que, en principio, dificulta la explicación; pero a ello hay que agregar la complejidad del concepto que define la ordenación de los designios, su “relación Jerárquica”. Hemos de aproximarnos, pues, a la comprensión de tal concepto con extrema cautela, adquiriendo previamente las nociones necesarias para su definición. Entre ellas se cuentan las de Progreso, valor y jerarquía óntica, que estudiaremos en este artículo, y la noción de “designio demiúrgico” que veremos en el próximo.

D1 - Progreso y valor de la evolución del ente.
En la figura 44 se ha representado una escala analógica que define el concepto de PROGRESO EVOLUTIVO para todo proceso arquetípico. Comprobamos así que el Arquetipo, en un PRINCIPIO, es potencial; esto es: cuando se halla en él plano arquetípico, AL PRINCIPIO DEL TIEMPO.
Figura 44
Pero el Arquetipo, como sabemos, se manifiesta en el plano material intentando actualizar su perfección en potencia: SU EVOLUCION PROGRESA, ENTONCES, HACIA LA ENTELEQUIA, HACIA LA PERFECCION FINAL. El progreso evolutivo avanza en el sentido del tiempo trascendente y por eso se lo puede dividir también en momentos; más tales MOMENTOS DEL PROGRESO, por definición, implican GRADOS DE PERFECCION. El desenvolvimiento del Arquetipo da lugar, así, a una ESCALA GRADUAL DE MOMENTOS PROGRESIVOS, que en la figura 44 se ha indicado desde el primero hasta el enésimo grado.
Razonemos ahora qué significan los grados del progreso. Desde el punto de vista del Plan cósmico la Intención del Demiurgo está dirigida a producir la evolución arquetípica, a favorecer el proceso entelequial: para el Demiurgo, el Bien consiste en que los Arquetipos se actualicen hasta concretar la entelequia. De modo que el progreso evolutivo apunta naturalmente hacia el Bien y, por eso; la “escala gradual de momentos progresivos” es una ESCALA DE VALOR: para el Demiurgo, el VALOR de un ente evolutivo aumenta al progresar hacia la entelequia; el valor es tanto mayor cuanto mas cerca se encuentra el ente de la perfección entelequial, cuanto más se acerque su forma a la del Arquetipo que lo inspira y sostiene; A MAYOR PROGRESO EVOLUTIVO MAYOR VALOR. En la figura 44, el 4º grado del progreso, por ejemplo, TIENE MAS VALOR que el 2° grado. Sintetizando, resulta que: AL CRECER EL ORDEN PROGRESIVO (1º, 2º, 3º, …, nº) CRECE EL VALOR, como consecuencia de que en esa dirección CRECE EL ACTO DEL ARQUETIPO. Todo esto desde el punto de vista del Demiurgo, vale decir, viendo el proceso desde el plano arquetípico.
Observemos ahora la escala del progreso desde un punto de vista opuesto, es decir, desde la manifestación del Arquetipo. Para ello consideremos un caso concreto, por ejemplo, un ente a cuya evolución corresponde un valor de 5º grado, y situémonos en su nivel, o sea, en el 5º lugar de la escala del progreso. Si miramos DESDE ALLI hacia el PRINCIPIO notaremos, como es obvio, que: AL DECRECER EL ORDEN PROGRESIVO (nº, ..., 3º, 2º, 1º) DECRECE LA ACTUALIDAD DEL ARQUETIPO; con otras palabras: “desde allí” se comprueba que, cuando el ente está en el 2º lugar, ello significa que el Arquetipo es MENOS ACTUAL que cuando está, por ejemplo, en el 3º. Pero este obvio principio, si es formulado de manera inversa, nos conduce a una conclusión de capital importancia. En efecto, lo que hemos comprobado desde el 5º lugar es ni más ni menos que: CUANDO DECRECE EL ORDEN PROGRESIVO (nº, ..., 3º, 2º, 1º) CRECE LA POTENCIA DEL ARQUETIPO PUESTA EN EL ENTE PARA EVOLUCIONAR.
La conclusión anterior, se basa en el concepto de que “potencia” y “acto” son aspectos complementarios de un mismo fenómeno, como “lleno” y “vacío”: al verter el contenido de ese recipiente el mismo va quedando MENOS lleno, y, por lo tanto, MAS VACIO. Como en el caso de lleno y vacío, la conclusión depende del punto de vista: al manifestarse en el ente el Arquetipo va PERDIENDO potencia a medida que se actualiza, que progresa hacia la entelequia; vale decir: A MAS ACTO MENOS POTENCIA. Pero también, con un punto de vista inverso; CUANDO DECRECE EL ACTO DEL ARQUETIPO EN UN ENTE, AUMENTA SU POTENCIA FORMATIVA. De aquí surge la conclusión anterior pues la disminución relativa del acto significa una disminución correlativa del valor en la escala del progreso, de manera tal que la disminución del valor queda ligada, inversamente, al aumento de la potencia: las variables analógicas “valor” y “potencia” son funciones inversas, al aumentar una disminuye la otra y viceversa.
Resumiendo, esta conclusión nos dice que EL VALOR DE UN ENTE VARIA EN RELACION INVERSA A LA POTENCIA FORMATIVA QUE IMPULSA SU EVOLUCION. Y ello es comprensible puesto que el máximo valor, la entelequia, coincide con la mínima potencia, ya que el Arquetipo es entonces TODO ACTO, una manifestación completa en el ente.

D2 - Determinación formal del ente.
Sabemos ahora que un ente con mayor potencia formativa, por ejemplo uno situado en 2º lugar en la escala del progreso, es menos valioso para el Demiurgo que otro que se encuentre, por ejemplo, situado en 3º lugar de la misma escala, cuya potencia es menor. Más, ¿dónde nos lleva esta ley? ¿qué efecto causa en el ente una “mayor potencia formativa”? Respuesta: A MAYOR POTENCIA FORMATIVA MAYOR DETERMINACION FORMAL. Esta respuesta la comprobamos “haciendo mínima la función”, es decir, yendo a un extremo de la escala para observar qué ocurre allí. El extremo apropiado para ello es, desde luego, la entelequia del Arquetipo, adonde el valor es máximo porque el ente es el acto completo, final, perfecto, del Arquetipo manifestado: allí la potencia es mínima y el acto máximo. Pero, un Arquetipo que es todo acto en un ente, una entelequia real y concreta ¿no es acaso un ente autónomo? ¿un ente ABSOLUTAMENTE INTDETERMINADO? ¿no estudiamos en la Primera Parte que la concreción de una entelequia implica la autonomía óntica? Porque, según la Sabiduría Hiperbórea, la determinación formal de todo ente depende de la potencia y no del acto, aunque ambos conceptos aludan a aspectos complementarios de un mismo ser; y esta prioridad de la potencia sobre el acto, para la determinación de los entes, se origina en la EXISTENCIA: EN EL ORDEN DE LA EXISTENCIA LA POTENCIA ES PRIMERO QUE EL ACTO; LOS ARQUETIPOS SON PRIMERO POTENTES Y LUEGO ACTUALES; LO ENTES SON ACTOS DE LOS ARQUETIPOS: PERO ACTOS DETERMINADOS A PRIORI POR LA POTENCIA FORMATIVA. Por eso, en la entelequia, cuando el Arquetipo es acto puro, y la potencia es mínima o no hay potencia, el ente experimenta una indeterminación absoluta: ES, no necesita LLEGAR A SER; no hay ya PLAN PARA HACER porque EL ES TODO EL SER; ES UN ENTE AUTONOMO.
Yendo ahora al otro extremo de la función, es decir, al principio de la escala del progreso, comprobamos que, contrariamente: LA POTENCIA ES MAXIMA, EL ACTO CASI INEXISTENTE, LA DETERMINACION FORMAL DEL ENTE ES ABSOLUTA, Y EL VALOR DEL ENTE NULO.

D3 - Jerarquía óntica.
La “escala gradual de momentos progresivos”, expuesta en la figura 44, asigna al ente un valor de acuerdo a su grado evolutivo, es decir, en función de la distancia evolutiva que lo separa de la entelequia: tal escala determina, pues una JERARQUIA ONTICA BASADA EN LA FINALIDAD. La comprobación no puede ofrecer dudas puesto que, en la escala del progreso, los entes de mayor grado son más valiosos que los de menor grado.

D4 - Progreso y ley de evolución.
Es útil advertir que la “escala gradual” de la figura 44 es una versión lineal de la “ley de evolución” de la figura 41: la espiral de la figura 41, en efecto, puede considerarse “rectificada” y representada en la figura 44 como la flecha que señala la dirección del “progreso evolutivo” del proceso arquetípico. Evidentemente, ambas figuras expresan el proceso del Arquetipo: la figura 41 “funcionalmente” y la figura 44 “analógicamente”. Y ambas figuras representan a la “ley de evolución” que rige tanto a la energía astral del macrocosmos como a la energía psíquica del microcosmos, conforme al designio del caracol.

D5 - Etica psicológica del pasú y Etica noológica del virya.
La “escala gradual de momentos progresivos” permite determinar, y comprender, el VALOR que los entes adquieren para el Demiurgo durante los procesos evolutivos. Esta validez de los entes, su comprensión, podría servir eficazmente como fundamento de una Etica, más ¿qué clase de Etica se obtendría de ese modo? Respuesta: Una “Etica demiúrgica es decir, una ciencia que describiese y explicase la Conducta del Demiurgo frente al “hecho natural”, constituido por “entes externos” superestructurados arquetípicamente, o frente al “hecho cultural”, integrado por “objetos culturales” y “hombres” superestructurados LOGICAMENTE. Una Etica tal sería una ciencia basada en la pluralidad óntica, para la cual el “sujeto moral” estaría representado por el Demiurgo, por sus “Aspectos” activos, y la “conducta moral” por la relación que esos Aspectos mantienen frente a los entes, objetos culturales y hombres. Naturalmente, la comprensión de semejante Etica supondría el conocimiento previo de los Planes cósmicos puesto que la Conducta demiúrgica se conforma con el desarrollo de tales Planes: comprender la Etica demiúrgica, pues, requeriría el dominio completo del Terrible Secreto de Maya; un conocimiento, un poder, que solo posee el Iniciado Hiperbóreo: Caballero Tirodal, Pontífice Hiperbóreo o Siddha Berserkr; Sin embargo, todo lo que existe en el macrocosmos se halla reflejado herméticamente en el microcosmos; a la Conducta del Demiurgo corresponde una “conducta anímica” en el pasú; a Sus Aspectos macrocósmicos corresponden “aspectos” microcósmicos: instintivo, emocional, racional, consciente, etc. Es posible, entonces, formalizar una “Etica pasú” que “describa y explique” su conducta frente al hecho moral; y esa “Etica pasú” será, claramente, un reflejo de la “Etica demiúrgica”. Esa “Etica pasú”, a la que la Sabiduría Hiperbórea denomina “Etica psicológica”, es la que hemos de definir aquí y la que opondremos más adelante a la Etica noológica del virya.
La “Etica pasú solo puede recibir la calificación de “psicológica” ya que la conducta del pasú es puramente anímica, vale decir, es expresión del alma, la cual se manifiesta en el microcosmos a través de una estructura PSIQUICA análoga a la representada en las figuras 11 y 11b. Por el contrario, la conducta del virya se rige por la acción del Yo, el cual es una “manifestación indirecta del Espíritu”, y por eso una Etica que formule su comportamiento moral no puede ser más que calificada de NOOLOGICA, es decir, de “espiritual”. Pero, no siendo el virya despierto el exponente de una personalidad conformada arquetípicamente, hay que advertir que no es tarea fácil describir y formular algo semejante a un “tipo moral ideal”, una figura a la que el virya perdido pueda adaptarse por imitación. La Etica noológica no propone, pues, un conjunto de rasgos morales que deban ser cultivados, o una persona moral a la que imitar, sino que describe en términos de la Estrategia Hiperbórea, cuál es la ACTITUD que el Yo perdido debe adoptar para conseguir la máxima orientación hacia el selbst, hacia el Yo despierto: dicha actitud es denominada por la Sabiduría Hiperbórea como graciosa luciférica, pero solo con muchas prevenciones puede ser considerada característica de un “tipo” pese a lo cual hablaremos largamente del “tipo gracioso luciférico”. Ello ocurre porque otras actitudes clásicas del virya perdido son indudablemente típicas, tales como la “actitud lúdica” y la “actitud sacralizante”, lo que nos permite situar la “actitud graciosa luciférica” en el extremo de una escala tipológica y referirnos a ella como una especie de tipo superior. No hay que insistir, desde luego, en lo equívoco de una tipología que incluye en su clasificación a un ser esencialmente inclasificable como es el virya despierto o el Siddha; no obstante, salvando lo paradójico del caso, en otro inciso será expuesta la Tipología Aberro, entre cuyos tipos se encuentra descripto el gracioso luciférico. Y la Etica noológica, la única verdaderamente espiritual, será así comprendida a la luz de la tipología Aberro, como contraste de un contexto ético global del virya perdido.
Pero el virya perdido es “un pasú con linaje hiperbóreo: solo mediante la Traición de los Siddhas Traidores, mediante el encadenamiento de los Espíritus Hiperbóreos, el pasú se convierte en virya perdido. De no ocurrir la Traición Blanca, el pasú debía ajustar su conducta moral a la Etica psicológica, expresión microcósmica de la Etica demiúrgica. Por eso, siendo LO PASU el substrato substancial del virya, ser esencialmente híbrido, no puede sorprender que la Tipología Aberro, en sus tipos inferiores, esté definida en base al concepto de la Etica psicológica del pasú y se la oponga a la Etica noológica del virya despierto: en el virya perdido LO ETICOPSICOLOGICO, determinado por el Arquetipo Manú, se opone a LO ETICONOOLOGICO que manifiesta el Espíritu; y de esa oposición, de esa tensión entre lo anímico y lo espiritual, de esa confrontación esencial librada en el seno de la sangre, surgen los “tipos” de virya perdido que describe y estudia la Tipología Aberro. Es evidente, así, la importancia que reviste contar con un concepto claro de la Etica psicológica del pasú
Más ¿por qué tal concepto ha de ser definido aquí? Respuesta: Porque el objetivo macrocósmico de la finalidad del pasú exige que éste sea “postor de sentido en los entes de macrocosmos”, entes cuya evolución se concreta de acuerdo a la “escala de momentos progresivos” que hemos expuesto y explicado en el presente inciso: el sentido puesto en el ente por el pasú, PARA SER ETICO Y CONCORDAR CON LA VOLUNTAD DEL DEMIURGO, DEBE CONFIRMAR EL VALOR UNIVERSAL DETERMINADO POR SU PROGRESO PARTICULAR. Pero el significado de esta frase en bastardilla recién será comprendido con amplitud cuando se lo interprete en relación con los conceptos de “universal” y “particular” que se definirán en el Inciso “E”.
De cualquier manera, lo que interesa aquí es destacar que la Etica psicológica es esencialmente TELEOLOGICA puesto que exige del pasú una actitud que confirme el VALOR POSITIVO de los entes, valor que éstos alcanzan en su evolución progresiva hacia la entelequia, es decir, hacia una FINALIDAD FUTURA. El PRINCIPIO TELEOLOGICO de la Etica psicológica nos permitirá exponer su característica fundamental.
Toda Etica debe proponer un tipo moral; la Etica psicológica propone, para el pasú, un tipo cuyo rasgo saliente, teleológico, puede sintetizarse con el concepto de ASPIRACION. La conducta ética del pasú, en efecto, ASPIRA naturalmente al Bien, vale decir, a la entelequia del ente, a la concreción del Plan de su Dios-Demiurgo. Para el pasú, el Mal consiste simplemente en oponerse al Bien o en la ausencia visible de éste, es decir, en la ausencia de ASPIRACION: un pasú carente de aspiración es un mal pasú, un pasú “poco evolucionado”. Y esto es así por la “aspiración”, en el pasa, no es otra cosa que la expresión del impulso evolutivo del Arquetipo Manú: el Arquetipo IMPULSA al pasú, microcosmos potencial, a alcanzar la autonomía óntica y transformarse en microcosmos actual; para ello debe cumplir a pleno con el objetivo macrocósmico de su finalidad, con su designio propio, con el Plan de su destino, es decir, debe poner el sentido en los entes mediante la expresión del signo; y debe ponerlo apuntando al Bien, a la entelequia, confirmando el valor positivo del ente, pues de otro modo no hay evolución posible; el pasú, entonces ASPIRA a la perfección final del ente, y, en general, a toda perfección.
“Impulso arquetípico” y “aspiración ética” son, pues, solo dos aspectos aparentes de un mismo proceso evolutivo. Y ello no puede ser de otra manera porque el pasú, para la Etica demiúrgica, solo es uno más entre todos los entes evolutivos, entes cuya finalidad constituye el Bien del Demiurgo: bajo el IMPULSO de su propia evolución el pasú DEBE ASPIRAR al Bien; es su naturaleza, el rasgo ético esencial de su carácter. Por eso al evolucionar con un IMPULSO que lo dirige hacia su propia perfección, coincidentemente, el pasú ASPIRA a la perfección de cuanto le rodea, de los entes naturales, de los objetos culturales, de la cultura en la cual está inserto, etc. Pero en este “aspirar a la perfección”, naturalmente, el pasú vive permanentemente proyectado hacia el futuro, en la ESPERA DE LO BUENO POR VENIR. De aquí que su actitud ética frente al hecho cultural, es decir, su respuesta moral frente a la pregunta ¿qué debo hacer?, sea una actitud, una respuesta, naturalmente ESPERANZADA.
Por último, recordemos que el hecho cultural es una superestructura integrada ónticamente por objetos culturales, vale decir, por entes a los que el pasú pone sentido simultáneo con su presencia expresiva: si en ese acto de expresión, por el cual justamente viene a la existencia el hecho cultural, subyace como hemos visto una esperanza, una aspiración a la perfección, no debe extrañar que los entes vean confirmadas sus perfecciones en potencia, sus entelequias potenciales, y tiendan sin obstáculo hacia ellas. Pero en ese proyectarse esperanzado hacia el futuro, en el cual el pasú espera ver concretadas las perfecciones en potencia, puede ocurrir que la intrincada trama de la realidad frustre sus expectativas impidiendo al ente deseado completar su desarrollo: aunque tal caso sea frecuente, y los entes cumplan rara vez lo que se espera de ellos, el pasú no tiene modo de evitarlo, como no sea apurar su propia evolución o contentarse con esperar el acaecer de la evolución del ente deseado.
Para completar todo cuanto hemos visto hasta aquí cabe agregar que la ASPIRACION A LA PERFECCION que caracteriza a la Etica psicológica del pasú se opone esencialmente a la INSPIRACION A LA LIBERACION que describe la Etica noológica del virya despierto. Sintéticamente, la diferencia es la siguiente: mientras la ASPIRACION es expresión del Arquetipo Manú, un aspecto aparente de su IMPULSO evolutivo, la INSPIRACION es producto del Espíritu o del Paráclito; mientras la ASPIRACION arquetípica proyecta al pasú en el tiempo trascendente, la INSPIRACION espiritual eleva al virya por sobre el tiempo trascendente y lo conduce hacia lo atemporal, es decir, hacia el selbst; o sea, mientras la ASPIRACION sume al sujeto del pasú en la fluencia temporal, la INSPIRACION detiene en el Yo del virya la fluencia temporal; por eso, mientras la actitud ética del pasú es esencialmente esperanzada, la actitud “ética” del virya despierto está vacía de toda esperanza, de todo deseo, de toda confianza, de toda expectativa, de toda anticipación, aunque no por eso sea necesariamente desesperanzado, indeseante, desconfiado, distraído o indiferente: el virya despierto actúa en el momento justo, es decir, en el kairos, paradójicamente sin haber esperado jamás el kairos; pero en ese momento el virya despierto actúa con honor, con una voluntad inspirada por la gracia del Espíritu; y por eso el kairos es un momento ético del virya despierto. Y, mientras para el pasú la perfección del ente, y su finalidad entelequial, representan un bien evidente, algo deseable, una esperanza, y, desde luego, un valor superior, para el virya despierto la evolución de los entes representa un proceso dramático, su perfección carece de valor y el advenimiento de la entelequia constituye una catástrofe.

E - Noción de “designio demiúrgico”.
Fuera del “encadenamiento espiritual”, el Misterio más importante que ayuda a revelar la Sabiduría Hiperbórea es el conocido como “designio demiúrgico de los entes”. Pero este misterio, del cual hoy casi nadie posee la clave, fue en un tiempo, hace más de doce mil años, objeto de una ciencia esotérica denominada “Rúnica Noológica”. Dicha ciencia permitía conocer con exactitud el designio de cualquier ente para luego resignarlo por medio de las runas. En otros incisos se darán más de talles sobre la Rúnica Noológica y sobre la Elite de sabios que detentaban su saber, conocidos como Guardianes de la Sabiduría Lítica. Aquí nos vamos a ocupar de explicar en qué consiste el designio demiúrgico; más, tratándose de un concepto de extrema complejidad, que exige para su comprensión el dominio de ciertas definiciones previas, la explicación solo será clara si la desarrollarnos ordenadamente en varios subartículos específicos. Comenzaremos, pues, por E1: un resumen de lo ya visto sobre el designio demiúrgico.

E1 - Resumen sobre el “designio demiúrgico”.
En el inciso “Finalidad y suprafinalidad” vimos que “en principio el Demiurgo “piensa” los Arquetipos universales con el Aspecto Sabiduría; y los piensa, entonces, con vista a la integridad de un Plan evolutivo: los Arquetipos nacen así con una FINALIDAD preestablecida, aparte de sus propias finalidades entelequiales particulares, que los comprende a todos en la estructura del Plan. Tal SUPRAFINALIDAD es la del Universo mismo, es decir, es el único motivo de la creación. Pero, en el plano material, esfera de acción de los Arquetipos, los fenómenos tienen carácter entrópico, es decir, concluyen inevitablemente en el sentido del tiempo trascendente: al final de un “Gran Tiempo” todo habrá vuelto a la nada inicial, se habrá disuelto el “orden material” y el final será igual al principio. Este FINAL entrópico del Universo material NO PUEDE SER LA SUPRAFINALIDAD que motivó su creación”. Para obtener una respuesta observamos herméticamente el comportamiento de los hombres “creativos”, buscando recoger en su conducta un reflejo de la actitud creadora del Demiurgo. Se hizo patente, a la razón, que “podemos entender ahora la suprafinalidad de la Creación”: la obra del Demiurgo requiere de un DESCUERIMIENTO POSTERIOR. Y esa es la finalidad del animal-hombre o pasú: ser descubridor de entes, “POSTOR DE SENTIDO”. Pero ¿qué es lo que está cubierto en los entes, aquello que el pasú debe descubrir para cumplir con su destino? Respuesta: LOS NOMBRES; las “palabras” que menciona la Rúnica Noológica o los “bijas” de la tradición indoaria”. Empero, “para comprender a qué nos referirnos con “nombre”” de los entes, hay que recordar que el impulso evolutivo de las mónadas ha sido afirmado con el Aspecto “Logos” del Demiurgo. Ello significa que cada ente está designado desde el principio por el Verbo del Demiurgo; que a cada ente se le ha asignado una palabra que lo identifica metafísicamente, lo sostiene en tanto que ente y constituye la verdadera esencia del ente PARA EL PASU”.
El objeto de este artículo será aclarar esa respuesta del inciso “Finalidad y suprafinalidad”, es decir, explicar el hecho de la manifestación metafísica de los entes. Releamos, pues, las conclusiones allí obtenidas. Vimos que “es importante distinguir, al considerar el “orden arquetípico”, entre la FINALIDAD y la SUPRAFINALIDAD. Con FINALIDAD aludimos a la concreción entelequial hacia la que apunta la evolución de los entes: en todo ente hay UN TERMINO UNIVERSAL que es expresión de los Arquetipos que lo sostienen y a cuyo proceso se subordina. Con SUPRAPINALIDAD nos referimos, en cambio, al DESIGNIO PARTICULAR que cada ente posee...”. “El ente evoluciona, entonces, siguiendo dos procesos formativos; uno: el UNIVERSAL, que apunta hacia la entelequia de los Arquetipos; dos: el PARTICULAR, que determina al ente de acuerdo a un Plan. De allí la necesidad de distinguir correctamente qué ha sido puesto en los entes, DESDE UN PRINCIPIO, PARA CONOCIMIENTO DEL PASU, y qué corresponde al ente mismo como fundamento de su existencia universal, HASTA EL FINAL, ESTE O NO EL PASU EN EL MUNDO. Porque “al pasú le fue dada desde el principio la posibilidad de conocer los Planes a partir del descubrimiento de los entes, del DESIGNIO que éstos expresan para él”.
Una definición metafísica se ofrece en otro inciso (página 37), donde se considera que la INTENCION “es la dirección de la Voluntad del Demiurgo”: “....en todo ente hay, según hemos visto, dos finalidades: una universal y otra particular. Ello se debe a la existencia, en todo ente, de una doble intención demiúrgica: una primera Intención plasma e impulsa al ente hacia la entelequia del Arquetipo del cual participa: es la “finalidad”; una segunda intención DESIGNA al ente, un ser-para-el-hombre: es la “suprafinalidad”. Por lo tanto “EL ENTE ES EL ACTO DEL ARQUETIPO UNIVERSAL. PERO UN ACTO ESENCIALMENTE INTENCIONADO. PRODUCIDO POR UN DIRECCIONAMIENTO DE LA VOLUNTAD DEL DEMIURGO”.

E2 - Análisis de la clasificación racional.
Según vemos, en el ente coexisten dos términos: el universal es el Arquetipo y el particular el designio. Sin embargo al pasú solo le es dado conocer el término particular, el designio, debido a que la razón elimina el término universal del ente por comparación con la memoria arquetípica, es decir, por causa de la “primera intención”. Empero "lo universal” no desaparece completamente tras esta operación. El ente descubierto, el ente que ha penetrado con su designio la esfera sensorial, es “interpretado” arquetípicamente por la segunda operación y esquematizado en una Relación de la estructura cultural: allí el sujeto cultural será capaz de establecer asociaciones sistemáticas entre ESE esquema, o “verdad del ente”, y OTROS esquemas, de otros entes, que sean “análogos”, “semejantes”, “opuestos”, “contrarios”, etc.; y en esas operaciones racionales regirá, AUNQUE TACITAMENTE “lo universal”. Pero tal “universalidad” de los entes está deducida a partir de sus esquemas sistematizados, no proviene directamente de los entes externos, y ello ha llevado más de una vez a los pensadores, con cierta razón, a suponer que la misma es un mero nombre, algo esencialmente ajeno a los entes: un concepto o definición.
Es necesario, pues, comprender de entrada qué es lo universal de los entes, su finalidad, y qué lo universal sistemático, ese universal atribuido a los entes por el sujeto cultural y que solo tiene su razón de ser, su significado, en el contexto de los lenguajes habituales. Para aclarar la cosa nada parece más adecuado que observar, en un ejemplo concreto el método seguido por el sujeto cultural al identificar lo universal en los entes. Tal método es la CLASIFICACION y su operación consiste en abarcar conjuntos de Relaciones bajo la extensión de un concepto denominado CLASE; el CRITERIO con el cual han de elegirse los miembros del concepto clase exige que los mismos tengan propiedades o cualidades comunes. Aquí se ve, en el primer momento de la clasificación, la presencia de “lo universal” interno, que no es más que la intuición de la universalidad óntica del Arquetipo universal: al exigir que los miembros de la clase tengan elementos comunes se pide de ellos que PARTICIPEN de un concepto universal, de una idea trascendente, de una propiedad o carácter que, por estar en todos a la vez, justamente, está más allá de todos. Resulta así clásico agrupar vegetales, animales, números, etc., de acuerdo con el criterio taxológico de la clasificación,
Hemos de analizar, pues, el método de la clasificación sistemática, para determinar con claridad su campo de acción. Pero lo haremos sin olvidar que aún continúa vigente el convenio establecido en la Primera Parte (página 34): “en éste, y en todos los comentarios que sigan, vamos a considerar a la esfera sensorial impresionada por un ENTE EXTERNO”. Así, cuando se mencionen “entes”, “entes individuales”, “entes específicos”, etc., ha de entenderse que, salvo aclaración en contrario, se trata de “entes externos”, entes cuyo conocimiento proviene de intuiciones sensibles, es decir, entes cuya existencia ocurre en el mundo exterior, en el seno de la realidad, entes cuya realidad y existencia es evidente por sí misma, entes, en fin, que son el fundamento concreto del pensamiento, racional o cultural, que se mienta sobre ellos.
Los miembros de una clase participan de uno o más caracteres comunes PERO TAMBIEN SE DISTINGUEN POR SUS DIFERENCIAS: es lo que limita la identificación absoluta de los miembros entre sí y permite comprobar su individualidad. Puede ocurrir entonces la verificación de que algunos miembros de una clase poseen elementos no comunes con el resto de esa clase pero que sí son comunes con los miembros de otra clase: por ejemplo si reunimos en una misma clase todos los animales palmípedos y en otra clase todos los animales mamíferos observaremos que el ornitorrinco pertenece a las dos clases; en un campo más abstracto, si ordenarnos las series de números una la sucesión natural de números enteros, (1, 2, 3, ..., n) y otra la de sus cuadrados (12, 22, 32, …, n2), notaremos que los miembros de la segunda clase pertenecen también a la primera. En estos casos los miembros comunes a dos clases constituyen una tercera clase que se denomina FUNCIONAL porque cada miembro de ella se define “en función” de las otras dos. De este modo, FUNCIONALMENTE, el sujeto cultural es capaz de establecer las más dispares relaciones entre clases y multiplicar interminablemente su cantidad, creando siempre nuevos conjuntos de clases jerarquizadas, subordinadas entre sí en función de leyes o modalidades lógicas.
Pero puede ocurrir, asimismo que algunos miembros de una clase se diferencien con algunos miembros de la misma clase en cierta propiedad, que uno de esos grupos posee con respecto al otro: entonces se presenta la oportunidad de SUBCLASIFICAR, es decir, de agrupar a los miembros en SUBCLASES, de modo tal que todas las subclases formadas quedan bajo la extensión de la clase original: por ejemplo, si coleccionamos en una clase todos los sellos postales del mundo es evidente que aún podremos subclasificarlos “por países”, los de Argentina, Brasil, Chile, etc., sin salirnos de la “clase de los sellos postales”; del mismo modo, la serie de números enteros naturales (1, 2, 3, ..., n) puede ser subdividida en “subclases” de números pares, impares, primos, etc.
De todos estos ejemplos que estamos considerando surge con claridad que la clasificación no requiere de nada óntico para existir puesto que los elementos con los cuales se conforman sus clases con conceptos tajada de la estructura cultural, es decir, elementos sémicos, sistemas simples o complejos. Más aún: las “clases” son también “conceptos” porque son sistemas de la estructura cultural; las clases son sistemas complejos, subestructuras cuyos miembros son conceptos, y por lo tanto consisten en “sistemas de conceptos”, vale decir, en conceptos de conceptos, conceptos de mayor extensión y menor comprensión que otros conceptos constituyentes. Tales conceptos de extensión extrema se denominan GENEROS y los conceptos de menor extensión pero de mayor comprensión que caen bajo aquellos son las ESPECIES. Pero esto lo veremos con detalle enseguida. Ahora, lo importante es advertir que en la clasificación sistemática solo intervienen conceptos tajada de la estructura cultural, vale decir, aspectos de la verdad del ente, secciones de su esquema, pero no el ente en sí, el cual es exterior y del cual el pasú solo ha recibido el designio y no el Arquetipo universal que lo sustenta. Pero entonces ¿qué relación guarda lo universal cultural, aquella generalidad que el sujeto cultural ha ATRIBUIDO al ente, con lo universal real del ente, con el SER REAL de su Arquetipo universal? Respuesta: Una relación equívoca, responsable de un sinnúmero de errores gnoseológicos: el pasú ignora definitivamente la doble determinación del ente, la finalidad y la suprafinalidad, y, como respuesta al objetivo macrocósmico de su propia finalidad, proyecta sobre el ente el sentido; pero ese sentido es la expresión de un significado extraído del designio particular del ente: nada “universal” hay en él; por eso es indudable que al afirmar el carácter universal de un ente lo que en realidad hace es comprenderlo en un “concepto” universal, en una universalidad falsificada por la facultad taxológica del sujeto cultural. El virya perdido, por su parte, en la civilización actual, ha sucumbido a la Estrategia sinárquica y ha permitido que en su visión del mundo influya y predomine la herencia del pasú: el virya tiene la posibilidad de localizar el selbst y crear un Yo despierto con el cual es posible la aprehensión total del ente real, tanto en su universalidad como en su singularidad, porque tal Yo participa del infinito actual y puede determinarlo todo sin ser determinado por nada. Pero en tanto el virya no despierte quedará, como el pasú, definitivamente aislado de los entes. En este libro, no obstante, se ofrece una posibilidad de despertar por el conocimiento de la Sabiduría Hiperbórea, de la welstanschauung de los Siddhas Leales de Agartha, la cual, como comprobaremos muy pronto, explica satisfactoriamente el problema de la doble determinación del ente, de la finalidad y de la suprafinalidad, del Arquetipo universal y del designio.

E3 - Especie y género de los entes externos.
Hasta aquí hemos examinado el método de clasificación sistemática que emplea el sujeto cultural para afirmar los conceptos universales. Nos toca ahora referirnos a un ejemplo concreto, tal como habíamos prometido: ello permitirá distinguir con precisión “qué es lo universal de los entes, su finalidad, y qué lo universal sistemático” puesto en ellos por la expresión cultural. El ejemplo, para ser didáctico, debe versar sobre entes claramente evolutivos y por eso nos inclinamos a considerar algunos casos que han sido objeto de la clasificación taxonómica oficial, como es el de los ANIMALES, y de los cuales se acepta corrientemente su inclusión en el árbol filogenético. Pondremos bajo observación, pues, a tres tipos de animales, “el caballo”, “el perro” y “el pez”, y trataremos de comprobar si la comprensión de tales conceptos universales corresponde efectivamente con lo universal de los entes concretos, es decir, con los caballos, perros y peces reales, esos que galopan, ladran, y nadan, en el mundo exterior.
Haremos, no obstante, una aclaración previa sobre la nomenclatura taxonómica oficial. Esta es muy rica debido a la enorme variedad de especies biológicas que ha clasificado en su corta historia; alrededor de 1.250.000 de las cuales unas 800.000 son especies animales y 450.000 son especies vegetales. A un número tan grande de especies hay que agregar la descomposición analítica que de cada ejemplar puede efectuar la ciencia empírica, método que hemos criticado en otro inciso y que no hace más que sumar clases de conceptos sin que por ello se consiga aprehender al ente, ya que ni siquiera se puede pensar en “conocerlo” mejor por medio de su desintegración. Lo que se consigue es multiplicar el número de conceptos implicados en cada descripción. Para evitar confusiones, vamos a definir los principales y a determinar cuáles emplearemos en el ejemplo.
En primer lugar, existe la ESPECIE, que es la clase de INDIVIDUOS con rasgos comunes. Luego, está la clase compuesta de especies, que se denomina GÉNERO. El “género”, como concepto sistemático, tiene mayor EXTENSION que las especies, puesto que las abarca en su definición, pero menor COMPRENSION que cada una de ellas, puesto que éstas describen mejor al ente de referencia: están más cerca de él y lo COMPRENDEN ESPECIFICAMENTE. El género del perro, por ejemplo, abarca las especies del “canis familiaris”, el “canis lupus”, el “canis occidentalis”, etc.; y tenemos que observar aquí que, evidentemente, “el perro”, en cuanto género, es un CONCEPTO UNIVERSAL. De este modo, la clasificación de un ejemplar individual consiste en “distinguir sus diferencias específicas” y establecer “el género próximo”. La clase de los géneros se suele denominar ORDEN y la clase de los órdenes, simplemente: CLASE.
Ahora bien, en un principio la clasificación se basaba en la ANALOGIA MORFOLOGICA, es decir, en la verificación de caracteres comunes externos, pero se ha progresado desde entonces y en la actualidad se ha avanzado hacia el concepto más complejo de HOMOLOGIA ESTRUCTURAL que hace posible agrupar ejemplares por la semejanza que demuestran en su composición interna antes que por su mero aspecto exterior. Una clase cuyos miembros presentan HOMOLOGIA ESTRUCTURAL se denomina TIPO: entre los animales, por ejemplo, el conjunto de los “vertebrados” constituye un TIPO.
Por último, los animales y vegetales se agrupan en grandes clases denominadas REINOS, las cuales se subdividen en SUBREINOS que contienen, en conjunto, a todos los TIPOS existentes. El “reino”, como género de extensión máxima, se encuentra en el extremo superior de la clasificación, es el término “más universal” mientras que en el extremo inferior se halla la “especie”, cuya extensión es relativa pero que tiene comprensión máxima con respecto al ente que describe: la especie es el término “más particular” para definir sistemáticamente a un ente.
Es evidente que nuestro ejemplo se complicaría inútilmente si nos ciñésemos a la metodología oficial para comprender y definir a los caballos, perros y peces. En cambio todo será más claro si convenimos en una clasificación mínima, basada en el GENERO Y LA ESPECIE: el género será el “animal”, y las especies: caballos, perros y peces. Con otras palabras: al observar los miembros del género animal separamos, entre otros, tres conjuntos cuyos integrantes se asemejan por homología típica y a los que denominarnos: especie caballo, especie perro y especie pez.
Con tal convenio, no nos queda más que extraer las conclusiones que el ejemplo pueda ofrecer. Conclusiones que se han sintetizado en el cuadro sinóptico de la figura 45 y al que nos vamos a referir para explicarlas: de la observación de este cuadro ha de surgir con claridad qué es lo universal en un ente y qué relación guarda con el “concepto universal de la clasificación sistemática.
Figura 45
A la derecha del cuadro se ve una reproducción de la “escala gradual de momentos progresivos” (figura 44) que permite evaluar el grado evolutivo de los entes según la Ética psicológica del Demiurgo. En la parte superior, en el espacio analógico que corresponde al “plano arquetípico”, se hallan los tres Arquetipos universales del caballo, perro y pez. Y debajo de cada Arquetipo, en el espacio analógico equivalente al “plano material”, se han representado algunos ejemplares de su manifestación, vale decir, entes en distinto grado de evolución. A la izquierda, finalmente, se ha indicado que los Arquetipos son SERES UNIVERSALES, en tanto que los ejemplares que los representan en el plano físico COMO manifestación de sus procesos, son ENTES INDIVIDUALES.
Investiguemos ahora, observando los letreros flechados que están fuera del cuadro, cómo se realiza la clasificación racional. En principio el clasificador, pasú o virya perdido, toma CONTACTO SENSIBLE con el grupo de entes individuales a los que reconoce como semejantes entre sí, como propietarios de rasgos comunes; dice, por ejemplo: -estos entes acuáticos, semejantes por su forma y por su comportamiento, constituyen la “especie del pez”-. Vale decir, al identificarlos como entes análogos los ha ESPECIFICADO. Más ¿cómo se obtiene certeza de la semejanza, cómo se asegura el clasificador de que todos los entes individuales, clasificados, realmente pertenecen a la especie? Respuesta: por medio de la descripción sistemática de cada ente y por la comparación estructural de todas las descripciones entre sí, es decir, por la aplicación de las descripciones unas sobre otras con el fin de descubrir sus diferencias y analogías. Justamente, por efecto de esta operación sistemática, es que se consigue configurar el “tipo” específico con el cual se conforman los entes individuales de rasgos comunes, “tipo” que no es más que un reflejo intelectual del Arquetipo universal. Pero en esta respuesta se ve claramente que la especificación no se realiza con entes sino con “descripciones” de entes, con “conceptos” de la estructura cultural, pues ¿qué es una “descripción” sino un “aspecto de la verdad del ente”, un “símbolo incompleto” que forma parte del esquema del ente y que ha sido notado en un lenguaje habitual, vale decir, un concepto tajada?
Y, podríamos agregar ¿qué es una descripción, o un concepto, sino un conocimiento obtenido del “designio” de los entes, es decir, de un esquema sémico? Por eso la especie es una definición ESENCIAL del ente: porque su contenido, en tanto concepto, es un símbolo I que IMITA a la verdad del ente y cuyo significado ha sido PROPUESTO en un lenguaje habitual. Sin entrar, todavía, a considerar el designio particular de los entes, será evidente a esta altura que la especificación es una operación subjetiva, aunque ejecuta con el concurso objetivo de los entes individuales, La especie, en resumen, como categoría primera de la clasificación, se apoya efectivamente en los entes que describe y por eso, en su definición, comprende a la esencia; su “universalidad” es cuando menos real ya que puede ser demostrada inductivamente a partir del ente concreto; es decir: la especie, como concepto universal, tanto puede comprender a un ente singular o a una pluralidad de entes, pero invariablemente su definición procede en última instancia de los entes mismos, del designio, del ser-para-el-hombre con que éstos se han revelado a la razón.
El juicio específico es, pues, siempre verdadero porque su conclusión es esencial: la universalidad afirmada sobre los peces, y sobre los perros y caballos, es evidente y demostrable. Pero sentada la validez de la especie para describir a “lo universal real” de los entes, vemos que no ocurre lo mismo con otras generalizaciones universales. En la figura 45, en efecto, comprobamos que, mientras la especie se afirma sobre los entes concretos, el género es una abstracción del carácter específico: mientras la especie predica propiedades esenciales de los entes existentes, el género atribuye existencia a la propia especie como tal y la comprende bajo su extensión. Pero no es lo mismo afirmar la existencia de ciertos entes por medio de su descripción que atribuir existencia a la afirmación de la existencia de los entes: estamos aquí en dos niveles distintos de realidad; en uno, el específico, hay acceso directo a los entes reales, en el otro, el genérico, el paso al ente solo puede darse a través de la especie; el género demuestra, así, ser solo el producto de una operación sistemática efectuada con un grupo de conceptos (tajada) específicos y, por lo tanto, demuestra ser solo un “concepto de concepto”, una “función de función”, una “clase de clases”, etc.; vale decir, el género demuestra ser un absoluto concepto sistemático de la estructura cultural, una creación psíquica, una pura abstracción, una idea.
Así, mientras la especie define a “lo universal real” de los entes, el género, y toda clase que cumpla su función, es un “concepto universal” que solo comprende a los entes a través de las especies, desde la pura abstracción del sujeto cultural. Desde el punto de vista de la realidad de los entes, es indudable que existe un límite entre la especie y el género; más ¿qué significa este límite? Respuesta: LA FRONTERA DE LA CERTIDUMBRE RACIONAL PARA TODO VIRYA DESPIERTO. Si el empleo de la razón, y de sus conclusiones, es ya sospechoso para el virya despierto, la especie marca, en efecto, el límite donde debe detenerse la credibilidad del conocimiento: tal limite jamás puede ser atravesado por la confianza sin correr un grave riesgo de caer en el subjetivismo del género, en lo falsamente “universal”, es decir, en el Engaño de la cultura, “arma estratégica enemiga”. EL QUE CREE EN LA REALIDAD DEL GENERO NUNCA PODRA ALCANZAR EL “ESTADO DE ALERTA” QUE EXIGE LA VIA DE LA OPOSICION ESTRATEGICA, ES DECIR, ESTARA SIEMPRE EN “DESVENTAJA ESTRATEGICA”.
Nos preguntaremos ¿por qué es tan importante, tan categóricamente importante para el virya despierto, aceptar la realidad de la especie y dudar de la realidad del género, creer solo en lo esencial de la especie y negar la universalidad del género? Respuesta: en primer lugar porque, como se demostró, solo la especie describe al ente individual en tanto que el género describe a la especie, pero, fundamentalmente, PORQUE EL VIRYA DESPIERTO SABE QUE LA REALIDAD ES MULTIFACETICA Y QUE LOS ENTES PUEDEN SER OTRA COSA DE LO QUE EL GENERO AFIRMA QUE SON. Con otras palabras: hemos visto cómo un sujeto clasificador observa un grupo de entes acuáticos con propiedades comunes y concluye que se trata de la “especie pez”; hasta aquí llega EL LIMITE DE LA CERTIDUMBRE RACIONAL que el virya despierto jamás se permitirá traspasar ¿por qué? PORQUE EL SABE QUE UN PEZ PUEDE SER EFECTIVAMENTE “UN ANIMAL”, COMO AFIRMA EL GENERO, PERO TAMBIEN PUEDE NO SERLO, PARA EL VIRYA DESPIERTO, PARADOJICAMENTE LA EXTENSION DE LA ESPECIE PODRIA, BAJO CIERTAS CIRCUNSTANCIAS, SUPERAR A LA EXTENSION DEL GENERO Y EL ENTE DEFINIDO SER ALGO DIFERENTE, “ALGO MAS”, “OTRA COSA”, DE LO QUE EL GENERO SUPONE Y PREDICA QUE DEBE SER. Pero esta “paradoja” solo se producirá en las mentes dogmatizadas por el imperio del género, en los racionalistas a ultranza, en aquéllos que, según definimos en otro inciso, son “seres desarraigados de la naturaleza que flotan en el mar del nominalismo, en un mundo de jergas y signos vanos”: vale decir, la paradoja, la contradicción, se producirá en aquéllos que creen ciegamente en la realidad del género, el cual es un mero concepto universal, un objeto cultural interno, y a quienes chocará la posibilidad expuesta aquí de que algún pez pueda no ser “animal”, de que algún árbol pueda no ser un vegetal o de que los viryas puedan no ser “hombres” sino Dioses.
Y, seguramente, quienes se escandalicen por estas “paradojas” de la Sabiduría Hiperbórea, serán los mismos que sostienen la existencia de la “Edad” oficial, es decir, quienes concedan realidad a lo que solo es “concepto universal”: la Edad oficial, ahora podemos verlo, es un objeto ideal, un concepto tajada cuya extensión comprende a las especies de hechos históricos, las cuales sí se apoyan directamente en lo real.

E4 - El SER EN SI del ente externo.
Conociendo la actitud gnoseológica del virya despierto frente a la especie y al género no ha de extrañar que en adelante nos ocupemos solo de la especie. Ella, en efecto, describe a “lo universal real” presente en los entes individuales y constituye un concepto adecuado para interpretar el problema de la finalidad de los entes. Naturalmente, un concepto específico que comprenda semejante problema debe ser definido en el contexto de la Sabiduría Hiperbórea.
Observemos la “especie perro” en la figura 45, adonde se han representado con cinco círculos algunos de los entes caninos de la especie. La figura reproduce un instante en la vida de los perros, de tal modo que los cinco ejemplares representados han sido sorprendidos cada uno en su momento evolutivo particular: tres en 2º grado, uno en 4º grado y otro en un grado alto, “enésimo”, próximo a la entelequia. Desde luego, estos cinco círculos simbolizan y ejemplifican al conjunto de todos los perros que integran la especie. Para entender la imagen alegórica hay que suponer que cada uno de los cinco círculos corresponde a un ente individual, es decir, a un perro y que cada arco de espiral refleja al proceso del Arquetipo universal en su evolución progresiva hacia la entelequia. Es claro, así, que cada perro participa del Arquetipo sin que éste vea alterada su unidad, más ¿cómo puede ser esto posible? ¿Cómo lo uno puede manifestarse en lo múltiple sin dividirse?
Respuesta: porque de lo que efectivamente participan los entes es de la ENTELEQUIA POTENCIAL del Arquetipo, de su FINALIDAD POTENCIAL: por eso la Sabiduría Hiperbórea afirma que en los entes existe un término universal, producto del Arquetipo, y que el mismo constituye su finalidad.
Esta respuesta nos está diciendo que en los entes, por ejemplo los cinco perros, subsiste una entelequia potencial que es un modo del ser universal en el cual no se altera su unidad. De ese modo una pluralidad de entes pueden existir simultáneamente impulsados y determinados por la entelequia potencial que reside en ellos y que, al igual que el momento inicial del proceso evolutivo, es un estado singular del ser arquetípico. Pero esa entelequia potencial que subsiste en los entes, ese momento final del proceso evolutivo, ES UN MOMENTO POR VENIR, es decir, es un futuro posible hacia el que apunta el desarrollo del Arquetipo: tal momento futuro, entonces, no puede ser aprehendido por ninguna CONCIENCIA PRESENTE como el sujeto consciente del pasú. El término universal, la finalidad entelequial, es un SER EN SI que se sitúa fuera del marco de percepción del pasú y permanece para siempre encerrado en la entraña de los entes: solo el virya despierto desde el selbst, desde la atemporalidad del Yo infinito que refleja el Yo despierto, podrá conocer al Arquetipo universal y comprender la totalidad de su proceso; el virya perdido, por su parte, ha intuido en muy diversas ocasiones la existencia de este término universal en los entes y lo ha interpretado de muy diversas formas, invariablemente equívocas y parciales.
En la figura 45 se ve claramente que los Arquetipos potenciales, en el plano arquetípico, son una forma singular del ser universal; sin embargo en el plano material una pluralidad de entes participa de la entelequia potencial, la cual subsiste en ellos como finalidad potencial; pero la finalidad del proceso arquetípico es la concreción de la perfección en potencia del Arquetipo universal, vale decir, la finalidad concreta es el Arquetipo mismo, desplegado y realizado en la materia; la entelequia potencial que subsiste en los entes individuales, entonces, significa la efectiva presencia del Arquetipo universal DESDE SU PERFECCION FUTURA, la cual solo puede ser LA MISMA en cada uno de ellos. Con otras palabras, esto significa que EN CADA ENTE de la especie subyace el Arquetipo universal en un modo de ser en sí que lo torna inaccesible a la intuición sensible del pasú más, si tal ser en sí pudiese ser efectivamente aprehendido, posibilidad que se halla al alcance del virya, DESAPARECERIA LA PLURALIDAD ILUSORIA DE LOS ENTES PARA DEJAR PASO A LA SINGULARIDAD DEL ARQUETIPO; es decir, si pudiese ser percibida la entelequia potencial subyacente en los entes, por ejemplo en los cinco perros, tal forma arquetípica NO PODRIA SER DIFERENCIADA EN ABSOLUTO PUES ES LA MISMA EN CADA ENTE, YA QUE LA SINGULARIDAD DEL ARQUETIPO ES ESENCIAL Y SU DIVISION INCONCEBIBLE: una visión real de la entelequia potencial en los distintos entes de la especie sumiría al observador en la unidad del Arquetipo universal y causaría la desaparición de la pluralidad; no habría, entonces, “entes” sino “el ente”, no “perros”, sino el perro”, etc. A esta propiedad de las entelequias potenciales de los entes de ser indistinguibles la Sabiduría Hiperbórea la denomina NUCLEO INDISCERNIBLE DE LOS ENTES. Tal denominación proviene de que, para la Sabiduría Hiperbórea, en todo ente, en la intimidad de su ser en sí, subyace un PUNTO INDISCERNI BLE producido por la entelequia potencial.
Más ¿qué es un punto indiscernible? Respuesta: una región del ente NO ESPACIAL, es decir, NO COORDENABLE. Y ¿cuál es la esencia de semejante región, si la misma no es extensa, vale decir, no es espacial? Respuesta: la esencia del punto indiscernible es el tiempo trascendente, la Conciencia del Demiurgo que fluye a través de todos los entes; el punto indiscernible es, en ese sentido, el nexo continuo del ente con el proceso arquetípico: el punto indiscernible ES LA FINALIDAD Y EL FIN DEL PROCESO; el Arquetipo potencial y su entelequia, presentes en su singularidad absoluta en cada ente material específico. Esto es: los entes son “momentos” del proceso arquetípico percibidos como plurales desde su exterioridad formal; por el contrario, los puntos indiscernibles de los entes son un “único momento” del Arquetipo: su perfección final puesta en potencia desde el principio; y tales “puntos” no pueden ser percibidos más que como un “único punto” inextenso y temporal, subyacente en la más profunda interioridad del ente, es decir, en la más discreta intimidad de su ser en sí.
En síntesis, la entelequia potencial del Arquetipo universal subyace en el ser en sí de los entes y determina una región indiscernible en cada uno de ellos donde conserva su singularidad absoluta. Se comprueba así que nada “universal” hay en la intimidad del ser en sí de los entes sino la más absoluta singularidad del Arquetipo y que, por lo tanto, toda idea de “universalidad” solo puede proceder de la contemplación exterior de los entes, de la ilusión de pluralidad que inducen los procesos evolutivos y que lleva al sujeto cultural a comprenderlos en la extensión de un “concepto universal”. ¿Por qué, pues, se denomina “término universal” a la entelequia potencial, al núcleo indiscernible de los entes, si el mismo no es “universal” en absoluto? Respuesta: porque tal denominación ha sido dada desde el punto de vista del conocimiento humano, pasú, el cual no está dirigido a percibir el ser en sí de los entes específicos y su unidad absoluta en el proceso del Arquetipo “universal” sino a descubrir racionalmente el ser-para-el-hombre, EL DESIGNIO DEMIURGICO QUE INDIVIDUALIZA A LOS ENTES Y LOS REVELA A LA INTUICION SENSIBLE COMO “OBJETOS PARTICULARES” PERO INTEGRANTES DE UNA “PLURALIDAD UNIVERSAL”, DE UN “GENERO”. Solo desde esta exterioridad ilusoria de los entes, como oposición al designio demiúrgico, que los revela en su INDIVIDUALIDAD, puede hablarse de “término universal” para calificar a la entelequia potencial del Arquetipo que subyace en el núcleo indiscernible de los entes.
Parecería ahora que estamos en condiciones de entrar de lleno en el estudio del designio demiúrgico el cual, ya lo hemos reconocido, constituye el “principio de individuación” de los entes. Sin embargo, queda bastante por decir para aclarar completamente el concepto de “término universal”, “entelequia potencial”, “finalidad del ente”, que hemos expuesto. Dedicaremos dos subartículos a ese fin, explicando el importante concepto de la Sabiduría Hiperbórea sobre el ARQUETIPO GRAVIS: el conocimiento de este Arquetipo, tomado como ejemplo de cuanto hemos dicho, nos brindará una mayor, y tal vez definitiva, comprensión del término universal o entelequia potencial subyacente en el núcleo indiscernible de todo ente.

E5 - El Arquetipo gravis.
Ante todo, hay que aclarar que el contenido de este subartículo es un extracto de la “Teoría Gravis” de la Sabiduría Hiperbórea que se ha desarrollado con detalle en el libro “Física Hiperbórea”. Aquí solo presentaremos los principales aspectos de la teoría explicados en forma conceptual, es decir, despojados de toda la compleja fundamentación matemática que allí se exhibe. Pero, como lo matemático constituye un ingrediente intrínseco de la Teoría Gravis, es claro que semejante despojo ha de conspirar contra la comprensión plena de los conceptos que vamos a estudiar. No obstante, como una demostración matemática rigurosa de la Teoría Gravis queda fuera de los objetivos que se han propuesto para este libro, trataremos de aproximarnos lo más posible a su tesis mediante la precisa descripción del Arquetipo gravis. Cabe aclarar también que el Kamarada L.C.A.V (Luis Carlos Arias Varela) de Bs. As. ha desarrollado profundamente una teoría de la unidad de energía real, a la que ha denominado UNIDAD DE ENERGIA V.A.C. o “U.E.V.A.C.”, y a la que ha expuesto en su libro “Teoría Unificadora Conceptual”.
Como es sabido, el físico judío Alberto Einstein no consiguió desarrollar una teoría matemática aceptable para unificar la interpretación cuantitativa, experimental, de los llamados “fenómenos de campo”, es decir, los fenómenos que ocurren por efecto de los “campos gravitatorio y electromagnético”. Estos fenómenos, desde luego, ya están unificados en la realidad pues lo que resulta incompatible son las teorías con que se intenta explicarlos. Con respecto al campo gravitatorio, fuera de las ecuaciones de Newton, todo lo que se ha avanzado hasta ahora ha sido en el sentido apuntado: tratar de unificarlo con el campo electromagnético, para el cual existen las ecuaciones de Maxwell; por ese camino, al tratar el campo gravitatorio en forma einsteniana-relativista, se hace necesario echar mano de un instrumento matemático bastante complejo denominado TENSOR; pero si, por caso, se decide interpretar los fenómenos físicos en base a la mecánica cuántica, entonces hay que recurrir a aún más complejas fórmulas estadísticas, probabilísticas, que requieren el uso de ordenadores electrónicos.
Por otra parte, se ha supuesto que la “masa”, responsable del campo gravitatorio, “deforma” o “distorsiona” el espacio siendo necesario también, aparte del cálculo tensorial, diferencial y estadístico, apelar a “geometrías no euclideanas”. Se agrega así complejidad a la complejidad y se consigue tomar una distancia cada vez mayor del fenómeno en sí, de su facticidad.
Pues bien: la Sabiduría Hiperbórea aporta una explicación de todo punto diferente, pero que comprende perfectamente al fenómeno gravitatorio y permite dominarlo en beneficio de los objetivos estratégicos de los Siddhas. Y tal explicación no requiere del empleo de matemáticas formales salvo cuando se desea desarrollar una tecnología, en cuyo caso se recurre a una geometría esotérica que está del todo fuera de los ambientes académicos de Occidente.
Para entender con amplitud dicha explicación, que será expuesta enseguida, hay que partir de la base de que la desviación subjetiva de la Física teórica es mucho más grave de lo que suele pensarse. En efecto, las críticas más audaces se han centralizado generalmente sobre Einstein, Planck, Bohr, Heisenberg, etc., pero jamás habían cuestionado a Newton. Y con él se inicia el error. La Sabiduría Hiperbórea, de la cual procedía la “Ciencia secreta” de la remonta su tesis a los conceptos de Newton y Leibniz, a quienes atribuye dos errores capitales, y, desde allí, desarrolla una teoría tan atrevida y audaz como irrefutable. Por supuesto, no se podrá detallar aquí TODA la teoría, pero bastará con que se describa el “initium”, el principio desde el cual ha de partir el razonamiento.
La formulación de la tesis es la siguiente: EL CAMPO GRAVITATORIO ES LA POTENCIA DE UN ARQUETIPO PSICOIDEO.
Esta tesis sintética, pronto lo comprobaremos, puede ser aplicada para explicar casi cualquier fenómeno aparte del gravitatorio, tal como, por ejemplo, los entes externos cuya finalidad o término universal estudiamos en el subartículo precedente. Prestemos, pues, especial atención a su explicación.
La Física supone, y supone bien, que una relación liga a la masa con el campo gravitatorio. Adonde se equivoca es, desde Newton, en la afirmación de que tal relación es de causa y efecto, es decir, que el campo gravitatorio ocurre por efecto de la masa; con tan erróneo concepto no es extraño observar los enormes armatostes que deben fabricarse para aprovechar el espacio aéreo. Y, naturalmente, ellos, los fabricantes de cacharros voladores con motores de metal y a “combustión interna”, dudarían de nuestra cordura si aseguramos que los Siddhas Leales EN BASE AL CONCEPTO ARQUETIPICO DE LA GRAVEDAD, disponen de vehículos de PIEDRA, por ejemplo, para trasladarse al sitio que deseen; y más aún si agregamos que tales vehículos no poseen motor. Pero no se trata de un delirio sino de “ciencia”; ciencia antiquísima, extraterrestre; ciencia que la Orden Negra SS desarrolló nuevamente en este siglo y que le permitió construir sus propios “platos voladores” en los cuales partieran sus mejores cuadros sobrevivientes hacia los oasis antárticos y a otras bases ocultas de la Tierra. Y desde esas bases, a las que no se podrá localizar ni con satélites espías pues cuentan con camuflaje... también psicoideo, retornarán los Caballeros SS del último batallón del Führer integrando el Wilder Heer de Wotan, al fin del Kaly Yuga, en el gottendemerung. Pero ésta es otra historia, o, mejor dicho, el Fin de la Historia.
La Sabiduría Hiperbórea enseña que los Arquetipos universales guardan entre sí una relación jerárquica semejante a la que los entes manifestados mantienen en el plano material. Hay así una “escala gradual arquetípica” que rige la ordenación de todo Arquetipo universal, desde su estancia en las regiones más sutiles del plano arquetípico hasta su manifestación en las regiones más groseras del plano material; vale decir: los Arquetipos más sutiles, o simplemente “potenciales”, se encuentran en planos también más sutiles, recorriendo toda una gama de densidades a medida que se actualizan en el proceso de los entes y “descienden” a la materia, que es la substancia más grosera. Conceptos semejantes han sostenido tanto los neoplatónicos como Leibniz o la ciencia hindú del Gran Aliento, etc. Sin entrar a estudiar a fondo semejante concepto de “orden arquetípico”, es evidente que ha de haber un Arquetipo que necesariamente es el último de la escala: tal es el ARQUETIPO GRAVIS.
El gravis es el más “pesado”, valga la redundancia, de los Arquetipos psicoideos y su acción tiene relación directa con la forma espacial, es decir, extensa, de la materia y la energía. Por eso el gravis, que es el último de la escala, es también el primero que el Demiurgo precipita cuando se apresta a “organizar” un plano material, Sin gravis ningún otro Arquetipo podría evolucionar en la materia.
Ahora bien, la Sabiduría Hiperbórea denomina “gravis” tanto al Arquetipo universal como a los entes por él producidos, es decir, a la “especie gravis”. Los “gravis específicos” son el conjunto de “átomos arquetípicos” o “quantos arquetípicos” que sostienen e impulsan “espacialmente” a la materia, que le dan “amplitud”. El Arquetipo gravis con su unidad indivisible, se manifiesta en los gravis específicos que subyacen en todo ente: por eso en todo ente concreto, en todo cuerpo material, en toda cosa substancial, está presente como substrato primero el Arquetipo gravis. Pero tal estancia de lo uno en lo múltiple no puede darse de otra forma que como participación: los entes materiales participan de la entelequia gravis o, con otras palabras: en todo ente está presente la entelequia potencial del gravis, del modo explicado en E4. Sin embargo, en su manifestación óntica, el Arquetipo gravis demuestra una característica que lo distingue de cualquier otro Arquetipo y a la que conviene examinar de inmediato.
El gravis, en efecto, ES EL ARQUETIPO CUYO PROCESO ES MAS VELOZ QUE CUALQUIER OTRO EN EL PLANO MATERIAL. Ello surge como consecuencia de ser “el último de la escala” arquetípica, por lo tanto, el que más cerca está de la materia concreta, a la que, justamente, él mismo determina. El efecto del Arquetipo gravis, de su entelequia potencial, que algunos llaman “campo gravitatorio”, es casi instantáneo: y ese “efecto” no es más que la fuerza procesual con que la potencia del Arquetipo dirige a la materia, a la “masa”, a evolucionar hacia la entelequia o “centro de gravedad”. A raíz de esta elevada velocidad de respuesta, del nexo “casi instantáneo” entre el plano arquetípico y el plano material, es que el Arquetipo gravis pudo ser reproducido por el Demiurgo en toda la extensión espacial del macrocosmos, es decir, en todo punto del universo, en una pluralidad de “átomos arquetípicos”. Estos átomos arquetípicos son la manifestación óntica del Arquetipo gravis, los “gravis específicos”, y aquí los vamos a nombrar simplemente como “gravis”.
Una propiedad esencial de los gravis es su INDETERMINACION FORMAL, vale decir, su indiferencia hacia la conformación material de los entes: el gravis solo determina el espacio y crea “el camino” hacia la entelequia, “el campo de fuerza”: PERO NO ACTUA PARA CONFORMAR AL ENTE. Más claramente: el Arquetipo de este ente concreto que tenemos frente a nosotros, por ejemplo de este perro, está en el plano arquetípico, según lo estudiado hasta aquí; un Arquetipo semejante es ESTRUCTURADOR DE FORMA, es decir, sostiene a la forma óntica, la forma que reviste la actualidad del ente; el Arquetipo gravis en cambio, debido a su nexo instantáneo con el ente, está allí, en el perro, como substrato material, y es quien determina su peso en relación con otros gravis que ocupan el espacio: la Tierra, por ejemplo. El gravis NO ES ESTRUCTURADOR DE FORMA, o es indiferente a la forma misma, pero, en tanto que Arquetipo psicoideo, posee una potencia que lo impulsa a desplegarse en un proceso evolutivo.
La culminación de todo proceso evolutivo, de cualquier Arquetipo, es su perfección final, la cual está presente en lo óntico como entelequia potencial, como una finalidad que es idéntica al principio. Y aquí daremos otra definición que completará la descripción de las propiedades del Arquetipo gravis, y a la que volveremos a referirnos más adelante: LA ENTELEQUIA POTENCIAL DEL ARQUETIPO GRAVIS COINCIDE ESPACIALMENTE EN LOS CUERPOS SIMPLES, CON AQUEL PUNTO IDEAL QUE LA FISICA HA DENOMINADO “CENTRO DE GRAVEDAD”. Desde luego, esta definición ha de tomarse con mucha cautela puesto que en E4 hemos vinculado a la entelequia potencial con un “núcleo indiscernible” que consiste en un “punto inextenso”, “no coordenable”, el cual no parece evidente que pueda “coincidir” con nada y menos aún con una región concreta de los entes como la Física afirma que es el “centro de gravedad”. Sin embargo toda incertidumbre desaparecerá en cuanto comprendamos que, en verdad el “centro de gravedad” es solo un concepto tajada, un objeto cultural interno carente de entidad concreta en el Mundo: en el ente material lo que efectivamente existe y se manifiesta es una DIRECCION DE LA FUERZA GRAVITATORIA QUE APUNTA HACIA UN “CENTRO HIPOTETICO” RADICADO EN SU INTERIORIDAD; esto es, una tendencia real que induce a la razón a suponer la existencia real de semejante “centro”: pero el “centro de gravedad” en sí, como los puntos indiscernibles definidos en E4, jamás puede ser realmente alcanzado DESDE LA EXTERIORIDAD DEL ENTE. Naturalmente, aquí nos referimos concretamente al “centro de gravedad” de un ente sólido, pero la conclusión es válida para cualquier caso, por ejemplo el de una esfera hueca, cuyo “centro de gravedad” es puramente espacial, es decir, carente de la substancia que constituye la esfera: la Sabiduría Hiperbórea niega que el “centro de gravedad” de una esfera hueca pueda ser efectivamente alcanzado o tan siquiera situado con exactitud en el espacio real, y, por el contrario, afirma que en el sitio que “debería hallarse” el centro de gravedad en realidad existe un punto inextenso indiscernible; tal punto no puede ser observado de ningún modo partiendo desde la percepción temporal del sujeto consciente y desde la intuición sensible, es decir, “desde la exterioridad del ente”, pues se trata de un punto “futuro”, de una entelequia potencial; por ese camino exterior, a lo sumo, se conseguirá notar UNA DISTORSION ESPACIAL EN TORNO DEL CENTRO DE GRAVEDAD, distorsión producida por la entelequia gravis, pero no se percibirá el “centro de gravedad” en sí.
Recordemos lo dicho en la Primera Parte sobre la irrepresentabilidad de los Arquetipos universales y comprenderemos por qué el “campo gravitatorio se resiste a la cuantificación fisicomatemática; tomemos un cuerpo material y depositémoslo en el espacio, suficientemente lejos de la Tierra o de cualquier otro planeta; afirmarnos, entonces, que el cuerpo produce un “campo gravitatorio” a su alrededor y lo comprobamos observando “cómo atrae” hacia su centro de gravedad, o entelequia potencial, otros objetos de menor masa. Si el cuerpo está en reposo no podemos describir su campo; solo sabemos de él por sus efectos sobre otros cuerpos; EL CAMPO, EN SI, ES INVISIBLE, propiedad equivalente a la irrepresentabilidad de los Arquetipos universales. Pero EL CAMPO NO ES EL ARQUETIPO SINO SU POTENCIA, que intenta actualizarse en la entelequia concreta. La substancia del plano material, la “materia” que la Física denomina “atómica”, es siempre un acto concreto del gravis en su despliegue evolutivo, independientemente de la forma que tal materia exhibe por las determinaciones de otros Arquetipos. Pero eso, la percepción de la materia, es todo cuanto podemos conocer sensiblemente sobre el gravis pues él es pura potencia, es un “llegar a ser” su entelequia y por eso decimos alegóricamente que “está oculto” detrás de la materia, en la interioridad del ente, en la intimidad del ser en sí. Si violamos la intimidad del proceso, si invadimos el campo y hurgamos en la materia para buscar el “centro de gravedad”, la entelequia potencial, jamás hallaremos nada. Sin materia no hay gravis, pero si a la materia la partimos y multiplicamos solo conseguiremos obtener otros tantos gravis potenciales.
El concepto del gravis que es capaz de tender a su entelequia desplegándose en la partícula más pequeña de materia da lugar a una teoría atómica no ortodoxa que ha sido expuesta en el libro Física Hiperbórea y que se funda en la definición de un “átomo arquetípico” o “quanto arquetípico”.
Conviene pasar revista, ahora, a los dos errores históricos que mencionamos anteriormente. El de Newton fue hacer a la masa “causa” de la “fuerza gravitatoria”, fuerza que, por otra parte, existe y es efectivamente proporcional a las masas e inversamente proporcional al cuadrado de las distancias que las separan, tal como Coulomb lo demostró en las cargas eléctricas y Cavendish le midió con su balanza de masas; la realidad es que, si bien la “fuerza gravitatoria” está relacionada matemáticamente con la masa, no es ella su “causa” sino que, a su vez, la masa es el efecto concreto, el acto, de un Arquetipo gravis. La “fuerza gravitatoria” es, así, la acción de una potencia arquetípica que procede desde su entelequia y “atrae” hacia su entelequia, que algunos denominan “centro de gravedad”. Ahora bien: el “centro de gravedad” algunas veces y solo algunas veces, especialmente en el caso de un cuerpo esférico como la Tierra coincide espacialmente con la entelequia. Volvemos, pues, a preguntar ¿qué se quiere decir con “coincidencia espacial”? ¿significa eso que allí, en esa región interior del ente, por ejemplo en el centro de la Tierra, ESTA LA ENTELEQUIA?
Antes de responder vamos a considerar el segundo error histórico. Leibniz, evidentemente pensando en un Dios hiperbóreo, que nada tiene que ver con el Demiurgo ordenador de la materia, el verdadero “Dios” de este mundo, atribuye al mismo una perfección absoluta, “perfectio Dei”, que “le impediría crear dos cosas iguales”. Se impone así, en la filosofía moderna y en el pensamiento científico posterior, el “principium identitatis indiscernibilium”, el principio de identidad de las cosas indiscernibles, que afirma que si dos cosas son absolutamente iguales “deben ser la misma cosa”. Más, como ello es manifiestamente imposible según Leibniz, “no pueden existir dos cosas iguales”: el Creador no se habría repetido. Todo este razonamiento es erróneo pues se fundamenta en el supuesto de que el Universo ha sido creado por un Dios de bondad y no por Demiurgo imitador, como realmente ocurre. Pero, pese a Leibniz, la obra del Demiurgo se apoya en la imitación y la estructura material ha de reflejar naturalmente este principio contradiciendo el principium identitatis indiscernibilium: es fácil comprenderlo si partimos de una composición arquetípica de lo real. Sin embargo el principium de Leibniz ha sido incorporado dogmáticamente a la epistemología y predomina inconscientemente en toda actitud “científica” referida a la observación empírica o experimental de los fenómenos físicos; ello no es casual: obedece a una tendencia sinárquica que no viene al caso desarrollar aquí. Lo importante es que la Teoría gravis contradice el principium; y lo hace porque tal principium es completamente falso. La Sabiduría Hiperbórea afirma que “pueden haber dos cosas iguales” y señala como ejemplo a las entelequias potenciales de los entes externos, a sus núcleos indiscernibles, o a los “centros de gravedad” determinados por el Arquetipo gravis. Salvemos, pues, el error del principium leibniziano y pasemos a responder a la pregunta pendiente sobre la situación real de la entelequia y su posible coincidencia espacial con el “centro de gravedad.
Todo Arquetipo tiende hacia una entelequia. Pero, en el origen del movimiento, el primer impulso es producido por una potencia que contiene en sí a la perfección que se pretende alcanzar; el movimiento es así un desarrollo evolutivo que apunta a una finalidad que también ha sido principio. Como finalidad la entelequia es algo que “aun no está”, que debe ser alcanzado, es decir, algo “futuro”. Llegamos ahora a la parte más compleja del problema, ya destacada en E4: la entelequia es algo “futuro” que obra en el presente del ente como POSIBILIDAD DE SER; de allí el adjetivo “potencial” que se le agrega para señalar ese carácter. Dado que la conexión entre la entelequia de un ente y el ente concreto es el “Proceso” del Arquetipo, es este proceso la verdadera posibilidad de que una entelequia sea. Pero TODO PROCESO TIENE EL SENTIDO DEL TIEMPO TRASCENDENTE (ver figura 44).
Vamos a dar un gran paso con la imaginación: supongamos que somos capaces de contemplar TODOS LOS PROCESOS QUE SE DE SARROLLAN EN EL MUNDO, DESDE AQUI HASTA EL ULTIMO RINCON DEL MACROCOSMOS; si esto es posible, si no se nos escapa NINGUN PROCESO, entonces resulta que NO PODRIAMOS MEDIR OTRO TIEMPO RELATIVO fuera de aquél en que ocurren los incontables procesos cósmicos; más aun: no podríamos saber si existe otro tiempo porque NADA NOS LO INDICARIA, nada que cambie, desde luego. Esta absurda conclusión demuestra que el tiempo, el “tiempo trascendente del macrocosmos” es la suma de todos los procesos del Universo, es decir, de todos los procesos arquetípicos. El tiempo trascendente es, pues, también un “proceso”, algo que se sabe desde la Antigüedad cuando a tal proceso se lo denominó FLUENCIA; pero vale la pena repetirlo para aclarar el concepto de la Sabiduría Hiperbórea.
Tal concepto afirma que el tiempo trascendente, como proceso fluente, apunta también a una entelequia, una súper entelequia llamada “Futuro”. En efecto, el “Futuro” solo puede ser concebido como entelequia, como perfección final de un proceso cósmico de Conciencia: el tiempo trascendente, cuyo initium es El Uno, Brahma, o como quiera que se quiera nombrar al Demiurgo, y cuyo final, la entelequia del Tiempo, El Futuro, es El Uno, Brahma, o como quiera que se quiera nombrar al Demiurgo....
El “tiempo trascendente”, según convenimos en la Primera Parte, es “trascendente” para el microcosmos, pero, en verdad, es una fluencia inmanente de la Conciencia Cósmica, del Alma del Demiurgo. Y esa Conciencia ha producido los Arquetipos cuyos procesos nos preocupan. Desde allí, pues, desde el Tiempo, el tiempo trascendente, parte todo lo real; y de allí también han de partir todas las interpretaciones sobre lo real; mas no se trata, ya, de una mera “dimensión como pretende la Física, sino del soporte esencial de todo lo existente, Solo después del Tiempo, a posteriori del tiempo trascendente “aparece el espacio” como efecto de los procesos arquetípicos que se desarrollan en los planos de la materia y la energía. Simplificando mucho la teoría de la Física Hiperbórea puede concluirse aquí que el espacio es un “segundo grado” del tiempo trascendente o bien un estado grosero del Tiempo, una categoría temporal inferior, una especie de “tiempo caído”, etc. El fundamento y la justificación de tal calificación proviene de que el espacio SOLO APARECE EN RELACION CON LA MATERIA, es producido por ella; pero la materia siempre sigue el proceso de los gravis: no puede escapar a su potencia plasmadora pues los gravis CAEN, como entes específicos del último Arquetipo de la escala, desde la Conciencia Cósmica, es decir, desde el tiempo trascendente; observando los extremos del proceso, es evidente que el espacio es CAUSADO por el tiempo trascendente mediante la materia organizada por los gravis.
Hemos dado un gran paso. Regresemos ahora a aquellas preguntas sobre la entelequia potencial y su coincidencia con el “centro de gravedad”. Si aplicamos los conceptos anteriores, al problema del campo gravitatorio, habremos de extraer conclusiones del todo diferentes a las que aporta la Física. Consideremos un campo de gran masa, la Tierra por ejemplo.

a -   Para la Física, alrededor de la Tierra existe un campo gravitatorio.
        Para la Sabiduría Hiperbórea, alrededor de la Tierra actúa la potencia del Arquetipo gravis.

b -   Para la Física, la masa de la Tierra deforma el espacio “curvándolo” en sus inmediaciones. Para la Sabiduría Hiperbórea, la masa de la Tierra genera un espacio curvo que es reflejo de la distorsión que el gravis representa con respecto al Tiempo trascendente.

c -   Para la Física, en el centro de la Tierra está situado el “centro de gravedad”, adonde convergen todas las líneas de fuerza, imaginarias que describe el campo gravitatorio.
        Para la Sabiduría Hiperbórea, en el centro de la Tierra HAY UN PUNTO QUE COINCIDE CON EL CENTRO DE GRAVEDAD: ES LA ENTELEQUIA GRAVIS.
Volvemos al principio. Pero en este momento podemos entenderlo: hay coincidencia espacial pero no temporal. No puede haberla pues la entelequia es el aspecto futuro del Arquetipo gravis. ¿Qué cabe esperar, entonces, del “centro de gravedad”, según la Sabiduría Hiperbórea?: un punto indiscernible, es decir, un punto que contradice el principium identitatis indiscernibilium de Leibniz. Ocurre así porque la entelequia, en tanto que perfección final del Arquetipo, es el Arquetipo mismo: DESDE LA ENTELEQUIA, EL GRAVIS PROMUEVE UN PROCESO QUE NO PUEDE INTERRUMPIRSE Y QUE VA DESDE LA POTENCIA (campo gravitatorio) HASTA LA ENTELEQUIA (centro de gravedad) QUE ESTÁ EN EL FUTURO; TAL CAMINO PROCESUAL ABRE UNA BRECHA EN EL ESPACIO, LO “DISTORSIONA”, PRODUCIENDO UN CONTACTO TOPOLOGICO ENTRE PLANOS DIFERENTES. En rigor de la verdad lo que ocurre en el “punto indiscernible” es que la entelequia “regenera” un punto del espacio transformándolo en tiempo; lo “eleva” si se quiere.
Indaguemos nuevamente ¿por qué indiscernible? Para que algo sea “indiscernible” debe poder ser comparado con otra cosa exactamente igual, con igualdad absoluta, es decir, con otra cosa que ocurra en el mismo instante y ocupe el mismo sitio. Solo así podríamos asegurar que “dos cosas son indiscernibles”: cuando “ambas” demuestran coincidencia de espacio y de tiempo. Pues bien, y aquí estamos tocando uno de los mayores Misterios que existen: LAS ENTELEQUIAS DE TODOS LOS GRAVIS SON INDISCERNIBLES. Con otras palabras: EN TODOS LOS ENTES, INDEPENDIENTEMENTE DE SU FORMA O TAMANO, EXISTE UN PUNTO INDISCERNIBLE. ESTA PROPIEDAD ES LA CAUSA DE LA ISOTROPIA DEL TIEMPO TRASCENDENTE. A través de los puntos indiscernibles, en efecto, FLUYE EL TIEMPO TRASCENDENTE y, como todo punto del espacio macrocósmico contiene un punto indiscernible, la fluencia temporal es isotrópica.
Y, como el “tiempo trascendente” es en realidad la corriente de Conciencia del Demiurgo, se comprende que en cada ente, desde el punto Indiscernible, está EL: está El IMPULSANDO el proceso del ente con su Aspecto Sabiduría, desde la entelequia potencial, y VIENDO el proceso del ente con su Aspecto Conciencia-Tiempo, desde el punto indiscernible.
Hay que meditar mucho sobre esa propiedad de los gravis para abarcar el Misterio que implica, en toda su profundidad. Como conclusión de este resumen de la Teoría Gravis vamos a destacar lo más importante.
Ante todo es necesario superar la barrera de incomprensión que opondrá la razón al plantear paradojas aparente irreductibles. No se debe olvidar que estarnos frente a un temible secreto, del cual no será fácil apoderarse; al menos no impunemente. El primer obstáculo es el problema, ya examinado en E4, de que el Arquetipo mantiene su singularidad absoluta mientras se manifiesta en la pluralidad de los entes. Esto es: si los puntos indiscernibles son todos una y la misma cosa ¿cómo pueden estar en distintos entes a la vez?; si el punto indiscernible de la Tierra es exactamente el mismo que el de Venus, por ejemplo ¿cómo es que millones de kilómetros separan a ambos planetas? Respuesta: desde luego, ello ocurre por que los puntos indiscernibles son “entelequias potenciales” del Arquetipo gravis: tomando esto en cuenta se entiende que la distancia que separa a los planetas no tiene nada que ver con los puntos indiscernibles pues los mismos coinciden finalmente en el futuro actual y ninguna distancia los separa en el presente potencial. Y lo mismo vale para cualquier otro ente que se desee considerar.

E6 - El núcleo indiscernible de los entes.
En E4, vimos que “la entelequia potencial del Arquetipo universal subyace en el ser en sí de los entes y determina una región indiscernible en cada uno de ellos donde conserva su singularidad absoluta”: tal “región” es el “núcleo indiscernible de los entes”. En E5 comprobamos que en el núcleo indiscernible de los entes materiales subyace, efectivamente, la entelequia potencial del Arquetipo gravis: “en todos los entes, independientemente de su tamaño, existe un punto indiscernible. Esta propiedad es la causa de la isotropía del tiempo trascendente”.
Ahora bien: para comprender con profundidad el concepto de “núcleo indiscernible” es necesario extender estas definiciones a la totalidad de los entes externos y a la totalidad de los Arquetipos universales. Vale decir: EN EL NUCLEO INDISCERNIBLE DE TODO ENTE SE ENCUENTRA LA ENTELEQUIA POTENCIAL DE SU ARQUETIPO UNIVERSAL, LA CUAL ES INDISCERNIBLE DE LA ENTELEQUIA DE CUALQUIER OTRO ARQUETIPO UNIVERSAL. Esta extraña propiedad, que asemeja el núcleo indiscernible a una pura nada, tiene su causa en el modo imitativo con que el Demiurgo ha producido los Arquetipos universales COMO REPLICA DE SI MISMO, DE SUS “ASPECTOS” ESENCIALES: por eso solo existe UNA MONADA Y DIEZ ARQUETIPOS CONFORMADOS CON TAL MONADA. Esto es importante; “ni nueve, ni once: diez Aspectos del Uno que determinan la esencia de todos los entes del Universo”. “Y una mónada, imagen perfecta del Uno, cuyo revestimiento formal es el Arquetipo gravis y cuya manifestación óntica es el quanto arquetípico; una única mónada repetida en todo punto del espacio cósmico, en todo ente, en todo ser en sí, en todo núcleo indiscernible que, por eso, es indiscernible e idéntico a cualquier otro Arquetipo o al inefable Uno”.
Los Arquetipos son sólo diez, como los Aspectos del Uno, pero combinados de muchos todos hacen posible la enorme multiplicidad de los entes; sin embargo, en el núcleo indiscernible de cualquier ente particular, la entelequia potencial, su propio llegar a ser, no puede ser diferenciada de la de otro ente: es indiscernible. Evidentemente, esta propiedad del núcleo indiscernible torna sumamente oscuro el concepto de “término universal” del ente que hemos explicado pues no deja ver, para nada, el modo en que los entes llegan a ser “individuales”. No obstante, ello se comprenderá fácilmente cuando se haga intervenir en la existencia del ente al “designio”, es decir, a su “término particular”, tal como se verá en detalle en E8.
En la Primera Parte (página 110) se adelantó el concepto de núcleo indiscernible y su curiosa propiedad, aunque recién ahora podrá ser comprendido con claridad: “conviene destacar que el tiempo trascendente no solo presenta la extraña cualidad, ya señalada de ser isotrópico para los entes permanentes y sucesivos y anisotrópico para otros tiempos sucesivos, sino que también es continuo y discontinuo a la vez. Ello se debe a que el espacio real se compone esencialmente de quantos arquetípicos, los cuales poseen, cada uno, un “puntó indiscernible”. Resulta, así, que en cualquier porción del espacio, por pequeña que sea, existe siempre una región coordenable, propiamente espacial, que constituye el principio de la extensión continua, y un “punto indiscernible”, no acotable, propiamente temporal, que es el mismo punto que podría localizarse en cualquier lugar del Universo: el punto indiscernible es denominado, también, EL OJO DE ABRAXAS. De esta manera todo ente sucesivo, por ejemplo, ES Y NO ES en cada momento de su acontecer; pero su ser es sucesivo y su no ser es permanente. El fin de todo ente, del ente particular y del ente universal, está presente en cada instante de tiempo trascendente: y de esta finalidad no escapan ni siquiera los entes autónomos o inmortales como el microcosmos actual del pasú. Por eso se dice que la sola percepción del aspecto sucesivo o fenoménico de los entes constituye una ILUSION, ya que su fin, la nada que alcanzará al concluir el tiempo sucesivo, que es igual a la nada inicial, anterior al tiempo sucesivo, se encuentra siempre presente en los entes, expuesta a la mirada aguda”.

E7 - El Ojo de Abraxas.
La Teoría Gravis, por otra parte, pone en primer plano el problema de la “individualidad de los entes”, cuya solución se da en E8. Sin entrar a considerar por ahora cómo es ello posible, observemos que los cinco perros de la figura 45, a pesar de que todos son manifestación de un mismo Arquetipo y tienden a la misma entelequia, PUEDEN SER DISTINGUIDOS ESPECIFICAMENTE COMO ENTES INDIVIDUALES: aquí este perro, allí ese otro, allá un tercero, acullá un cuarto, etc. Todo el mundo convendría sin dificultad en esta distinción, todo el mundo vería a los cinco perros señalados. Pero cuando las cosas cambian es al efectuar un examen semejante de los gravis, o de cualquier otra entelequia potencial, pues entonces el observador deberá admitir la realidad de los puntos indiscernibles: no podrá distinguir un gravis de otro y, ante su vista, DESAPARECERA LA PLURALIDAD DE LOS ENTES PARA DEJAR PASO A LA SINGULARIDAD DEL ARQUETIPO Y, TRAS DE EL, A LA TERRIBLE FAZ DEL DEMIURGO. Naturalmente, muchos reirán frente a esta posibilidad a la que calificarán de absurda: Y HARAN BIEN EN REIR. Si no están preparados para afrontar el Misterio mejor es que rían y permanezcan en la ignorancia pues son incontables QUIENES HAN ENLOQUECIDO FRENTE A LA REALIDAD DE LOS PUNTOS INDISCERNIBLES: hubo “místicos”, por ejemplo, que de pronto vieron OJOS EN TODAS LAS COSAS; o experimentadores que contemplaron el mundo con la percepción visual expandida por medio de algunas drogas y se horrorizaron al comprobar un COSMOS VIVIENTE, provisto de “millones de ojos” con los cuales “Dios los observaba desde todas las cosas” (EX OMNI PARTE OCULTA).
Es necesario advertir, pues, sobre el demencial peligro que acecha en el ser en sí de todo ente, en su término universal o finalidad.
Como sabemos, lo que el pasú puede conocer del ente es lo que le revela su término particular, su designio: EL DESIGNIO ES EL SER-PARA-EL-HOMBRE DEL ENTE, UN NOMBRE, UNA PALABRA, QUE LO INDIVIDUALIZA Y QUE HA SIDO PRONUNCIADA POR EL ASPECTO “LOGOS” DEL DEMIURGO. Pero lo que venimos estudiando hasta aquí es el término universal del ente, el ser en sí, quien se encuentra encerrado en su intimidad y es inaccesible al conocimiento del pasú; al pasú, en efecto, solo le es dado el conocimiento de los entes desde su exterioridad: Solo puede DIALOGAR con la naturaleza o el mundo, tomar el designio y poner el sentido en el ente, pero el ser en sí, el punto indiscernible, la entelequia potencial, ha de permanecer desconocido para él. Jamás sabrá que ha sido constantemente observado “desde todas las cosas” por el Ojo, uno y múltiple, de Abraxas.
Por el contrario, al virya no solo le es posible la percepción del ser en sí sino que tal experiencia forma parte de las técnicas de liberación espiritual. “Fuera del peligro real que representa un enfrentamiento tal con el Demiurgo, en la vía de la oposición estratégica ello constituye un riesgo calculado, al extremo que se cuenta de antemano con el mismo y se lo ha incluido como parte de la técnica. El enfrentamiento directo con el Demiurgo permite, en efectos el dominio del tiempo, es decir, independizar el área estratégica del arquémona, del tiempo trascendente del macrocosmos: la creación de un Tiempo propio”. (página 168). ¿Cómo?: “Ante todo, el virya ha de predisponer el arquémona con vistas a la oposición estratégica”; para ello debe: “definir un PUNTO EXTERIOR al arquémona, es decir, un punto en el Valplads; tal punto ha de quedar enfrentado al cerco infinito cuando el virya ocupe la plaza, y contra él se efectuará la oposición estratégica al tiempo trascendente; es necesario, entonces, asegurarse previamente de que dicho punto ha de permanecer siempre el mismo y DE QUE POR EL PASARA LA ISOTROPIA DEL TIEMPO TRASCENDENTE y continuará en el punto-cerco de proyección del virya; vale decir: es necesario OBLIGAR AL DEMIURGO, de antemano, a sostener la oposición estratégica. ¿Es posible cumplir tal condición? Respuesta: Sí; aplicando el principio de la Física Hiperbórea que afirma que TODA PORCION PONDERABLE DE MATERIA ES LA EXPRESION DE UNO O MAS ATOMOS ARQUETIPICOS, O QUANTUN ARQUETIPICOS, EN CADA UNO DE LOS CUALES EXISTE UN PUNTO INDISCERNIBLE: EN CADA PUNTO INDISCERNIBLE, QUE ES EL MISMO PUNTO EN TODOS LOS ATOMOS DEL UNIVERSO, EXISTE UN PUNTO DE TIEMPO TRASCENDENTE, PRESENTE EN CADA UNO DE ELLOS, EL DEMIURGO MANIFIESTA SU CONCIENCIA TIEMPO” (páginas 170-171). Este párrafo en bastardilla se ha de tornar claro ahora, a la luz de la Teoría gravis resumida en E5.
Mas, para el virya preocupado por su liberación espiritual, los puntos indiscernibles en los entes y la Presencia del Demiurgo son algo más que una teoría. Según la Sabiduría hiperbórea el encadenamiento espiritual es un acto de guerra enemigo y nadie puede desencadenar su Espíritu sin luchar: LA ACTITUD GUERRERA ES ESENCIAL EN LA VIA DE LA OPOSICION ESTRATEGICA QUE PROPONEMOS EN ESTE LIBRO, o en cualquier otra vía hiperbórea. De aquí que el enfrentamiento con el Demiurgo sea inevitable, tarde o temprano. Lo hemos repetido muchas veces y vale la pena recordarlo: la verdad, la única y efectiva verdad, está en el interior de cada uno, en la memoria de la sangre. Allí debe concurrir el virya para confirmar la Tesis Fundamental de la Sabiduría Hiperbórea. Por eso, para quien ha escuchado la voz de la sangre pura y decide combatir, el acto de guerra individual no puede caracterizarse de otra manera que por el odio gnóstico hacia el mundo del Demiurgo: el virya despierto tratará de experimentar, en todo momento la “hostilidad esencial”, procurando reorientar estratégicamente al Espíritu revertido. Y esa hostilidad esencial, que antaño desplegara el Espíritu Hiperbóreo contra el Universo material de El Uno, será el carácter que revestirá, en mínima medida, el acto de guerra que el virya despierto ejecutará contra él, es decir contra el macrocosmos del Demiurgo Jehová-Satanás (página 162). “Si tal es la resolución del virya, si tan gnósticos son sus objetivos, entonces todo estará dicho, no habrá más palabras engañosas ni signos vanos: EL ENFRENTAMIENTO SE TRASLADARA MAS ALLA DEL VELO DE MAYA, A UNA INSTANCIA ABSOLUTA EN LA QUE EL GUERRERO HIPERBOREO Y EL DEMIURGO LUCHARAN CARA A CARA. Y, como en el Origen de la Caída, en la lucha estará nuevamente en juego el encadenamiento espiritual: el virya despierto ha atacado para liberar al Espíritu cautivo y el Demiurgo responde para someter al Espíritu a una mayor y más atroz confusión” (página 163).
A todas estas citas hay que agregar lo siguiente: Y EN ESE ENFRENTAMIENTO INEVITABLE, EN EL QUE EL GUERRERO HIPERBOREO Y EL DEMIURGO LUCHARAN CARA A CARA, LA PRUEBA MAS DIFICIL QUE DEBERA AFRONTAR EL GUERRERO SERÁ LA CONTEMPLACION DE LA TERRIBLE FAZ DEL DEMIURGO. Por supuesto, el Demiurgo es un Actor con muchas Máscaras, pero aquí nos referimos a UNO DE SUS ASPECTOS: aquél que puede ser percibido en el ser en sí de los entes, es decir, en la entraña de TODOS los entes del mundo, a los que sostiene y vitaliza desde la entelequia gravis; ese Aspecto que la Sabiduría Hiperbórea denomina DRAGON DEL MUNDO (DRACONIS MUNDI) y la Kábala hebrea METATRON.
No es posible describir con palabras “la forma” del Dragón del Mundo, del ánima mundi, y no vale la pena intentarlo. Bastará con que nos formemos una idea sobre la PELIGROSA POTENCIA DISOLVENTE de esta imagen: y ello se logrará si aseguramos que solo quien dispone de UN VALOR INFINITO, es decir, un valor producto de la voluntad graciosa del espíritu infinito, consigue resistirla: para cualquier estado espiritual inferior, por ejemplo para el virya perdido, Su Aspecto es irresistible; el Dragón del Mundo sume en el terror a todo observador cuyo valor tenga algún límite moral; y por “todo observador” ha de entenderse “encarnado o desencarnado”, “hombre, alma o deva”, etc. La importancia de esto se verá con claridad si aseguramos que la prueba capital que la Sabiduría Hiperbórea impone para obtener la iniciación, esto es, la Prueba del Valor, consiste “solamente” en la contemplación de la Terrible Faz de El Uno; pero, esta Faz, puede ser el Dragón del Mundo como otra imagen tanto o más espantosa que ella, otro Aspecto demencial del Demiurgo, conocido como HIEDRA CRON, y que no es más que Su Rostro manifestado en todos los miembros de una Raza Sagrada, hebrea en este caso, vale decir, Su Rostro Uno presente en la pluralidad de los entes hebreos de la raza, en el sí mismo de la raza, en la entelequia potencial de la raza, es decir, en la SHEKINAH.
En resumen, aquí deseamos advertir que, siempre que se siga una vía secreta de liberación de las siete más una que propone la Sabiduría Hiperbórea, habrá algún momento en el que se producirá un enfrentamiento con el Demiurgo y que, contemplar Su Terrible Faz, puede ser peligroso si no se dispone de un valor sin límites. Pero debe ser claro que, aún cuando no exista lucha planteada, la visión del Dragón del Mundo por sí sola basta para producir un efecto devastador sobre el equilibrio racional: la estructura cultural puede salir parcial o totalmente destruida de esa experiencia o el sujeto cultural puede ser fagocitado por el “Dios de un ente” en un contexto extremadamente oblicuo; en cualquier caso, ello significa la locura.
Así, pues, ninguna precaución que el virya adopte será excesiva al tratarse de este tema puesto que EL DRAGON DEL MUNDO ESTA PRESENTE EN TODOS LOS ENTES, YA QUE TODOS LOS ENTES FORMAN PARTE DE SU CUERPO.
En la entelequia de los gravis, desde los puntos indiscernibles que están en todos los cuerpos, es decir, desde el tiempo trascendente que es Su Conciencia, está El sosteniendo el orden material. PERO EL NO ACTUA A TRAVES DE LOS GRAVIS. SOLAMENTE LOS SOSTIENE. NO ES EL ASPECTO LOGOS EL QUE SE MANIFIESTA EN LOS PUNTOS INDISCERNIBLES SINO EL ASPECTO CONCIENCIA-TIEMPO. NO ES EL VERBO SINO EL OJO DEL DEMIURGO. UN OJO MULTIPLICADO INCANSABLEMENTE EN TODA LA CREACION PERO QUE ES SIENPRE EL MISMO OJO: HE AQUI A MAYA. UN OJO QUE SE CONTEMPLA A SI MISMO, QUE SE ADMIRA PERPETUAMENTE DE SI MISMO. UN OJO QUE ESTA EN EL LOBO QUE ACECHA Y EN EL CORDERO QUE HUYE, EN EL HOMBRE QUE HUNDE EL PUÑAL EN SU HERMANO Y EN SU HERMANO QUE MUERE Y, TAMBIEN, EN EL PUÑAL QUE SE ENBRIAGA DE SANGRE BORBOTEANTE. UN OJO QUE MIRA DESDE EL AMADO Y DESDE LA AMADA Y DESDE LA TRAICION DEL TERCERO. EN FIN, ESE OJO, CUYA CUENCA ES UNA SIMA QUE DESCIENDE A LOS ABISMOS DEL BIEN Y DEL MAL, ES EL OJO DE ABRAXAS, UN OJO TERRIBLE E INSENSATO. No en vano los gnósticos alejandrinos, que sabían con qué clase de monstruo se las tenían que ver, encerraban al Ojo de Abraxas en un triángulo, es decir, aplicaban la “ley del cerco”, para no enloquecer de esquizofrenia. Los Iniciados Hiperbóreos, los viryas despiertos o los Caballeros de la por ejemplo, como aquellos gnósticos, también poseen técnicas para resistir la mirada disolvente del Demiurgo y a los puntos indiscernibles de los gravis en beneficio de la Estrategia de los Siddhas, Claro, nos Preguntaremos ¿aprovechar? ¿para qué? ¿cómo? Y estas preguntas parecerán no tener repuesta en una época en la que, si no se dispone de un Bevatrón, parece que nadie puede ni soñar con investigar el interior de la materia y, si no se posee una grúa hidráulica, ¿quién intentaría mover las piedras de Sacsahuaman? Pero la verdad es que solo para lo maravilloso se debe “aprovechar” la Teoría Gravis, que es una ciencia de los Siddhas y de la cual están excluidos los pasú y viryas perdidos.
Veamos algunas de tales posibilidades maravillosas. El que ha comprendido la Teoría Gravis, por ejemplo, puede BUSCAR EN SI MISMO, en su microcosmos el punto indiscernible y, POR MEDIO DE LA VOLUNTAD GRACIOSA, DESPLAZAR EL CENTRO DE GRAVEDAD FUERA DE SU CUERPO, EVITANDO EL PESO, ES DECIR, LA TRACCION QUE LA TIERRA EJERCE SOBRE SU MASA: ES LA “LEVITACION”. Pero, como su propio punto indiscernible es el mismo que el de esa piedra que está allí, podrá moverla también con un acto de su voluntad: es la “psicokinesia”. Mas, cuando a un cuerpo material hábilmente diseñado se lo lleva a coincidir en su entelequia con la de un cuerpo humano, entonces se dispone de un vehículo “que viaja sin motor”, como los que siempre han tripulado los Hiperbóreos. Y como en el punto indiscernible hay distorsión espacial, tales vehículos pueden tornarse invisibles por “aceleración temporal” y no por “altas vibraciones” como sostienen ciertos ufólogos materialistas y sinarcas.
Por ultimo: en el centro de la Tierra, dada la gran potencia de su masa, hay un poderoso punto indiscernible que altera de tal modo el espacio y el tiempo, que puede encontrar allí, SEGUN LA MANERA COMO SE ACOMETA EL ACERCAMIENTO, desde un núcleo de magma tan caro a los geólogos miopes, hasta una porción simultánea del espacio cósmico, es decir, un firmamento estrellado, pasando por muchos estados intermedios que dependen del espacio de significación demiúrgico.

E8 - Modelo de designio del ente externo.
En la Primera Parte (página 39) se definió al “designio demiúrgico” como la ESENCIA del ente para el pasú. Recordemos tal definición: “Para el pasú una Relación es, ante todo, la VERDAD del ente. Más, aquí hay que observar que no decimos LA ESENCIA sino LA VERDAD del ente: esta distinción indica que la esencia del ente es el DESIGNIO, en tanto que la Relación es un correlato racional, la interpretación del designio o ESQUEMA, lo verdaderamente conocido y, por lo tanto, “la VERDAD del ente”.
El designio es, pues, la esencia del ente externo, del ente situado en el mundo que ha sido objeto de la Intuición sensible: “En primer lugar hay que calificar al descubrimiento del designio como una TRASCENDENCIA del ente externo quien, de ese modo, se sitúa MAS ACÁ de la esfera sensorial. En efecto, mientras el Arquetipo universal jamás puede ser visto fuera del ente, ni en el ente mismo, pues es absolutamente inmanente, el designio del ente está pronto a ser-para-el-hombre, a trascender todas las barreras y rebelarse en plenitud. En otras palabras: el designio pasa a ser un OBJETO INIERIOR” (página 38). Tal “objeto interior”, luego de ser interpretado arquetípicamente por la segunda operación de la razón, es esquematizado e integrado en la estructura cultural como Relación entre Principios: la Relación contiene un esquema sémico del ente que constituye, para todos los efectos microcósmicos, la VERDAD del ente. Para facilitar la comprensión de modelo estructural convenimos, entonces, en representar a la Relación como un ENLACE CILINDRO entre nudos o Principios: el conjunto de una Relación y dos Principios fue denominado, así, SISTEMA SIMPLE y su representación puede verse en la figura 13.
En base al sistema simple de la figura 13 hemos desarrollado numerosos ejemplos y, de ellos, henos extraído muchas conclusiones fundamentales. Sin embargo hay una pregunta obvia a la que a no se ha respondido y que puede plantearse así: si la Relación del sistema simple de la figura 13 representa a “la verdad del ente” mediante un esquema sémico del designio o esencia del ente ¿cómo es tal designio, en el marco de las pautas analógicas del modelo estructural? Más claramente: ¿cómo sería un DESIGNIO ANALOGICO tal que su interpretación racional diese lugar al sistema simple de la figura 13?
Respuesta: A esta respuesta hay que denominarla: POSTULADO ESENCIAL DEL MODELO ESTRUCTURAL. El “postulado esencial” dice: A UNA ESPERA ONTICA CORRESPONDE UN ENLACE CILINDRICO EN LA ESTRUCTURA CULTURAL; A UNA SERIE DE ESFERAS CONCENTRICAS SUPERPUESTAS DE MAYOR MENOR, COMO “ESENCIA” DE UN ENTE EXTERNO CORRESPONDE UN HAZ DE PLANOS RECTANGULARES QUE SE INTERSECTAN EN EL EJE DEL ENLACE CILINDRICO COMO “VERDAD” DEL ENTE EN LA ESTRUCTURA CULTURAL.
El “modelo de designio”, cuya interpretación racional corresponde al enlace cilíndrico de la figura 13, es, pues, un cuerpo compuesto: lo integran una serie de esferas concéntricas, superpuestas de mayor a menor como las capas de una cebolla El postulado esencial nos asegura que el enlace cilíndrico de la figura 13 consiste en un haz de planos axiales, cada uno de los cuales tiene un lado de largo igual a su extensión y un lado de ancho igual al diámetro de su extremo circular; cada plano axial corresponde analógicamente a una esfera del modelo del designio y cada uno de ellos se intersecta en su mitad con todos los restantes planos, en una línea que pasa por el eje del enlace cilíndrico: dicho eje es el punto más profundo del núcleo axial de connotación. En la figura 46 se ha simbolizado el postulado esencial para facilitar su comprensión.
A la izquierda de la figura, en la Región B del macrocosmos (comparar con figura 39), se ha representado el designio del ente externo como una ESFERA ESTRATISFORME. Bajo ella, con tres ejes cartesianos, ortogonales, no numerables, se indica que el ente designado está situado en el “espacio analógico del macrocosmos: el “tiempo trascendente” (TT), la “Extensión del Sentido” (ES) y el “Logos demiúrgico” (LD), son dimensiones análogas respectivamente, “tiempo trascendente” (TT), “tiempo inmanente” (TI) y “significado” (S), del espacio analógico microcósmico que se ve a la derecha del dibujo. En la figura 39, es útil observar la analogía entre los planos temporales micro y macrocósmicos: se ve, que el “tiempo inmanente” del microcosmos, tiempo de la “conciencia” del pasú, es análogo al tiempo trascendente del macrocosmos, que es el tiempo de la “Conciencia” del Demiurgo; en cambio el “tiempo trascendente”, EN el microcosmos, es análogo a la “EXTENSION DE SENTIDO” en el macrocosmos: esta dimensión es una medida de la “duración” de un macroconcepto en la Conciencia del Demiurgo.
Volviendo a la figura 46, comprobamos que la dimensión “Logos demiúrgico” (LD) es análoga al “significado” (S) (ver figura 21) y que el modelo de designio se halla “centrado” sobre el eje que la representa: esto quiere decir que el designio es una PRODUCCION del Logos demiúrgico, concepto que será explicado más adelante.
Una flecha, titulada “percepción”, atraviesa la “esfera sensorial” y nos muestra el enlace cilíndrico de la estructura cultural que equivale sémicamente al ente descubierto: una “esfera estratiforme”, compuesta por una serie de esferas concéntricas, corresponde a un “cilindro estratiforme”, compuesto por un haz de planos axiales, tal como lo exige el postulado esencial.
Figura 46
Disponemos ahora, en concordancia con el modelo estructural empleado hasta aquí, de un “modelo de designio”, es decir, de un modelo “de la esencia del ente”. Nuestro objetivo será, desde luego, servirnos del “modelo de designio” para comprender el designio real ¿como? Respuesta: describiendo las correspondencias analógicas entre el modelo y el designio real y empleando el modelo para visualizarlas.
Comencemos por indagar ¿en qué consiste el designio real?
Respuesta: En principio, conviene recordar lo que se dijo en la Primera Parte (página 94):
“... la suprema importancia con que el Demiurgo ha designado a los entes prevee que, a trabes de estos, el hombre acceda a la entraña de su Plan. No se debe creer, desde luego, que el hombre solo conoce de los entes una mera apariencia, tal como pretende la ingenuidad racionalista de muchos pensadores. EN REALIDAD CADA DESIGNIO ES UNA PARTE DE UN PLAN QUE CONTIENE, PARADOJICAMENTE, A TODO EL PLAN: ES LA VOLUNTAD DEL DEMIURGO QUE EL HOMBRE “CONOZCA Y ADMIRE SU PLAN”.
Como respuesta podemos extraer de aquí que “el designio consiste en un Plan”. Más ¿y en qué consiste tal Plan? Respuesta: “EN UNA ESCALA DE FASES FORMATIVAS QUE VA DEL DEMIURGO AL ENTE” (página 94). A cada una de las formas de la serie la Sabiduría Hiperbórea las denomina MATRIZ ARQUETIPICA. El Plan del designio consiste, así, en “una serie de matrices arquetípicas”. Con más precisión, pues, nuestro objetivo será conocer la esencia del designio demiúrgico y la función del Plan en el que éste consiste. Para cumplir con este fin nada parece mejor que emplear el modelo del designio. Sin embargo, como veremos enseguida, no podemos iniciar ninguna explicación sin modificar previamente el modelo de designio. Ello se debe no a una falla sino a la estricta correspondencia analógica que el modelo guarda con la esencia de todo designio real y que dificulta la comprensión directa e inmediata. Examinemos el problema: el designio real consiste de un Plan cuyo proyecto consta de “una escala de fases formativas”, es decir, DE UNA SERIE DE MATRICES ARQUETIPICAS; pues bien, EN EL MODELO DE DESIGNIO, A CADA MATRIZ DE LA SERIE, CORRESPONDE UNA ESFERA CONCENTRICA. Luego sacaremos conclusiones sobre el por qué de semejante disposición formal; por ahora lo que nos debe interesar es notar que poca o ninguna observación podríamos hacer de una serie de esferas concéntricas, en donde la más exterior contiene a todas las otras en su interior. Es por eso que, AUNQUE LA FORMA DE “ESFERA ESTRATIFORME ES LA QUE GUARDA EQUIVALENCIA EXACTA CON EL DESIGNIO REAL, vamos a convenir en otra representación como “modelo de designio”.
Como lo ideal sería utilizar, pese a todo, la esfera estratiforme, lo que haremos será DERIVAR de ésta la forma más adecuada para facilitar la explicación. Tal forma se muestra en la figura 47 y, como su nombre lo indica, es el despliegue” de las esferas interiores que componían la esfera estratiforme: sobre el eje “Logos demiúrgico que representa la VOX del Demiurgo, se han dispuesto en sucesión la totalidad del DESIGNIO DESPLEGADO SERIE FORMATIVA de las esferas del modelo de designio; QUEDA ASI DESPLEGADO EL PLAN EN “SERIE FORMATIVA”, O SERIE DE FASES FORMALES, MAS SE DEBE RECORDAR EN TODO MOMENTO QUE ESTA REPRESENTACION ES SOLO UN RECURSO DIDÁCTICO Y QUE EL DESIGNIO REAL ES ANALOGO A LA ESFERA ESTRATIFORME DE LA FIGURA 46.
Figura 47
El designio real, en efecto, no presenta despliegue formal de ninguna clase y, por el contrario, la totalidad de su Plan se encuentra contenido en la interioridad del ente, análogamente a las esferas concéntricas en el interior de la esfera estratiforme.

E9 - El SER-PARA-EL-HOMBRE del ente externo.
Con la ayuda del “modelo de designio desplegado”, que hemos definido, vamos a explicar el designio real de los entes. Regresemos, para ello, a la figura 45 y al ejemplo de los cinco perros. Cada uno de tales perros posee, como contenido de su ser en sí, un núcleo indiscernible donde el Arquetipo perro subyace en su unidad absoluta. Sin embargo, vistos los entes desde su exterioridad, el pasú no percibe el núcleo indiscernible y la unidad del Arquetipo sino la aparente pluralidad de su evolución óntica; empero, descubre lo ESPECIFICO de lo plural y afirma la participación de lo universal: entes semejantes SON perros. Es posible distinguir cualitativamente a los miembros de la especie y unirlos cuantitativamente: son mamíferos, cuadrúpedos, ladran, etc.: SON PERROS; y, aquí uno, allí otro, allá un tercero, acullá un cuarto, etc.: SON CINCO PERROS. En la figura 45 comprobamos que los cinco perros se hallan en distinto nivel evolutivo: tres tienen 2º grado, otro ha progresado hasta el 4º grado, y el último, de más valor que los demás, se encuentra próximo a concretar la entelequia, en el enésimo grado del progreso evolutivo. Pero, cualquiera sea el caso, idéntico progreso como los de 2º grado, o distinta evolución como los de 2º, 4º y nº entre sí, SIEMPRE ES POSIBLE DISTINGUIRLOS COMO ENTES INDIVIDUALES: aquí uno, allí otro, etc. Si todos son uno en el núcleo indiscernible ¿cuál es el principio que hace posible su pluralidad, que nos permite señalar aquí uno, allí otro, etc.? Más claramente planteada: Si el carácter específico del Arquetipo perro, presente en los entes, nos permite afirmar; -¡estos SON perros!- ¿cuál es el principio por el cual podemos señalar a ESTE perro como algo único también, diferente, de los demás miembros de su especie?; hay cinco perros y señalamos a UNO de ellos: ESTE PERRO ¿por qué éste y no otro?; el Arquetipo perro hace que este ente sea un perro ¿qué hace que este perro sea éste y no otro?. Respuesta: el PRINCIPIO DE INDIVIDUACION. Los cinco perros son ENTES INDIVIDUALES (ver figura 45) porque además del Arquetipo perro en cada uno de ellos actúa el “principio de individuación”; tal principio es una ley del Demiurgo que expresa la SUPRAFINALIDAD de los entes, su modo de existir individual destinado al descubrimiento humano.
Veamos cómo formula la Sabiduría Hiperbórea el principio de individuación: EN TODO ENTE, ADEMÁS DEL TERMINO UNIVERSAL QUE SUBYACE EN EL NUCLEO INDISCERNIBLE DE SU SER EN SI, EXISTE UN TERMINO PARTICULAR O SER-PARA-EL-HOMBRE CUYA FUNCION ES CAUSAR LA EXISTENCIA INDIVIDUAL DE LOS ENTES Y REVELAR AL HOMBRE LA ESENCIA DE TALES EXISTENCIAS INDIVIDUALES. CADA ENTE HA SIDO “DESIGNADO” POR EL DEMIURGO CON UN TERMINO PARTICULAR QUE LO HA DE INDIVIDUALIZAR-PARA-EL-HOMBRE: DE ALLI QUE AL TERMINO PARTICULAR SE LO CONOZCA COMO “DESIGNIO DEMIURGICO DEL ENTE”. Con respecto al designio, la Sabiduría Hiperbórea destaca la siguiente propiedad fundamental: A IGUALDAD DE ESPECIE IDENTIDAD DE DESIGNIO.
Pero esta última propiedad nos plantea de inmediato un problema: si los miembros de una especie, por ejemplo los cinco perros, han sido designados por el Demiurgo CON EL MISMO TERMINO PARTICULAR ¿cómo actúa, pues, el “principio de individuación”, que nos permite señalar concretamente: aquí éste, allí ése, etc.? Respuesta: Según vimos, el designio consiste en un Plan cuyo proyecto es una serie de matrices arquetípicas: la respuesta es que EL ENTE INDIVIDUAL SE CONFORMA EN BASE A SOLO UNA DE LAS MATRICES ARQUETIPICAS DE LA SERIE FORMATIVA. Para hacerlo claro, notemos que cada uno de los cinco perros ha sido designado por el Demiurgo con EL MISMO “DESIGNIO PERRO”: sIn embargo, cada uno de ellos evoluciona conforme a una matriz arquetípica particular del Plan, que los transforma en “entes individuales”; por eso podemos señalarlos sin dudas: aquí este perro, allí ése, etc.
Por supuesto que con la respuesta anterior no ha quedado aclarada, ni mucho menos, la noción de designio demiúrgico. Si el designio es el verdadero principio de individuación de los entes, no es por ello el UNICO fundamento de la existencia: por el contrario, al momento de su designación los entes YA SON, ya tienen un ser en sí y con ello una naturaleza específica; lo que determina el designio es la conformación INDIVIDUAL de esta naturaleza específica. Por lo tanto, en el acto de existir, concurren en el ente dos términos, el universal del Arquetipo y el particular del designio, y solo podrá ser comprendido dicho acto si se considera estructuralmente la función simultánea de ambos términos.
En principio, hay que afirmar que todo ente individual del Universo ha sido designado PARTICULAR por el Demiurgo. Aunque esta idea puede parecer excesiva, no olvidemos que la Conciencia del Demiurgo está presente en todo punto del espacio cósmico a través de los puntos indiscernibles, observando todo ente con el Ojo de Abraxas. Igualmente, el Aspecto Logos del Demiurgo designa todo ente con que se manifiesta cualquier Arquetipo universal. Como ejemplo, se puede señalar que cada vez que el Arquetipo perro se manifestó en uno de los cinco perros, en el 1º grado del progreso evolutivo, el Demiurgo lo nombró, también, con el “designio perro”, determinándolo como ente individual.
El designio es la PROPOSICION sobre los entes que el Demiurgo hace al hombre. Por eso, contrariamente al ser en sí, que está cerrado en sí mismo, inaccesible en la intimidad del núcleo indiscernible, el ser-para-el-hombre, el designio, está pronto a revelarse, a salir fuera del ente y exhibir la PROPUESTA esencial, Los designios, que son la VOX del Demiurgo en los entes, su PALABRA, al estar dirigidos hacia el hombre para revelarle las esencias realizan un SERMO, un diálogo entre el hombre y los entes, entre el pasú y su Dios; y la RESPUESTA del hombre, su réplica, es la expresión del sentido, la proyección del signo significativo sobre el ente, sobre el Demiurgo en el ente, sobre su Dios. Pero esta respuesta del pasú al sermo de Dios, la signación del ente por la expresión postora de sentido, transforma al ente en objeto cultural, en miembro de una superestructura, en parte integrante de una cultura: por eso la Sabiduría Hiperbórea afirma que la cultura surge de un acto dialéctico con la naturaleza, de un sermonis naturalis.
Hemos de hacer aquí, una aclaración semántica. Como veremos enseguida, el designio consiste, para el pasú, en “el SUPUESTO esencial del ente”. Pero este concepto no será comprendido correctamente si no aclaramos el significado del vocablo “supuesto”, pues en el lenguaje corriente el mismo ha adquirido un sentido peyorativo de “falsedad” o “hipótesis”. En efecto, en Castellano, “supuesto” es un participio pasivo del verbo transitivo “suponer”, al que el Diccionario Sopena define como “Dar por sentada y considerar como existente una cosa. Fingir una cosa”; aquí se ve, ya, el sentido negativo, pero donde mejor podría apreciarse es en la “acción de suponer”, es decir, en la “suposición”; el Diccionario Sopena Dice que la suposición es: “Aquello que se supone o da por sentado. Autoridad, distinción y talento impostura o falsedad”. Por último, el mismo diccionario afirma que “supuesto” es: “Materia que no se expresa en la proposición, pero que sirve de fundamento a la verdad de ella. Hipótesis. Todo ser que es principio de sus actos”.
Para aclarar la confusión de significados, debemos acudir a las raíces latinas y señalar que el “supuesto” al que alude la Sabiduría Hiperbórea es el SUPPOSITUM, del verbo transitivo SUPPONO que significa: PONER DEBAJO. En nuestro caso el suppositum es el designio, “supuesto en el ente por el Demiurgo como aquella determinación ontológica esencial que se une a la NATURALEZA del ente, es decir, a la determinación ontológica del Arquetipo universal, para formalizar su individuación específica”. Es evidente que el suppositum del designio en el ente es un supuesto real, una condición esencial de la facticidad del ente, y no una mera Hipótesis. Sin embargo, el vocablo siempre aparecerá sospechoso de irrealidad o falsedad por su connotación de suposición, o suppositio, es decir, de hipótesis nominal.
Es imprescindible, pues, evitar la confusión, y, como no queremos prescindir del concepto de suppositum, el camino inevitable parece ser la definición de un neologismo sinónimo, un vocablo que denote el antiguo significado de “poner debajo” pero que no connote que tal hecho es una “suposición”. Quien reúne sin dudas esas propiedades es el término SUBPUESTO, que emplearemos en adelante como sinónimo de suppositum.
Pues bien: el designio ha sido PROPUESTO por el Demiurgo como ser-para-el-hombre del ente y, con esa suprafinalidad, lo SUBPONE en el ente para que determine si existencia individual de acuerdo al principio de individuación. Pero el designio es una vox que consiste en una serie de matrices arquetípicas: lo que efectivamente actúa en la conformación individual es UNA matriz arquetípica de la serie formativa; ESA UNICA MATRIZ ACTIVA ES EL SULBPUESTO ESENCIAL DEL ENTE. Las restantes matrices se denominan VIRTUALES y son quienes determinan las FORMAS ACCIDENTALES del ente, es decir, las propiedades NO ESENCIALES que podría obtener o perder durante su existencia. Sin embargo, en el designio PROPUESTO en un ente, subsisten tanto la MATRIZ ESENCIAL SUBPUESTA como la totalidad de las MATRICES VIRTUALES que completan la serie formativa “que va desde el Demiurgo al ente”. De allí la analogía que mantiene el designio con la esfera estratiforme según el postulado esencial: en el ente, en todo instante, subsisten la totalidad de las matrices arquetípicas que integran el designio, análogamente ha como en la esfera estratiforme en todo instante están presente TODAS las esferas concéntricas de la serie. Ese ir “desde el Demiurgo al ente” con que calificamos a la “serie de fases formales” indica que las matrices arquetípicas están en PROCESION VERBAL, vale decir, PROCEDEN del Logos demiúrgico, que es quien las PRODUCE con su VOX. La analogía de la “procesión verbal” de las matrices arquetípicas se conserva aun en el modelo de designio desplegado de la figura 47, en la serie formativa de esferas, distribuidas sucesivamente en un ente o sutratma que representa el Verbo del Demiurgo su VOCIS DESIGNATIONIS.
De todas las matrices arquetípicas del designio, que subsisten en el ente, SOLO UNA REALIZA EL SUBPUESTO ESENCIAL QUE LO INDIVIDUALIZA Y, A LA VEZ, LO CONVIERTE EN SER-PARA-EL-HOMBRE. ¿Qué significa esto? Llegaremos a la Respuesta mediante un razonamiento.
Ante todo, afirmemos lo ya explicado: PARA QUE UN ENTE INDIVIDUAL EXISTA COMO TAL DEBEN CONCURRIR DOS TERMINOS; UNO, UNIVERSAL, ES EL SER EN SI COMO SE MANIFIESTA EL ARQUETIPO UNIVERSAL; OTRO, PARTICULAR, ES EL SER-PARA-EL-HOMBRE COMO SE MANIFIESTA EL DESIGNIO, LA MATRIZ ESENCIAL DEL DESIGNIO. De estos dos términos el “universal” otorga EXISTENCIA NATURAL E IMPULSO EVOLUTIVO, y el “particular” EXISTENCIA INDIVIDUAL ESPECIFICA. Desde luego, que si la existencia misma del ente está causada por los dos términos a la vez, solo es posible separarlos con la razón, por medio del análisis. Pero este análisis para no cometer los errores que hemos criticado en otro inciso, debe limitarse a una descripción estructural. Solo así, sin olvidar que la existencia óntica reconoce una doble determinación ontológica inseparable, podremos señalar y describir las propiedades de cada término por separado.
Con estas condiciones podemos asegurar que el ser en sí del ente, el término universal, es quien le otorga EXISTENCIA NATURAL y quien lo IMPULSA A PROGRESAR EVOLUTIVAMENTE EN SU EXISTENCIA: el Arquetipo actúa en el ente, desde el ser en sí, como principio inmanente de su movimiento evolutivo, un movimiento en espiral por el cual el ente progresa hacia la entelequia o finalidad. Ahora bien: una cosa que solo existiese sostenida por la actividad del ser en sí del Arquetipo universal tendría subsistencia natural pero no entidad específica. Por ejemplo, la actividad evolutiva del “Arquetipo perro” de la figura 45, EN LO QUE UNICAMENTE A EL RESPECTA, solo conseguiría manifestarse en substancias de inequívoca NATURALEZA CANINA pero carentes de entidad específica: no podríamos señalar entonces, aquí este perro, allí ese otro, etc. Para que los entes emerjan individualmente de lo natural es necesario subponer una esencia específica: y esa es la función de la matriz arquetípica esencial del designio. Es así que las cinco manifestaciones substanciales del Arquetipo perro, todas de idéntica naturaleza, se transforman en ENTES INDIVIDUALES, en perros, individuo y especie, por estar SUBPUESTA la matriz esencial del designio perro, distinta en cada ente.
Ciertamente, la esencia determinada por la “matriz esencial” es la esencia real, la esencia que caracteriza al ente individual, y no la “esencia específica” o quiddidad, es decir, la esencia contenida en la definición proposicional: la “esencia específica” es una generalización abstracta de las propiedades reales del ente individual TOMADO EN PLURAL, es decir, es un concepto tajada de la estructura cultural; la “esencia específica” corresponde al carácter inmanente del Arquetipo universal, aunque ello sea imposible de verificar por el pasú.
La esencia de la “matriz esencial”, por el contrario, es quien realmente determina la existencia óntica y quien efectivamente trasciende lo óntico para revelar al hombre. Esta esencia del ente individual es puramente singular y, por lo tanto, ES APRIORI DE LA ESPECIE Y EL GENERO, que solo pueden determinarse a partir de la pluralidad: pero su aprioridad es FÁCTICA mientras que la aposterioridad de la especie y el género es meramente IDEAL. Un concepto de “esencia específica”, construido en base a propiedades percibidas en entes individuales concretos, es “EL LIMITE DE LA CERTIDUMBRE RACIONAL” que el virya despierto jamás se permitirá traspasar (página 438).

E10 - Estudio analógico de un ente concreto.
Reconocemos, pues, dos determinaciones ontológicas fundamentales en todo ente: el término universal y el término particular. Ambos términos determinan sendos modos de existir: el término universal causa la “existencia natural” del ente, en tanto que el término particular causa su “existencia individual”, la única que puede conocer directamente el pasú; la “existencia natural” solo puede ser inferida a partir de la intuición, lo específico en una pluralidad de entes.
Podemos visualizar este proceso de doble determinación ontológica si nos referimos a un ejemplo específico y lo representamos gráficamente mediante el “modelo de designio desplegado”. Como ejemplo, tomaremos uno de los caballos de la figura 45, y, como modelo de designio, el desplegado de la figura 47. Llegamos, así, a la configuración que muestra la figura 48.
Para entender esta figura hay que comenzar a examinarla por el “Arquetipo caballo” que se encuentra en la parte superior, en el espacio analógico correspondiente al plano arquetípico. En ese plano, tal como se indica en la figura 45, el Arquetipo caballo es un SER UNIVERSAL, es decir, un ser absolutamente singular pero dotado de una potencia formativa que le permite manifestar su entelequia potencial en una pluralidad de entes del plano material. La figura 48 exhibe UNO de tales entes individuales, cuyo proceso evolutivo ha sido sorprendido en el momento que alcanza el grado enésimo del valor positivo: la trayectoria en espiral demuestra que el progreso del ente equino se efectuó de acuerdo con la “ley de evolución” de los procesos arquetípicos. Si el ente equino hubiese sido sorprendido en cualquier otro “momento” de su evolución, es decir, en cualquier otro punto de la espiral evolutiva, el caso seria análogo al representado en la figura 48, con la sola diferencia de su valor positivo medido en la escala gradual de momentos progresivos. Sin embargo, el desarrollo del ente equino determinado por la fuerza del Arquetipo caballo NO ALCANZA PARA HACER DE ESTE UN CABALLO INDIVIDUAL: “ESE CABALLO”. El impulso evolutivo del arquetipo caballo, su entelequia potencial manifestada en el plano material, todo lo que consigue es dotar a un átomo arquetípico, a un gravis, de “naturaleza equina” en su propia potencia formativa. Con otras palabras, el gravis, que NO ES ESTRUCTURADOR DE FORMA, pero que posee entidad material, recibe la determinación formal para su potencia de parte del Arquetipo caballo: ésta es la naturaleza equina del ente, el término universal, su ser en sí.
Figura 48
La entelequia potencial del Arquetipo caballo coincide en el núcleo indiscernible con la entelequia gravis y desde allí, desde el ser en sí del ente equino, activa el proceso evolutivo.
Pero la naturaleza equina del ente no hace de este un caballo individual: “ese caballo”; es necesario, para ello, la concurrencia simultánea de una segunda determinación ontológica: un término particular que causa su individuación, un principio que haga de EL caballo, ESE caballo. Semejante principio no puede ser otra cosa más que un PLAN ACTIVO, vale decir, un Plan CAPAZ de convertir el ente equino en caballo individual por el solo hecho de su subsistencia. Y esto es el DESIGNIO CABALLO: un PLAN ACTIVO porque es un PLAN VIVO; un PROGRAMA animado por el Logos, por el Verbo del Demiurgo, perfectamente EFICAZ para formular la individualidad del ente equino; un Plan que conforma a todo Plan, que determina la existencia de ESE caballo individual en relación lógica con todo otro caballo y con todo otro ente; un Plan que, a la vez que determina la existencia individual del caballo, constituye un proyecto de su DESTINO. El designio, en resumen, consiste en un Plan activo, viviente, capaz, y eficaz, para causar la individualidad del ente y programar su destino. En la figura 48, mediante el modelo del designio desplegado, podernos observar una representación analógica del efecto que el designio caballo causa en el ente equino.
Sobre el eje (LP), que expresa una DIRECCION o INTENCION del LOGOS DEMIURGICO, se ha representado con esferas de diferente diámetro consecutivo el despliegue analógico del designio caballo: cada esfera corresponde a una matriz arquetípica de la serie formativa, es decir; del Plan activo, de acuerdo con el modelo expuesto en la figura 47. Lo primero que se advierte, en la figura 48, es que el ente equino, que venía evolucionando en el plano material según una trayectoria espiriforme, consiste también en una de las matrices arquetípicas del designio caballo desplegado: ello no es más que la expresión gráfica de la doble determinación ontológica del ente equino. La esfera señalada como “caballo óntico”, es decir, el caballo real, individual, ESE caballo, es a la vez UNA de las matrices arquetípicas del designio, la MATRIZ ESENCIAL, y UN ente equino que evoluciona progresando hacia la entelequia con movimiento espiriforme. Pero la FORMA del caballo óntico está de-terminada exclusivamente por la matriz esencial del designio, tal como muestra la figura, que por eso se denomina “término particular” o ser-para-el-hombre: el término universal, el ser en sí del ente equino, es decir, la entelequia potencial del Arquetipo caballo subyacente en el núcleo indiscernible, no puede ser representada bajo ninguna forma; su presencia en el caballo óntico solo ha de ser inferida por la espiral de la ley de evolución, lo que corresponde estrictamente con los hechos reales puesto que tal espiral representa al PROCESO evolutivo del Arquetipo caballo, es decir, al NEXO que une en todo momento al Arquetipo caballo con su entelequia potencial o ser en sí del ente equino.
La comprensión de la figura 48 será más completa si notamos que el caballo óntico existe en un “espacio analógico macrocósmico”, formado por los ejes (LD), (ES) y (TT), semejante al que se definió en la figura 46. Es conveniente, asimismo, examinar este espacio analógico en relación con la figura 39. Con respecto a la trayectoria espiriforme que desarrolla el ente equino en el plano material, cabe advertir que la misma ocurre EN EL SENTIDO DEL TIEMPO TRASCENDENTE (TT), lo que confirma EL VALOR POSITIVO DEL PROGRESO TEMPORAL: el Arquetipo caballo se ACTUALIZA constantemente a medida que el ente equino evoluciona; la “ley de evolución” consiste en un movimiento en espiral con el que el proceso va conformando al ente hasta ajustarlo a la entelequia potencial; y en ese devenir, que acontece en el tiempo trascendente, el ente equino va progresando, va ganando en valor, tal como se comprueba en la “escala de momentos progresivos” graduada a la izquierda de la figura.
La noción de “designio demiúrgico” quedará bastante clara, ahora, si profundizamos la descripción analógica de la figura 48. Consideremos, en primer lugar, las matrices arquetípicas que integran la serie formativa del designio caballo: solo UNA de ellas, la MATRIZ ESENCIAL, determina la forma individual del caballo óntico, transforma al ente equino universal en ESE caballo particular ¿qué ocurre entonces con las restantes matrices de la serie, es decir, con las MATRICES VIRTUALES? Respuesta: Salvo la matriz esencial, que es permanentemente activa, las restantes matrices de la serie, las matrices virtuales, subsisten en el caballo óntico como POSIBILIDADES DE DETERMINACION NO ESENCIAL DE LA FORMA EQUINA. Las matrices virtuales son, pues, las que determinan LAS PROPIEDADES ACCIDENTALES del caballo óntico, aquello que puede agregarse o quitarse al mismo sin que por ello deje de ser ESE caballo: A LA SECUENCIA DE MATRICES VIRTUALES QUE SE ACTUALIZAN EN ALGUN MOMENTO, POR PEQUEÑO QUE SEA, DEL PASADO, PRESENTE, O FUTURO, DE LA VIDA DE UN MISMO CABALLO, Y EN UN MISMO ESPACIO DE SIGNIFICACION NACROCOSMICA, SE LO DENOMINA “DESTINO REAL DEL CABALLO ONTICO”. Esta respuesta nos dice que toda propiedad accidental que altere la forma del caballo óntico, aún aquella modificación contingente que aparenta ser efecto del puro azar, oculta en realidad un origen determinado por las matrices virtuales: el accidente solo puede acaecer sobre la forma esencial porque se halla FUNDAMENTADO por la matriz virtual en acto; el accidente es el acto de la matriz virtual. Hay así, en cada ente Individual, en cada caballo, una cierta APTITUD para recibir o ceder propiedades no esenciales, una cierta CAPACIDAD para el cambio accidental, es decir, una predisposición para cumplir un DESTINO.
El ser en sí actúa desde la intimidad del ente equino, desde el núcleo indiscernible, impulsando un proceso evolutivo que apunta hacía la perfección entelequial; la matriz esencial del designio, del ser-para-el-hombre, conforma al ente equino y le otorga individualidad concreta, haciendo factible la realidad de aquella perfección propuesta; las matrices virtuales deciden, en relación con los restantes entes del macrocosmos, si la perfección entelequial será alcanzada o no, si la evolución del ente equino continuará hasta tal o cual grado o si se detendrá y ocurrirá la disolución óntica, etc.; las matrices virtuales deciden, pues, la suerte de caballo óntico, su destino real. Sintetizando todo esto, EL “TERNINO UNIVERSAL” DEL ENTE EQUINO, SU SER EN SI, LE OTORGA “EXISTENCIA NATURAL” E “IMPULSO EVOLUTIVO” (página 437) EN TANTO QUE EL “TERMINO PARTICULAR”, EL DESIGNIO O SER-PARA-EL-HOMBRE, POR LA ACTIVIDAD DE LA MATRIZ ESENCIAL SUBPUESTA LE ASEGURA “EXISTENCIA INDIVIDUAL ESPECIFICA” (página 469) A ESA EXISTENCIA BI-ONTOLOGICA, NATURAL Y ESPECIFICA, LAS MATRICES VIRTUALES CONDICIONAN CON UN “DESTINO UNICO”.
Por último, se puede completar el concepto del designio COMO SERIE FORMATIVA recurriendo al modelo de designio definido en la figura 46. Según el postulado esencial del modelo estructural, si el ente externo consiste en una esfera estratiforme, su esquema en la estructura cultural consistirá en un enlace cilíndrico semejante al de las figuras 13, 14, 15, 18, 19, 20, 21, 24 y 25. Dada su importancia como modelo, conviene aportar alguna precisión más sobre la esfera estratiforme: vale destacar, entonces, la CUALIDAD de que cada esfera, desde la más exterior o superficial hasta la más interior o central, se diferencia de su inmediata consecutiva en que SU RADIO ES UN PUNTO MENOR. Esto se comprenderá fácilmente si establecemos la condición de que cada esfera concéntrica sea de ESPESOR PUNTUAL y de que NO EXISTA ESPACIO VACIO EN ELLAS.
El “radio” de una esfera es la distancia que se mide entre el punto central (o) y cualquiera de los puntos de la superficie interior o exterior: en el primer caso, la distancia se denomina “radio interior”; en el segundo caso, “radio exterior”: la diferencia entre la extensión o “módulo” de ambos radios es igual al espesor de la esfera, es decir, a la distancia entre dos puntos correspondientes de la superficie interior y exterior. Es claro que, de acuerdo a la condición establecida, “de que cada esfera sea de espesor puntual”, la distinción entre “radio interior” y “radio exterior” carece de sentido: conviene definir, en cambio, un “radio único” tal que su punto extremo no central coincida con un punto de la superficie esférica Y, como para cumplir con la segunda condición, “de que no exista espacio vacío entre ellas” resulta evidente que los radios de las esferas consecutivas solo han de diferir en un punto de su longitud o módulo. Una situación semejante se ha ilustrado en la figura 49, donde los círculos representan a los puntos de dos esferas consecutivas y los arcos de circunferencia o segmentos de la sección de sus espesores: en ese caso, el radio (ρ) de la esfera consecutiva interior es un punto menos extenso que el radio (φ) de la esfera mayor.
Así dispuesta la esfera estratiforme ¿qué nos dice el modelo de designio? Respuesta: que si cada esfera consecutiva difiere únicamente en un punto radial de su inmediata anterior o posterior, y si cada una de ellas corresponde analógicamente con una matriz arquetípica del designio real, entonces las matrices arquetípicas de la serie formativa han de diferir consecutivamente entre sí EN SOLO UNA CUALIDAD, NOTA, RASGO, CARACTER, PROPIEDAD, ETC. Con otras palabras, por ejemplo, una matriz difiere de la siguiente en una cualidad, y ésta, a su vez, difiere de la siguiente en otra cualidad distinta, y ésta matriz, luego, difiere también de la que sigue en otra cualidad distinta de una de las dos anteriores, y así sucesivamente hasta completar la serie formativa con matrices arquetípicas referidas a la determinación de un mismo ente: se comprende, pues, la enorme cantidad de matrices arquetípicas que han de estar contenidas en el designio de un ente si las mismas han de contemplar un alto numero de cualidades y sus combinaciones formales y estructurales.
Se puede aplicar esta conclusión, al ejemplo de la figura 48, es decir, al designio caballo, si renunciamos previamente al empleo del modelo de designio desplegado y considerarnos, como realmente ocurre, que en el ente equino, en su ser-para-el-hombre, subsisten la totalidad de las matrices arquetípicas de la serie formativa. Siendo así, podemos afirmar que toda matriz caballo, de la serie formativa del designio caballo, difiere de cualquier otra matriz consecutiva en solo una cualidad. Cuando actúa el principio de individuación, una matriz arquetípica particular, única para ESE caballo, conforma al ente equino, da término individual a su naturaleza, y se activa como “matriz esencial” del caballo real: es fácil inferir, de aquí, que las matrices consecutivas más cercanas, matrices virtuales del caballo solo han de diferir muy levemente de la matriz esencial activa: en una cualidad o nota cada una. Una diferencia apreciable recién podría advertirse luego de tomar “distancia formal” con la matriz esencial, es decir, luego de situarse en un punto distante de la serie formativa y de efectuar una comparación de la homología estructural con la matriz virtual allí observada.
Figura 49
Finalmente, no hay que olvidar que tales diferencias cualitativas entre las matrices arquetípicas son las que determinan los accidentes y el destino del ente.

E11 - Gnoseología del designio o ser-para-el-hombre.
El designio demiúrgico es el ser-para-el-hombre del ente, el término que hace que el ente sea un individuo-para-el-hombre, una cosa única, que emerge de lo natural y se revela a la intuición sensible y a la razón: la matriz esencial subpuesta y la eventual actividad de las matrices virtuales, TERMINAN para el hombre las perfecciones en potencia del ser en sí del ente, perfecciones que subsisten en el núcleo indiscernible como la naturaleza universal del ente determinada por la entelequia potencial. De aquí que convenga advertir una importante distinción entre ambos TERMINOS, el “universal” o ser en sí y el “particular” o ser-para-el-hombre: El ser en sí o entelequia potencial, en efecto, es la finalidad de la evolución del ente y, por lo tanto, un TERMINO POTENCIAL, un “termino universal” pero propio del futuro actual; el ser en sí, en rigor de la Sabiduría Hiperbórea, es un TERMINO UNIVERSAL POTENCIAL. El ser-para-el-hombre, el designio demiúrgico del ente, por el contrarío, es la suprafinalidad propuesta para, el hombre, ese microcosmos donde se reflejará la esencia del ente y desde donde retornará el sentido al ente: operación, acto de amor, con el cual el microcosmos, el pasú, cumple con su finalidad eticopsicológica y proporciona placer al Demiurgo; el designio demiúrgico no solo individualiza al ente sino que está dispuesto a revelar esta individualidad al hombre EN TODO MOMENTO, es decir, EN CADA MOMENTO DEL PROCESO EVOLUTIVO. El designio está ligado, así, al ACTO INDIVIDUAL del ente y por eso es un TERMINO ACTUAL, un “término particular” pero propio del presente actual; ser-para-el-hombre, en rigor de la Sabiduría Hiperbórea, es un TERMINO PARTICULAR ACTUAL.
Cuando la intuición sensible de un ente externo pone a este en contacto con la razón, y la primera operación elimina el Arquetipo universal, queda descubierto el designio, “más acá de la esfera sensorial”, es decir, queda expuesto su Plan a la interpretación de la segunda operación racional: la razón construye, entonces, un ESQUEMA SEMICO del designio demiúrgico y lo integra como Relación entre Principios, como enlace entrenudos de la estructura cultural. El esquema contenido en la Relación constituye la VERDAD del ente porque es la interpretación racional, un reflejo interno, de la ESENCIA verdaderamente conocida del ente: para el sujeto cultural o para el sujeto consciente, la aprehensión, en cualquier momento, del esquema del ente o Relación equivale a la efectiva aprehensión del ente. Sin embargo la inteligencia del pasú o del virya perdido solo alcanza para notar el esquema en el contexto de unos pocos planos de significación habitual: de semejante notación surgen los conceptos tajada, que son símbolos incompletos del ente, descripciones lingüísticas del esquema. Empero, de todos los lenguajes posibles, hay uno que es normalmente “horizontal” y corresponde a un idioma sociocultural, vale decir, a un lenguaje que es habitualmente empleado para expresar y COMUNICAR el significado de los conceptos a los restantes miembros de la sociedad cultural; EL CONCEPTO DEL ENTE, EXPRESADO EN ESE LENGUAJE NORMALMENTE HORIZONTAL, PROPONE COMO VERDAD DEL ENTE A LA DESCRIPCION ANALITICA DE LA MATRIZ ESENCIAL. Pero esta definición requiere una explicación detallada.
Ante todo, debernos reparar en que el designio siempre revé la totalidad de su Plan y en que la razón siempre construye un esquema del designio que guarda correspondencia sémica con la totalidad de dicho Plan. En la figura 46, donde se ha representado el postulado esencial del modelo estructural, puede verse que, a cada esfera concéntrica del modelo de designio, es decir, a cada matriz arquetípica de la serie formativa en que consiste el Plan, corresponde un plano axial del modelo de esquema o Relación, del enlace cilíndrico de la estructura cultural: la totalidad de planos axiales forman un haz en el interior del enlace cilíndrico integrando su volumen, es decir, integrando su COMPRENSION. A cada uno de tales planos axiales, de naturaleza sémica, lo hemos denominado en la Primera Parte: CONCEPTO TAJADA, de la verdad del ente (ver figuras 14, 15 y 16). Es evidente, ahora, que un concepto tajada solo contiene la descripción sémica de una matriz arquetípica: por eso del mismo afirmamos que es un símbolo incompleto (del ente), un aspecto de la verdad. Solamente la aprehensión simultánea de todas los planos axiales, vale decir, si se experimenta la COMPRENSION del esquema completo del ente, solamente esa vivencia, brindaría al sujeto cultural y al sujeto consciente una noción cabal de la esencia óntica, una noción que corresponda racionalmente con el ser-para-el-hombre revelado por el ente, una noción que contenga no solo el conocimiento de la actualidad del ente, y aun su esencia permanente, sino también el proyecto de su destino real: es indudable, pues, que la representación racional o consciente, de un concepto tajada, por más profundo que este haya sido vivenciado, solo será un símbolo incompleto, un símbolo cuyo significado propuesto describirá un aspecto del ente, por ejemplo, una forma, alguna función, una cualidad, una propiedad, un rasgo, etc.
Pero esta última manera de vivenciar la verdad del ente, de modo meramente conceptual, es característica del pasú y del virya perdido, tal como se demostró en la Primera Parte. El sujeto cultural del pasú, por medio de la facultad traductiva, es capaz de explorar los distintos planos axiales del enlace cilíndrico y de notarlos, uno por uno, en el contexto significativo de un lenguaje habitual: cada plano axial corresponde, según vimos, a una matriz arquetípica del designio, y el concepto tajada que produce su vivencia contiene, asimismo, una descripción lingüística, una codificación, de la matriz arquetípica como “aspecto” de la verdad del ente. La facultad traductiva posibilita esa notación significativa y, además, la representación consciente de un símbolo emergente que replica lo significado: para ello, para asegurar la dirección de la emergencia hacia la esfera de conciencia, el concepto será siempre notado EN UN PLANO DE SIGNIFICACION HORIZONTAL por causa de la potencia activa que subyace en los símbolos del esquema, Recordemos lo dicho en la Primera Parte al respecto: “Consideremos el proceso del pensar racional. Un pensamiento ha iluminado un sistema y el relieve de un significado se perfila sobre el horizonte de la significación continua. Pero la facultad traductiva nota el significado perfilado sobre un determinada plano de significación: el contexto significativo que otorga significación al significado, se “nivela” sobre dicho plano particular. Sabemos que la facultad traductiva es la capacidad para tornar inteligible la verdad del ente en una pluralidad de planos de significación oblicuos: sin embargo, cualquiera que sea la inclinación del plano de significación, el pensamiento siempre es vivenciado con referencia a un “plano horizontal”. Esto ocurre así porque la facultad traductiva es una función de las potencias activas de las Relaciones: en toda Relación existe una referencia potencial a la esfera de conciencia, corno “centro de referencia” de sí mismo, que nivela y torna horizontales los planos de significación en los cuales el significado es notado. No importa, entonces, cuán oblicuo sea en la estructura cultural el plano de significación en el que la facultad traductiva haya notado el significado de una Relación: en el pensamiento el significado, y su contexto, siempre serán horizontales, o cuando la inteligencia sea tan elevada como para permitir notar el significado en varios lenguajes oblicuos” (página 105). “La actualización de un sistema, su “iluminación”, motiva al sujeto para experimentar su vivencia”: hemos visto que, en estos casos, el sujeto cultural se sitúa SOBRE el sistema, con el fin de vivenciar el esquema de la Relación. Pero el sujeto cultural ¿de dónde procede? ¿cómo llegó hasta el sistema iluminado? Respuesta: Indudablemente, salvo casos de anormalidad extrema, el sujeto cultural se encuentra SOBRE LA ESTRUCTURA HABITUAL, EN EL PLAMO DE SIGNIFICACION HORIZONTAL DEL LENGUAJE SOCIOCULTURAL. Para “llegar” al sistema iluminado el sujeto cultural se desplaza horizontalmente por la estructura cultural SOBRE EL PLANO DEL LENGUAJE HABITUAL. Pero este “llegar” al sistema sobre un plano horizontal implica que el esquema será notado en su contexto, es decir, que será experimentado como CONCEPTO DEL LENGUAJE HABITUAL” (página 168). Considerando el ejemplo de la figura 48, es decir, el caso en que el esquema “iluminado” correspondiese a la verdad de un caballo, el sujeto cultural notará, pues, el CONCEPTO HABITUAL del caballo, el concepto del caballo como “objeto cultural exterior”, el concepto del caballo en idioma corriente.
Mas este “concepto habitual” del caballo, que todos entienden porque está expresado en idioma corriente y alude al caballo real, ¿a qué matriz arquetípica del designio caballo corresponde? Respuesta: A la matriz esencial. Es evidente que si la matriz esencial es la forma subpuesta que individualiza al caballo, la forma que termina su naturaleza equina y hace de él ESE caballo, entonces ESE caballo será conocido primeramente bajo tal forma esencial: EL CONCEPTO HABITUAL DEL CABALLO ES UNA DESCRIPCION ANALITICA DE LA MATRIZ ESENCIAL DEL DESIGNIO CABALLO; y este “concepto habitual”, según vemos, es el aspecto de la verdad del caballo que normalmente se nota en el lenguaje sociocultural habitual, en el idioma corriente. Por eso definimos más atrás que “EL CONCEPTO DEL ENTE, EXPRESADO EN ESE LENGUAJE NORMALMENTE HORIZONTAL, PROPONE COMO VERDAD DEL ENTE LA DESCRIPCION ANALITICA DE LA MATRIZ ESENCIAL”.
El modelo de designio permite extender esta definición de “concepto habitual”, para todo ente. En la figura 46, en efecto, puede comprobarse que uno de los planos axiales, señalado , es paralelo al plano de significación horizontal (STT): EL PLANO AXIAL REPRESENTA AL CONCEPTO HABITUAL DEL ENTE, VALE DECIR, AL CONCEPTO DE LA MATRIZ ESENCIAL. En la misma figura se observan, además, otros planos axiales dentro del enlace cilíndrico o esquema del ente: son los conceptos tajada de las matrices virtuales del designio, conceptos qué solo pueden ser notados en el contexto de planos de significación oblicuos, correspondientes a lenguajes no habituales.
Toda matriz virtual se diferencia de su inmediata consecutiva en una cualidad o nota. Al ser interpretadas racionalmente como conceptos tajada, las diferencias cualitativas entre las matrices virtuales se mantienen invariantes. Por eso, a medida que nos alejamos del concepto habitual, es decir, del plano axial de la figura 46, los conceptos tajada oblicuos presentan diferencias cada vez mayores, ASPECTOS INSOLITOS DE LA VERDAD DEL ENTE. Es un caso análogo al examinado en E10 con respecto al designio caballo: “es fácil inferir que las matrices consecutivas más cercanas, matrices virtuales del caballo, solo han de diferir muy levemente de la matriz esencial activa: en una cualidad o nota cada una. Una diferencia apreciable recién podría advertirse luego de tomar “distancia formal” con la matriz esencial, es decir, luego de situarse en un punto distante de la serie formativa y de efectuar una comparación de la homología estructural con la matriz virtual allí observada”. Y este caso es análogo porque el postulado esencial del modelo estructural nos demuestra que a cada matriz del designio corresponde un plano axial o concepto tajada en el esquema de la Relación. En el esquema del caballo, por ejemplo, podemos imaginar que los conceptos tajada más cercanos al concepto habitual apenas difieren de este en alguna cualidad; al concepto habitual del caballo, correspondiente a la matriz esencial del designio caballo, le han de seguir, por ejemplo, los conceptos no habituales, pero muy semejantes, de “zaino”, “alazán”, “tordillo”, “overo”, etc. correspondientes a matrices virtuales del designio caballo, matrices que determinan las notas accidentales de la forma equina.
Ahora bien, hasta que extremo pueden llegar las diferencias cualitativas entre el concepto habitual y los conceptos oblicuos, ya lo hemos tratado al estudiar “El mito y el símbolo sagrado” (página 93). La serie formativa del designio es una procesión de matrices arquetípicas que van del Demiurgo al ente: en el extremo de la serie está Siempre el Arquetipo universal del ente, el cual es un Aspecto del Demiurgo, “el Dios del ente”; de aquí que al ser esquematizada por la razón, la matriz extrema del designio, la que corresponde al Dios del ente, conforme un concepto extremadamente oblicuo, un concepto tajada cuyo contenido se denomina “mito” y su representación “símbolo sagrado”. En el artículo citado, para el ejemplo específico de un esquema del pez, se describió cómo la fantasía de un pez alado podía desencadenar la emergencia de un símbolo sagrado, desde el concepto oblicuo correspondiente al Dios del ente, y la manifestación autónoma del mito. Pero la misma explicación podría aplicarse al caso del designio caballo y su esquema de la estructura cultural con solo considerar que en el extremo de la serie formativa, y consecuentemente en el concepto oblicuo más extremo, existe una matriz virtual que corresponde a un “Dios Caballo”, por ejemplo, a un Pegaso.
Hay que advertir, aquí, que la teoría gnoseológica de la Sabiduría Hiperbórea recién será expuesta completa en el quinto tomo, Como se explicará allí, el “postulado esencial del modelo estructural” permite describir analógicamente la “correspondencia gnoseológica” que se establece entre un ente externo designado y la estructura cultural del pasú durante la “percepción”. Sin embargo, el ente designado, que ha revelado su ser-para-el-hombre a la percepción del pasú, espera recibir el sentido mediante la “expresión” y convertirse en objeto cultural. Este segundo movimiento, la “correspondencia axiológica entre la estructura cultural y el ente externo, requerirá la definición de otro principio del modelo estructural para ser comprendido analógicamente: el “postulado patencial”.

E12 - Estudio analógico del designio átomo.
En E9, al explicar el principio de individuación de los entes, afirmamos que “A IGUALDAD DE ESPECIE IDENTIDAD DE DESIGNIO”. Este concepto significa que todos los miembros de una misma especie, por ejemplo los cinco perros de la figura 45, han sido señalados por el Verbo del Demiurgo con idéntico designio: EL DESIGNIO DE CADA PERRO ES IDENTICO; LO QUE HACE DE ELLOS “ENTES INDIVIDUALES” ES EL HECHO DE QUE EVOLUCIONAN AMOLDADOS A DISTINTAS MATRICES ARQUETIPICAS DEL MISMO DESIGNIO; TALES MATRICES ACTIVAS, EN CADA PERRO, SE DENOMINAN “MATRICES ESENCIALES”; SIN EMBARGO, POR PERTENECER TODAS ELLAS A LA SERIE FORMATIVA DEL DESIGNIO PERRO, LA MATRIZ ESENCIAL DE UN PERRO INDIVIDUAL PUEDE CORRESPONDER A UNA MATRIZ VIRTUAL DE OTRO PERRO; SI UN PERRO ES “CANIS FAMILIARIS” NO PUEDE SER A LA VEZ “CANIS LUPUS”: EMPERO, LA MATRIZ DEL “CANIS LUPUS” SE HALLA VIRTUALMENTE EN EL DESIGNIO DEL “CANIS FAMILIARIS”, CONJUNTAMENTE CON LAS MATRICES VIRTUALES DEL “CANIS OCCIDENTALIS”, “CANIS AUSTRALIANIS”, ETC. TAMBIEN, SI UN PERRO REAL ES, POR EJEMPLO, “NEGRO” ESTA CUALIDAD CROMÁTICA ESTE ACCIDENTE QUE SE AGREGA A SU ESENCIA CANINA ESPECIFICA; PERO TODA OTRA CUALIDAD CROMATICA POSIBLE, BLANCO, MANCHADO, ETC., ESTA PRESENTE EN SU DESIGNIO BAJO LA FORMA DE ALGUNA MATRIZ VIRTUAL DE LA SERIE FORMATIVA. EL PERRO NEGRO PODRIA ENFERMAR Y SU PELO VIRAR DE COIOR Y TORNARSE GRIS: PERO LA CONCRECION DE TAL ACCIDENTE SOLO ES POSIBLE PORQUE LA MATRIZ VIRTUAL DEL COLOR GRIS, SUBSISTENTE EN SU DESIGNIO, LO PERMITE.
La Sabiduría Hiperbórea siempre afirmó este concepto de “a igualdad de especie identidad de designio” y es por ello que desde muy antiguo hubo sabios que supieron ver, tras la matriz esencial que individualiza a un determinado ente específico, otras posibilidades formales subyacentes en su ser cognoscible a las que denominaron “cualidades potenciales de la cosa”, posibilidades que en realidad procedían de las matrices virtuales de la serie formativa del designio. Un ejemplo clásico de esta afirmación hiperbórea lo constituye el concepto de “materia” y de “átomo material”, cuya antigüedad se remonta a la época atlante y que se mantuviera hasta la Edad Moderna europea, es decir, hasta qué la “Ciencia empírica”, y gnoseológicamente daltónica lo desterrara. En este subartículo vamos a exponer aquel antiguo concepto hiperbóreo y a demostrar el error y la insuficiencia del concepto moderno con el que se lo reemplazó. El concepto hiperbóreo es bien sencillo de exponer: “EN TODO ENTE FISICO SU SUBSTANCIA MATERIAL SE CARACTERIZA POR SER DE UNA UNICA NATURALEZA ESENCIAL” Y: “TODOS LOS ÁTOMOS MATERIALES SON DE UNA MISMA ESPECIE”. La Sabiduría Hiperbórea afirmó, pues, de un principio, que SOLO EXISTE “UNA” SUBSTANCIA MATERIAL, “UNA” UNICA ESENCIA, “UN” SOLO TIPO DE ÁTOMO, debido al modo como el Demiurgo construyó el macrocosmos: por la imitación multiplicadora de una única mónada, reflejo de Sí Mismo, cuya manifestación material consiste en el átomo gravis, y por la combinación multiplicadora de los diez Arquetipos fundamentales, reflejo de sus diez Rostros, cuya expresión pneumática constituye el designio de los entes. La creciente ceguera de los hombres, correlativa con el avance de las Tinieblas del Kaly Yuga, fue degradando ese concepto y así se acabó por distinguir cuatro substancias básicas o esencias materiales, luego cinco o siete, últimamente noventa y dos elementos, y finalmente, en la actualidad, más de cien.
Pero lo ocurrido es también bien sencillo de explicar: mientras la Sabiduría Hiperbórea sostiene que EXISTE UN DESIGNIO ÁTOMO, en cuya serie formativa subsisten todas las matrices arquetípicas que individualizan a los entes específicas, la Ciencia actual ha clasificado a los entes físicos como si estuviesen compuestos por distintos tipos de substancia y a confeccionado, una “tabla periódica” en la que tales “substancias” están ordenadas por “número atómico”, es decir, por el número de electrones que suman en todas sus capas o niveles de energía, y encolumnadas de acuerdo a la repetición periódica de propiedades químicas similares. Un ejemplo de semejante tabla puede verse en la figura 50.
El criterio “científico”, y dogmático, empleado para desarrollar la tabla periódica se basa aun en el concepto de Robert Boyle, alquimista fracasado del siglo XVII, según el cual “un elemento físico fundamental es aquel que puede combinarse con otros para formar un compuesto, pero que no puede descomponerse en una substancia más simple una vez separada de toda otra substancia química”. Con tal criterio, los químicos han acabado por reconocer como “elementos fundamentales” y esencialmente diferentes a lo que solo son entes atómicos, gravis, individualizados por las matrices arquetípicas de un único “designio átomo”. La “tabla periódica” no es, pues, más que un “modelo de designio desplegado”, es decir, un modelo realizado inconscientemente por la Ciencia en el cual se “despliegan” erróneamente las matrices arquetípicas del designio átomo. Y decimos que se despliegan “erróneamente” porque la tabla periódica, tal como se observa en la figura 50, está ordenada DE IZQUIERDA A DERECHA, es decir, SEGUN EL SENTIDO DE LOS ALFABETOS INDOGERMANOS, lo que constituye un disparate esotérico puesto que dicho sentido fue dispuesto por Wotan cuando enseñó a los arios el uso de las runas JUSTAMENTE PARA RESIGNAR LOS DESIGNIOS ONTICOS. Las voces de todo designio, las matrices arquetípicas, por el contrario, tienen el sentido real de DERECHA A IZQUIERDA, como el alfabeto hebreo, y así debería ordenarse la “tabla periódica” si al menos se desea que en algo coincida con la realidad de los entes atónicos.
Figura 50
En la parte inferior de la figura 50 se ha representado un “modelo desplegado” del designio átomo, que muestra el sentido real del Logos demiúrgico y demuestra que los pretendidos “elementos fundamentales” solo son matrices arquetípicas de la serie formativa.
Según la Sabiduría Hiperbórea, y de manera análoga a como se explicó para el caso del designio caballo, en la materia atómica rige el principio: “a igualdad de especie identidad de designio”. Es decir que, siendo todos los átomos materiales ejemplares de una misma especie, su designio es idéntico, CUALQUIERA SEA LA CUALIDAD ESENCIAL QUE APARENTEMENTE LOS DIFERENCIE. Este concepto hiperbóreo será claro si nos referimos a casos concretos, por ejemplo, a los elementos de la tabla Periódica.
Según la Física, las substancias elementales de la tabla son esencialmente diferentes entre sí: no es lo mismo, por ejemplo, el elemento 79 que el elemento 82, no es lo mismo el oro que el plomo. El átomo de oro tiene 79 electrones mientras que el de plomo cuenta 82; pero, además, presentan diferentes pesos atómicos por causa del distinto numero de partículas del núcleo, especialmente neutrones: el átomo de oro “pesa” 196,967 en tanto que el de plomo: 207,19. Tales diferencias de “estructura atómica” causarían las distintas cualidades que caracterizan al elemento oro y al elemento plomo. Según la Física, pues, estos dos elementos, el oro y el plomo, constituyen dos substancias de la naturaleza esencialmente diferentes: NADA REAL HABRIA EN EL ORO QUE TENGA QUE VER CON LA ESENCIA DEL PLOMO Y NADA REAL HABRIÁ EN EL PLOMO QUE TENGA QUE VER CON LA ESENCIA DEL ORO; LA VINCULACION QUE LA FISICA ESTABLECE ENTRE AMBOS ES SOLO TEORICA, PRODUCTO DE LA COMPARACION ENTRE SUS ESTRUCTURAS ATOMICAS: EN LA REALIDAD AMBOS ELEMENTOS SON ESENCIALMENTE DIFERENTES Y NO HAY NADA CONCRETO EN ELLOS QUE LOS RELACIONE REALMENTE ENTRE SI. Tal el concepto de la Física.
Pues bien, algo muy distinto afirma la Sabiduría Hiperbórea sobre el oro y el plomo, o sobre cualquier otro elemento de la tabla periódica.
Para la Sabiduría Hiperbórea TODOS LOS “ELEMENTOS” DE LA TABLA PERIODICA SON MIEMBROS PARTICULARES DE LA MISMA ESPECIE “ÁTOMO” Y, POR LO TANTO, TIENEN IDENTICO DESIGNIO DEMIURGICO. Quiere decir que el hidrógeno (1), helio (2), litio (3)…, oro (79), mercurio (80), talio (81), plomo (82)…, uranio (92), etc., son entes atómicos que existen por causa del mismo designio demiúrgico: en cada uno de ellos subyace el mismo PLAN ACTIVO, la misma serie formativa de matrices arquetípicas. Lo que diferencia a los miembros de la especie átomo es el principio de individuación, vale decir, la matriz esencial con la cual se han individualizado dentro de la forma específica. Así, el “átomo de oro” no es más que la individuación de un ente atómico universal, o gravis, bajo la forma subpuesta de la matriz esencial “oro”; y lo mismo puede afirmarse, por ejemplo, del “átomo de plomo”, el cual consiste en un ente atómico universal o gravis, individualizado conforme a otra matriz arquetípica del mismo designio: la matriz esencial del plomo. Más, es importante advertir que en el “átomo de oro” la matriz del plomo, y cualquier otra matriz arquetípica que no haya intervenido activamente en el proceso de individuación, subsiste como matriz virtual; y lo mismo ocurre en el “átomo de plomo”, por ejemplo, en cuyo designio subsisten las matrices virtuales del oro y de cualquier otra substancia específica. Rara la Sabiduría Hiperbórea, pues, en oposición a la Física teórica, EN EL ORO HAY ALGO REAL DE LA ESENCIA DEL PLOMO Y EN EL PLOMO HAY ALGO REAL DE LA ESENCIA DEL ORO: SUS MATRICES VIRTUALES. Tal como lo afirmaba la Alquimia hiperbórea, EN EL PLOMO ESTA EL ORO Y EN EL ORO ESTA EL PLOMO, REALMENTE, COMO POSIBILIDAD DE CAMBIO ACCIDENTAL. Pero hay más aún: tanto en el oro como en el plomo, están también todas las matrices virtuales de los distintos elementos de la tabla periódica, lo que significa que el oro, el plomo u otro elemento, podrían hacer efectivas las cualidades de cualquiera de los restantes elementos con solo activar la matriz virtual del mismo, con solo subponerla.
Considerando a la esfera estratiforme como modelo del “designio átomo”, podemos imaginar que los átomos de cualquier substancia consisten en modelos semejantes: las diferencias entre distintos elementos procederían, entonces, de la actividad intensiva que ciertas esferas concéntricas del modelo, o matrices esenciales, desarrollarían en cada uno de ellos. Por ejemplo, si la esfera estratiforme representa a un átomo de berilio, debemos imaginar que la cuarta capa concéntrica, desde el centro, se ha activado de tal manera que ella sola determina el carácter de toda la esfera: es como si al mirar la esfera estratiforme solo pudiésemos percibir la cuarta capa, pero sabiendo con certeza que las restantes capas también se encuentran presente de modo virtual. Con este ejemplo se comprende que la actualidad de la cuarta capa, o matriz esencial, es análoga a la individuación de un átomo de berilio: un ente atómico universal, designado con un Plan que contiene las matrices arquetípicas de todos los átomos específicos posibles, se individualiza como átomo de berilio por la actividad conformadora de la cuarta matriz arquetípica de la serie formativa, la cual cumple entonces la función de matriz esencial del átomo de berilio. Y así como las restantes esferas concéntricas de la esfera estratiforme, que no obstante ser invisibles están presentes de modo virtual junto a la cuarta capa activa, así también las restantes matrices arquetípicas de la serie formativa del designio átomo, correspondientes a la forma de cualquier elemento atómico posible, subsisten de modo virtual en el átomo de berilio individualizado.
Utilizando una disposición esquemática semejante a la de la figura 48, en la que se describió el proceso de individuación de un caballo real, es posible demostrar gráficamente el concepto recientemente expuesto sobre el “designio átomo”. De esta manera, en la figura 51 vemos que el Arquetipo “átomo”, es decir, el Arquetipo “gravis” se manifiesta evolutivamente en el plano material mediante cinco entes atómicos cuyo valor, medido en la “escala gradual de momentos progresivos”, corresponde al “tercer grado”. En cada uno de estos entes atómicos subsiste la entelequia gravis como ser en sí, como término universal potencial: los arcos de espiral representan al proceso evolutivo que conecta continuamente al ser en sí de la pluralidad óntica con el ser universal de la singularidad arquetípica. Con otras palabras, el Arquetipo gravis, sin que se altere en ningún momento su singularidad absoluta, se manifiesta con su entelequia potencial en los cinco entes y les confiere naturaleza atómica, es decir, “existencia natural” e “impulso evolutivo”.
A estos cinco entes atómicos el Verbo del Demiurgo los designa con EL MISMO “DESIGNIO ÁTOMO”, tal como se muestra en la figura 51. Allí, en efecto, mediante el modelo de designio desplegado definido en la figura 50, se ve que en cada ente evolutivo concurre EL MISMO “DESIGNIO ÁTOMO”: tanto los cuatro átomos de berilio como el átomo de litio disponen de un “designio átomo” que causa su existencia individual.
En el núcleo indiscernible de los cinco entes atómicos subsiste la entelequia gravis, el ser en sí, el término universal potencial que les confiere naturaleza atómica: a esta naturaleza universal pone término particular el designio de cada ente atómico. Consideremos los cuatro átomos de berilio. En cada uno de ellos la naturaleza atómica se individualiza conforme a la matriz arquetípica del berilio, la cuarta de la serie formativa, que en estos casos se denomina “matriz esencial del berilio”. La cuarta matriz es, pues, el subpuesto esencial que termina individualmente la naturaleza universal de los entes atómicos, que hace de ellos ESOS átomos de berilio. Las restantes matrices arquetípicas de la serie formativa del designio átomo, las que corresponden a la forma hidrógeno, helio, litio, boro, carbono, etc., subsisten también en cada átomo de berilio como “matrices virtuales”, como determinaciones posibles de todo cambio accidental.
El átomo de litio, por su parte, es la terminación individual de un ente atómico conforme con la tercera matriz arquetípica de la serie formativa del designio átomo, la “matriz esencial del litio”. Las restantes matrices arquetípicas, como en el caso de los átomos de berilio, subsisten en el átomo de litio en calidad de “matrices virtuales”.
Figura 51
Pero es evidente que la “matriz esencial del berilio”, la cuarta de la serle, subsiste en el átomo de litio como “matriz virtual”, como solo una más de las matrices virtuales de su designio. Asimismo, la “matriz esencial del litio”, la tercera de la serie, es solo una de las matrices virtuales que subsisten en el designio de cada átomo de berilio.

E13 - Concepto sintético de designio demiúrgico.
Es oportuno, para completar la “Noción de designio demiúrgico” expuesta en esté artículo ‗E‘, comenzar por un breve epítome de los doce subartículos anteriores. En el, “Resumen sobre el designio demiúrgico”, se citaron definiciones pertinentes de la Primera Parte y se pusieron en primer plano los conceptos de finalidad y suprafinalidad: la finalidad de los entes viene determinada por su ser en sí, el cual es un “término universal”, en tanto que la suprafinalidad es un ser-para-el-hombre, el designio propiamente dicho, el cual es un “término particular”. Estos conceptos podrían denotar un significado completamente erróneo, impropio de la Sabiduría Hiperbórea, si no se aclarara exactamente qué debe entenderse por lo “universal” y lo “particular” de los términos. Tal aclaración se realiza detalladamente en los siguientes subartículos: desde E2 hasta E7 inclusive, se define el “ término universal”, la finalidad del ente, y desde E8 hasta E12, inclusive, se precisa el concepto de término particular, la suprafinalidad del ente.
Es así como en E2, “Análisis de la clasificación racional, se distingue entre lo “universal real” y lo “universal cultural” y se demuestra que toda clasificación sistemática de los entes se efectúa en la estructura cultural‘ con relaciones entre los conceptos tajada de dichos entes: lo “universal” que se afirma o evidencia de los entes, tras semejante clasificación psicológica, no es más que otro concepto tajada, un concepto “universal cultural”; pero en los entes concretos, de quienes procede el designio que dio lugar a los conceptos tajada, existe algo que es realmente universal: el Arquetipo universal que los sostiene y de cuyo ser ellos participan. Hay que descartar, pues, el concepto “universal cultural”, propio de la estructura cultural, y remitirse directamente al ente concreto.
En E3, “Especie y género de los entes externos”, se demuestra que “la especie”, a pesar de ser también un concepto tajada, se apoya efectivamente sobre los entes reales para su determinación: “el género”, por el contrario, es un concepto tajada definido sobre las especies, una operación sistemática pura de la estructura cultural: el género no accede a los entes reales sino a través de los conceptos específicos. Llegamos, entonces, a la conclusión de que el límite que separa a la especie del género es “la frontera de la certidumbre racional para todo virya despierto”. Por eso la comprensión de lo “universal real” solo podrá conseguirse a partir de conceptos específicos, es decir, a partir de conceptos que describan las cualidades de los entes concretos. Pero la búsqueda de lo universal real nos conduce directamente al Arquetipo universal que, en la singularidad absoluta de su ser universal, se manifiesta materialmente en una pluralidad de entes específicos: en la figura 45 se representó sinópticamente este problema. Un problema que recién será resuelto en E8 pero que ya quedaba planteado de esta forma: si el Arquetipo universal es capaz de repartirse en todos los entes específicos sin dividirse, lo que ya de por sí constituye un enigma ¿qué es lo que convierte a los entes específicos en entes individuales, vale decir, cuál es el principio que nos permite señalar ESE ente; allá AQUEL otro, etc.?
La definición “del ser en sí del ente externo”, en E4, esclareció definitivamente el concepto de lo universal real: la participación del Arquetipo universal en los entes específicos se realiza desde el “núcleo indiscernible”, una región no coordenable donde, como ser en sí, subyace la entelequia potencial. En todo ente hay, así, una naturaleza universal específica aportada por el término universal o ser en sí, por la entelequia potencial que es la misma en todo ente e idéntica al Arquetipo universal. “El Arquetipo gravis”, descripto en E5, ejemplifica con profundidad el concepto de “ser en sí” o entelequia potencial de los entes externos y proporciona importantes nociones sobre la Física Hiperbórea.
E6, por su parte, clarifica el concepto de “El núcleo indiscernible de los entes”, mostrando su alucinante cualidad de ser idéntico para toda entelequia potencial: el ser y la nada coexisten en ese punto por el cual, también, fluye el tiempo trascendente, la Conciencia del Demiurgo. De allí que, tal como se explica en E7, desde el núcleo indiscernible de los entes, “El Ojo de Abraxas” se contempla a Sí Mismo, con una mirada fija y multiplicada incansablemente en todo punto del espacio macro y microcósmico.
Estando, a la sazón suficientemente aclarado el concepto de “término Universal”, “ser en sí del ente”, llegó el momento de responder a la pregunta pendiente sobre la causa de la individualidad de los entes. Para brindar una explicación analógica que concordase con el modelo estructural desarrollado en la Primera Parte, en E8 se definió un “Modelo de designio del ente externo” consistente en una esfera estratiforme en la que, cada capa o esfera concéntrica, representa a una matriz arquetípica del designio; tal “modelo” analógico de designio se deriva del “postulado esencial del modelo estructural”, expuesto en E8. El designio demiúrgico es, según este modelo, un Plan activo cuyo proyecto contempla todas las determinaciones posibles de un ente específico: una serie de fases formales “que van del Demiurgo al ente”.
Al fin, en E9, se describió “El ser-para-el-hombre del ente externo”, quedando en claro que la suprafinalidad del ente incluye el “principio de individuación, el principio que permite reconocerlo como ESE ente concreto. El designio no solo es un ser-para-el-hombre, un ser pronto a revelarse al conocimiento humano, sino también el principio que conforma esencialmente al ente evolutivo, el principio de su individualidad real. Todo ente admite en su existencia dos determinaciones ontológicas: el término universal o ser en sí y el término particular o ser-para-el-hombre. El ser en sí, causante del impulso evolutivo, determina la existencia natural del ente, en tanto que el ser-para-el-hombre determina su existencia individual: a la naturaleza universal del ser en sí, en el ente específico, pone término actual la matriz esencial del designio. Las restantes matrices arquetípicas del Plan activo subsisten en el ente como “matrices virtuales” o determinaciones del cambio accidental: toda cualidad, nota, propiedad, rasgo, etc., que se agregue o quite al carácter esencial del ente en cualquier momento de su existencia, está determinado por la actividad accidental de las matrices virtuales.
En E10 se aplicaron estos conceptos para efectuar “El estudio analógico de un ente concreto”: el “caballo óntico” de la figura 48. Vimos allí cómo la matriz esencial del designio caballo, subpuesta en el ente equino, ponía término individual a la naturaleza universal con que el proceso del Arquetipo caballo impulsaba su evolución. La “Gnoseología del designio o ser-para-el-hombre”, explicada en E11, demuestra que el “concepto habitual” de un ente, es decir, el concepto tajada normalmente horizontal en lenguaje corriente, describe a la “matriz esencial” del ente: las restantes matrices arquetípicas del designio, las matrices virtuales, están descriptas en otros conceptos tajada distribuidos oblicuamente en el haz de planos axiales del enlace cilíndrico o Relación.
Por último, en E12 se practicó una nueva incursión por la Física Hiperbórea con el “Estudio analógico del designio átomo”. Comprobamos aquí que la materia consiste de una única especie de entes, Cuyos miembros son átomos arquetípicos individualizados según las distintas formas accidentales de la serie formativa del designio átomo: la tabla periódica de las substancias elementales, de la Física, no es más que una muestra incompleta del designio átomo desplegado; los átomos de los diferentes elementos de la tabla solo son entes individualizados según las distintas matrices arquetípicas de la serie formativa del designio: todos los átomos que existen, cualquiera sea su cualidad, están señalados por el Verbo del Demiurgo con la misma vox, con el mismo designio átomo; solo varía en cada uno la actividad de la matriz esencial.
El concepto sintético de designio demiúrgico obtenido como conclusión, al cabo de este epítome, es el siguiente: el designio es el ser-para-el-hombre del ente, una vox, una palabra, propuesta por el Verbo del Demiurgo para dar existencia individual al ente y para que el ente revele esta existencia al hombre; el designio es el término de la naturaleza universal del ente que causa su existencia individual conforme la matriz esencial de la serie formativa; el designio es un Plan activo consistente en una serie de fases formales o matrices arquetípicas, una de las cuales es la matriz esencial que causa la existencia individual de ente, y las restantes son las matrices virtuales que determinan sus cualidades accidentales; el Plan activo se denomina, también, “destino real del ente”; el designio es una producción del Logos del Demiurgo y las matrices arquetípicas que integran la serie formativa del Plan activo desarrollan una procesión que va del Demiurgo al ente; el designio está propuesto en el ente por el Demiurgo y la matriz esencial está subpuesta en el ente por el designio; el designio, la totalidad de sus matrices arquetípicas, está construido por la combinación de solo diez Arquetipos y estos, a su vez, son solo aspectos de una única mónada, imagen perfecta de El Uno; esta mónada manifestada en la materia con sus diez aspectos se denomina YOD: yod es la voz esencial con la cual se estructura una Lengua Sagrada, es decir, una lengua propia de una Raza Sagrada del Demiurgo; yod es el Santo Monosílabo de Jehová Satanás que integra toda vox y todo sermo; por eso, todo designio está escrito en la Lengua Sagrada solo por yodim, es decir, solo por una multiplicidad de voces yod; he aquí la Sabiduría Hiperbórea: cuando Wotan enseñó a los arios la lengua de los pájaros, como instrumento de reorientación estratégica, como Rúnica Noológica y arma capaz de abrir el camino del Regreso al Origen, su primera lección fue mostrar cómo se resignaba el yod óntico, es decir, el yod subyacente en todo designio demiúrgico; y entonces Wotan dijo que el yod se resigna por la expresión de la RUNA ODAL, quedando así neutralizado su nefasto poder; y desde aquella primera lección del Gran As, todo virya despierto, o iniciado hiperbóreo, dispone de la terrible posibilidad de resignar los designios de los entes, convirtiéndose en su Amo y Señor: la resignación de yod por la expresión de la RUNA ODAL es el secreto que estudian, en la actualidad, los Caballeros Tirodal, secreto que permitirá a la Runica Noológica hiperbórea superar a la cábala numeral hebrea, al final del Kaly Yuga, en el Día del Espíritu.

F - Relación jerárquica entre designios.
Valiéndonos de la noción de designio demiúrgico desarrollada en ‗E‘, podremos comprender la afirmación hecha en “D”: “entre el designio del caracol y el designio de la serpiente existe una RELACION JERÁRQUICA”.
Ante todo conviene relacionar analógicamente a la “facultad de clasificar” que dispone el pasú, y que fue descripta en “E2” y “E3”, con la “facultad de designar” que exhibe el Verbo del Demiurgo. El pasú, según vimos, puede operar sistemáticamente con el sujeto cultural en la estructura cultural y “abarcar conjuntos de Relaciones bajo la extensión de un concepto denominado clase”; en particular, “el género demuestra así, ser solo el producto de una operación sistemática efectuada con un grupo de conceptos tajada específicos y, por lo tanto, demuestra ser solo un “concepto de concepto”, una “función de función”, una “clase de clases”, etc.” (página 197-202). El Demiurgo, por su parte, realiza con su Verbo una operación análoga al designar los entes del macrocosmos, dándose el caso de DESIGNIOS QUE CONTIENEN EN SU PLAN ACTIVO EL PLAN DE OTROS DESIGNIOS, es decir, DESIGNIOS DE DESIGNIOS: el ejemplo clásico es el DESIGNIO PASU que contiene en su Plan a la totalidad de designios ónticos. En este sentido, el designio pasú es un Plan que abarca a todos los Planes de los designios ónticos del macrocosmos y es por eso que su proyecto se denomina “microcosmos”: un reflejo o copia invertida del macrocosmos donde están replicados estructuralmente todos sus entes. En el designio pasú todos los restantes designios están ORDENADOS JERARQUICAMENTE SEGUN SU FUNCION ESPECIFICA Y ESTRUCTURAL: El designio pasú, es, así, un “designio de designios”, un Plan de Planes: un microcosmos que contiene íntegramente al Plan del macrocosmos.
Aparte del designio pasú, que es el Plan activo de máxima extensión que el Demiurgo ha concebido, existen incontables designios de designios; en particular cabe destacar, como ejemplo fundamental, la relación jerárquica que guardan entre sí los designios del caracol y de la serpiente: el designio del caracol es un designio de designio cuyo Plan abarca al Plan del designio de la serpiente, tal como se muestra en la figura 52-b. Vemos allí que solo un conjunto de matrices arquetípicas, de la serie total de fases formativas del designio caracol, constituye el Plan del designio serpiente: este designio está claramente contenido en el designio caracol, el cual lo abarca dentro de su Plan.
Pero el hecho de haber tomado como ejemplo a estos dos designios particulares no carece de significado. La Sabiduría Hiperbórea, en efecto, afirma que el designio caracol, y el designio serpiente que le está subordinado, OCUPA UNA POSICION SOBRESALIENTE DENTRO DEL DESIGNIO PASU PORQUE EN TAL DESIGNIO SUBYACE EL PRINCIPIO CONFORMADOR DEL MOVIMIENTO ENERGETICO DE CUALQUIER NATURALEZA QUE ESTE SEA. ¿Qué quiere decir esto? Respuesta: que el movimiento de la energía siempre sigue una ley formal cuya descripción corresponde con alguna matriz arquetípica del designio caracol. De acuerdo con lo visto en “C”, por ejemplo, sabemos que la energía astral macrocósmica y la energía psíquica microcósmica se rigen por leyes cuya forma subyace en el designio del caracol, en tanto que la energía vital macro y microcósmica se rige por leyes formuladas en el designio de la serpiente: la relación jerárquica entre ambos designios y su influencia sobre tales tipos de energía se ha representado en la figura 52-a.
En general, la Respuesta anterior nos dice que la forma adoptada por el movimiento energético en cualquier fenómeno se rige NECESARIAMENTE por el designio caracol o por el designio serpiente: ello se debe a que la forma energética se conforma con alguna matriz arquetípica subpuesta perteneciente a la serie formativa de dichos designios, CUALQUIERA SEA LA NATURALEZA ARQUETIPICA QUE IMPULSA LA EVOLUCION DE UN ENTE, POR EJEMPLO, CABALLO, PERRO, O PEZ; JUNTO A LA MATRIZ ESENCIAL DE SU DESIGNIO, QUE LO INDIVIDUALIZA COMO CABALLO, PERRO, O PEZ, SUBSISTEN SUBPUESTAS LAS MATRICES ARQUETIPICAS DEL DESIGNIO CARACOL (O SERPIENTE) QUE RIGEN LA TOTALIDAD DE LOS MOVIMIENTOS ENERGETICOS DE LOS ENTES MENCIONADOS.
Figura 52 (a y b)
A las matrices arquetípicas del designio caracol que determinan la forma del movimiento energético, psíquico o vital (calórico, eléctrico, químico, hidráulico, mecánico, etc.) la Sabiduría Hiperbórea las denomina MATRICES FUNCIONALES. De aquí que el “símbolo sagrado del pasú representado en la figura 41 como signo espiral, sea considerado “LA MATRIZ FUNCIONAL DE LA LEY DE EVOLUCION”.
El designio pasú es un designio de designio que contiene al designio caracol. Esto quiere decir que en todo ente orgánico de la fisiología microcósmica, donde tenga lugar un movimiento energético de cualquier naturaleza, está subpuesta alguna matriz funcional con la cual se conforma la variación del fenómeno. En particular, la ley que rige el desarrollo de la esfera de conciencia del pasú, objetivo microcósmico de su finalidad, es la “ley de evolución”, la cual se conforma con la matriz funcional ESPIRAL del designio caracol. Un pasú específico que evoluciona de acuerdo al impulso del Arquetipo Manú es decir, un microcosmos potencial, se individualiza por la acción de la matriz esencial del designio pasú subpuesta en el ente microcósmico, a cuya naturaleza humana termina y da forma particular: la matriz esencial del pasú es, así, un Plan individual para realizar la evolución completa del microcosmos. Y, dentro del Plan en que consiste la matriz esencial, el puesto extremo está ocupado por la esfera de conciencia, por ser su evolución el objetivo microcósmico de la finalidad del pasú. Resulta, así, que la esfera de conciencia, por ser energética, evoluciona, “se mueve”, de acuerdo a la ley espiriforme de la matriz funcional y, por ocupar tal esfera un puesto extremo en la matriz esencial del designio pasú, resulta asimismo que el “símbolo espiral” ha de ocupar un PUESTO CENTRAL en la esfera de conciencia, el lugar de un CENTRO DE REFERENCIA DE SI MISMO. De allí que el símbolo espiral no solo sea la forma de la matriz funcional de la ley de evolución que rige el progreso de la esfera de conciencia sino que constituye fundamentalmente el símbolo sagrado del pasú, es decir, el símbolo con que el pasú se representa a sí mismo cuando el sujeto consciente reflexiona toda la esfera de conciencia para autoinspeccionarse. Pero semejante reflexión, y su expresión conceptual equivalente, significa el CONCEPTO DE ENERGIA, lo que no puede ser de otro modo puesto qué el símbolo espiral, producto de tal reflexión, es la forma de la matriz funcional que rige el movimiento evolutivo de la energía de cualquier naturaleza.
Figura 53
Figura 54
Esto ya fue adelantado en el artículo “C”, “Esquema de sí mismo y energía psíquica”, de la Primera Parte: “Este concepto es el de ENERGIA al que se pretende derivar de otros entes por desconocerse cual es el verdadero esquema del que procede. Pero, sin importar a cuál ente lo APLIQUE la Ciencia, EL CONCEPTO DE ENERGIA EXPRESA EL SIGNIFICADO DE LA ESFERA DE CONCIENCIA”. Podemos agregar ahora: Y A TAL CONCEPTO, EL PASU LO EXPRESA MEDIANTE EL SIGNO DEL ESPIRAL. En la figura 53 se puede observar una típica proyección petroglífica del símbolo sagrado del pasú mediante el signo del espiral; las tres espirales excéntricas de la izquierda, como es natural, representan las tres esferas psíquicas y, también, a la energía. La figura 54, por otra parte, muestra la sección esquemática del oído humano, pudiéndose apreciar a la derecha una cavidad en forma de caracol: siendo el oído un órgano sensorial cuya función consiste en percibir las variaciones de la ENERGIA ACUSTICA, no debe extrañar que su respuesta obedezca a una ley espiriforme: en la figura 55 puede verse un esquema auditivo convencional del caracol, graduado en decibeles.
Figura 55
Y el del oído es solo uno de los múltiples ejemplos que podrían aportase para demostrar la influencia conformadora que las matrices funcionales del designio caracol ejercen sobre los fenómenos energéticos del microcosmos: bastará, para dar una idea de esta influencia, con mencionar dos casos extremos: la DOBLE HELICE de la estructura molecular de los ácidos nucleicos y la ESPIRAL de Kundalini, la energía ígnea que se encuentra enrollada “como una serpiente” bajo el muladhara chakra; la explicación de por qué el logos plasmador microcósmico Kundalini suele ser percibido con forma serpentina se brindará en el tomo cuarto.
Una prueba de que en un remoto pasado todo esto era conocido la constituye la raíz común que en griego tienen las palabras SPEIRA y SPERMA. Speira, en efecto, quiere decir: ESPIRAL, CURVA DE UNA SERPIENTE; mientras que sperma significa: SEMILLA, SIMIENTE, GERMEN, ETC. Vemos, así, que en la Antigüedad existía un vínculo entre los conceptos de “germen” y “espiral” lo cual está muy cerca del concepto de la Sabiduría Hiperbórea que afirma que el proceso con que se desarrolla un “germen” sigue una ley en “espiral”, contenida en el designio “serpiente”.

G - Estudio analógico del designio pasú.
En la figura 56 vemos un esquema semejante al de las figuras 48 y 51, en el que se ha representado analógicamente, mediante el modelo de designio desplegado, el principio de individuación del designio pasú. A la naturaleza humana, que el Arquetipo Manú otorga al microcosmos potencial, pone término individual la matriz esencial subpuesta por el Logos demiúrgico: existe, así, el pasú, el animal hombre que progresa evolutivamente hacia la entelequia Manú o microcosmos actual. A cada lado de la matriz esencial se observan las matrices virtuales consecutivas que determinan las cualidades accidentales del pasú individual y su destino real.
Ahora bien: sabemos que la finalidad del pasú apunta a alcanzar la entelequia Manú y que para ello, en el Plan activo del designio pasú, se propone un objetivo microcósmico: desarrollar la esfera de conciencia hasta conseguir la autonomía óntica. Puede afirmarse pues, que el progreso evolutivo del pasú se mide en todo momento en relación al grado de desarrollo logrado por su esfera de conciencia. Con otras palabras, los grados sucesivos de progreso que va alcanzando el pasú en su evolución son expresión directa de los grados de desarrollo de su esfera de conciencia.
Pero, por una parte, ocurre que el progreso evolutivo sigue una ley espiriforme análoga a la curva helicoidal “ELIX” de la figura 56, que va del Arquetipo Manú al ente humano y que representa el impulso dado a su naturaleza específica por el ser universal. Y, por otra parte, sucede que “LA HISTORIA DEL MICROCOSMOS, CUYA LINEA SUBJETIVA CONSTITUYE LA CONCIENCIA DEL PASU, ES EL ESQUEMA DE SI MISMO O ESFERA DE CONCIENCIA”; “La historia del microcosmos es, así, un esquema en permanente construcción al que denominamos esfera de conciencia” (página 64). Es evidente, pues, que la helicoide evolutiva de la figura 56 y la “línea subjetiva” que constituye la historia del microcosmos son una y la misma cosa; por eso, sobre la escala gradual de momentos progresivos, se agregó la leyenda: “historia individual del pasú”.
El desarrollo de la esfera de conciencia, que es un fenómeno energético, se conforma según la matriz funcional de la ley de evolución del designio caracol: la esfera de conciencia progresa hacia la autonomía óntica siguiendo una trayectoria análoga a la curva ELIX de la figura 56, curva que representa, entonces, al “hilo de la conciencia”, a la continuidad histórica del sujeto anímico consciente. Este proceso evolutivo de la esfera de conciencia, de acuerdo con lo visto, es vivenciado por el pasú con “un símbolo sagrado” que se expresa como signo espiral: el símbolo sagrado del pasú emerge a la conciencia cuando este efectúa una reflexión sobre sí mismo, cuando aprehende al esquema de sí mismo, es decir, cuando el sujeto consciente piensa la esfera de conciencia como objeto de su pensar; entonces “ve” al símbolo sagrado de sí mismo, a la espiral continua de su propia historia.
Figura 56
Tal reflexión puede interpretarse análogamente en la figura 56 imaginando que miramos desde el pasú, es decir, desde la esfera central mas oscura, hacia el plano arquetípico, en forma paralela al eje del tiempo trascendente (TT); si el hilo de la conciencia, la historia del microcosmos, es un proceso continuo que va del pasú al Arquetipo, simbolizado en la figura por la curva ELIX ¿qué veríamos al mirar del modo indicado? Respuesta: una espiral plana, vale decir, el símbolo sagrado del pasú, la expresión de sí mismo. Semejante visión está representada en un recuadro aparte, bajo el título “tapasigno del registro óntico”, y es idéntica a la figura 41.
En este ejemplo cabe destacar que, por girar helicoidalmente en torno al eje del tiempo trascendente, cada punto de la curva, es decir, cada “momento” de la conciencia, es perpendicular a dicho eje o, lo que es lo mismo, EN CADA INSTANTE LA CONCIENCIA ES TRANSVERSAL AL TIEMPO TRASCENDENTE. Y tal hecho corresponde analógicamente con la realidad puesto que la conciencia del pasú es “tiempo inmanente” una especie temporal propia de la esfera de conciencia, del interior del microcosmos óntico, que fluye transversalmente al sentido del tiempo trascendente del macrocosmos. Debemos notar, empero, que esta correspondencia analógica entre la curva ELIX y el hilo de tiempo inmanente de la conciencia del pasú es una característica que diferencia fundamentalmente a la figura 56 de las figuras 48 o 51: en ellas, la curva helicoidal representa al “impulso evolutivo” de la naturaleza arquetípica universal de los entes específicos, caballo o átomos, que no posee carácter temporal propio. La curva ELIX, por el contrario, expresa la serie temporal del tiempo inmanente porque la evolución progresiva del pasú apunta particularmente a su autonomía óntica, a la consecución de un “tiempo propio” del microcosmos que lo contenga y abarque desde adentro”, un tiempo íntimo, esencialmente diferenciado del tiempo trascendente del macrocosmos por efecto de su principio de anisotropía. Notemos, por último, que un tiempo tal, íntimo del ente, ha sido representado en la figura 56 como curva exterior al ente, proyectada en el espacio analógico del macrocosmos; esto debe ser interpretado así: la curva ELIX, tomada en toda su extensión como en la figura 56, solo representa a la “historia” de la esfera de conciencia y por eso su representación solo puede ser UN RECUERDO, el REGISTRO del acontecer de la conciencia; entonces, solo es actual el punto de la curva, el instante, que coincide con el ente: los restantes puntos corresponden a instantes pasados.

H - El sentido como camino.
Al estudiar la alegoría del Yo prisionero (página 152) quedó en claro que la Canción de A-mort de los Siddhas persigue dos objetivos: primero, despertar y, segundo, “orientar” al Yo del virya perdido. Con respecto al primer objetivo, “despertar”, estamos ahora mejor informados sobre qué se requiere interna y externamente para ello: a partir de aquí, sin embargo, no debemos olvidar ambos objetivos pues el “símbolo sagrado del virya”, tirodinguiburr, a cuyo significado nos aproximaremos en el tomo séptimo, permite igualmente alcanzarlos. Empero, para que dicho significado resulte, entonces, claro, habrá que definir previamente ciertos conceptos fundamentales.
Ante todo, observemos que el proceso energético de producción de un pensamiento consciente puede ser visto, también, en forma alegórica. Tal punto de vista tiene la ventaja de que permite inducir una idea de la mayor importancia cual es el concepto del SENTIDO COMO CAMINO. El sentido, en efecto, es análogo a un camino, a una vía para progresar en la conciencia de las cosas. Más, para comprender el alcance macrocósmico de esta analogía, es necesario, como de costumbre, comenzar por la estructura psíquica del microcosmos; más precisamente: por el significado.
Reparemos en la figura 21. En ella está representado el momento en el que el sujeto cultural, apelando a su facultad traductiva, ha notado el sistema xx en el contexto significativo de un lenguaje habitual y lo ha tornado horizontal, sobre el plano (STT) PARA REFERIRLO AL UMBRAL DE CONCIENCIA ψ. El símbolo I, que imita al concepto xx notado, SE DIRIGE así hacia él mismo, hacia el esquema de sí mismo, y emerge en la esfera de luz como representación consciente. Alegóricamente podemos suponer que la facultad traductiva HA SEÑALADO UN CAMINO APRIORl PARA QUE SEA TRANSITADO POR EL SIMBOLO I DURANTE SU EMERGENCIA.
Ahora bien, Lo QUE EFECTIVAMENTE VARIA EN EL PENSAMIENTO RACIONAL DE UN ESQUEMA, POR EFECTO DE LA FACULTAD TRADUCTIVA, ES LA CODIFICACION DEL SIGNIFICADO, ES DECIR, EL CONCEPTO TAJADA: al optar por el plano de significación tal o cual, se elige un lenguaje determinado en cuyo contexto el concepto xx adquiere significado; el símbolo I, que lo imita, posee el mismo fundamento significativo cuando emerge en dirección al umbral de conciencia, vale decir, cuando transita por el CANINO DEL SIGNIFICADO. Esta alegoría es válida porque la facultad traductiva, según vimos, abre un camino al símbolo emergente CUYA DIRECCION DEPENDE DEL SIGNIFICADO.
Pero la alegoría se acaba con la confirmación de que el significado es análogo a un camino que el símbolo emergente recorrerá a posteriori. Mientras el símbolo I emerge por su “camino” observemos qué ocurre bajo el plano de significación (STT), en la “esfera de sombra profunda”. De acuerdo con lo visto en el comentario Décimo (página 207) sabemos que “bajo el plano de significación horizontal del lenguaje habitual, empleado por la facultad traductiva del sujeto cultural para notar un sistema xx, existen potencialmente múltiples planos de significación sobre los que se expanden sendos lenguajes virtuales”. Extendiendo la alegoría a tales planos virtuales de significación, podernos afirmar que: BAJO EL PLANO (STT) DEL CONCEPTO XX, VALE DECIR, ANTES DEL COMIENZO DEL CAMINO SIGNIFICATIVO QUE SIGUE EL SIMBOLO I, EXISTEN MULTIPLES “CAMINOS” POTENCIALES QUE PODRIAN SER ACTUALIZADOS POR LA FACULTAD TRADUCTIVA Y RECORRIDOS POR EL SIMBOLO I EN SU EMERGENCIA. El “camino del significado”, que sigue I para emerger a la conciencia, es solo uno entre muchos posibles: un camino que empieza en la frontera entre el inconsciente profundo (a, b) y el inconsciente superficial (c), y que concluye en el umbral de conciencia ψ , o sea, un canino que va de la inconsciencia a la conciencia; pero antes del comienzo de tal camino, en la región (a, b) del inconsciente profundo, existen “múltiples caminos” que se conectan (en el núcleo axial de connotación) con este “camino principal” elegido por la facultad traductiva para que sea recorrido por I. Como imagen alegórica puede suponerse que el comienzo del camino principal, seguido por I, es un nudo vial en el que convergen y se unen los extremos de una pluralidad de caminos secundarios.
Esta imagen alegórica total, del camino principal unido en un nudo con los restantes caminos significativos posibles, era perfectamente válida para el pasú. En el virya perdido, sin embargo, hay que tomar en consideración la modificación introducida por la “clave genética” de los Siddhas Traidores al mutar permanentemente el designio humano. Según se explicará más adelante, la introducción del Símbolo del Origen en el microcosmos DETERMINA LA DISPOSICION TOPOLOGICA DE LOS CAMINOS POTENCIALES DEL SIGNIFICADO. Mas la forma que dichos caminos se ven obligados a trazar no interesa por ahora, sino destacar que tal modificación se efectuó con criterio kármico o, mejor dicho, que el mecanismo ideado a la medida de los viryas, arranca en tal modificación: aquí está la clave, el secreto, que convierte a los Siddhas Traidores en los Señores del Karma; clave que solo puede ser revelada alegóricamente; secreto que Ellos denominan LLAVE KALACHAKRA.
Siendo el sentido la expresión del significado no debe extrañar que la alegoría vial pueda extenderse al macrocosmos. Para comprobarlo solo hay que recordar las correspondencias analógicas entre micro y macrocosmos sintetizadas sinópticamente en las figuras 38 y 39. Sabemos, en efecto, que el primer “sentido” puesto en los entes es el que expresa el pasú exteriormente al proyectar objetos culturales; el sentido de tales objetos se encuentra DIRIGIDO, por el dolor humano, hacia el “umbral del sentido”, al que atraviesan para emerger en la Conciencia del Demiurgo: este trayecto es, evidentemente, también análogo a un camino y podría ya hablarse de un “camino del sentido”, es decir, de una ruta seguida por el sentido al transformar al ente inconsciente en objeto cultural consciente, en idea macrocósmica distinta y clara. Sin embargo, con todo lo sugestiva que parezca, no estamos aquí frente a una correspondencia estricta sino ante una mera aproximación, ante una analogía de grado menor. Lo entenderemos si recordamos que la emergencia de un símbolo I en el microcosmos (figura 39) NO ES simplemente ANÁLOGA a la emergencia de un “objeto cultural” en el macrocosmos sino a la de un HECHO CULTURAL, es decir, ES ANALOGA a la emergencia de una superestructura de objetos culturales y hombres. El “camino del significado”, seguido por I en el microcosmos, es pues análogo al “camino del sentido” seguido por un hecho cultural al tornarse consciente para el Demiurgo.
Naturalmente, la coexistencia en el mundo astral profundo de múltiples espacios de significación potenciales, permite afirmar análogamente que el “camino del sentido” comienza en un nudo vial donde se juntan los extremos de otras tantas rutas provenientes del sentido potencial que PODRIA tomar el contexto habitual del mundo exterior; contexto del macrocosmos que sostiene y da sentido al propio microcosmos, en una suerte de feedback significado-sentido micro-macrocósmico. Y nos encontramos otra vez en pleno terreno del Terrible Secreto de Maya.
Finalmente, la alegoría del significado como camino será más exacta si la comprendemos desde el punto de vista de la Potencia y el acto. Tal como vimos en la Primera Parte, y tal como fue demostrado con mayor detalle en el artículo ‗C‘, la energía psíquica (Ep) que ACTIVA a todo símbolo emergente I es un producto de la potencia activa (w) de las Relaciones de la estructura cultural. Esto quiere decir que la energía psíquica es un ACTO de la potencia (w) y que, por consiguiente, el significado también lo es. Vale decir: el significado solo puede ser actual: un significado “potencial” no significa nada; lo mismo puede decirse del “camino” que éste transita: un “camino” solo puede ser actual, solo puede existir si es “caminado”; como dijera el poeta Machado: “no hay camino, se hace camino al andar”. ¿Cómo es, entonces, que hemos hablado de “caminos potenciales”, caminos que PODRIA tomar el símbolo I en su emergencia SI FUESEN ACTUALIZADOS por la facultad traductiva? Respuesta: porque el concepto de “caminos potenciales” es imprescindible para explicar la alegoría del “significado como camino”, aunque al emplearlo estamos, en verdad, otorgando significado a algo que solo es concebible como posibilidad; el camino REAL es el ACTUAL: los “caminos potenciales” son IRREALES, aunque posibles.
Lo mismo puede afirmarse del sentido como camino: de todos los caminos posibles solo es real el camino seguido por el hecho cultural actual. Los temas examinados en los próximos artículos ayudarán a aclarar esta definición.

I - Los Siddhas Traidores resignan el símbolo sagrado del pasú.
Comencemos por establecer los siguientes principios, ya demostrados precedente El SIMBOLO SAGRADO DEL PASU” ES LA REPRESENTACION SEMICA DEL NEXO QUE UNE EN TODO INSTANTE AL PASU CON EL ARQUETIPO MANU. SU EMERGENCIA INTERIOR EQUIVALE A LA MANIPESTACION DEL MAS POTENTE MITO, CUAL ES EL DIOS DEL ENTE MICROCOSMICO, EL MANU, EL ARQUETIPO DE SI MISMO. EL PASU RARA VEZ ESCAPA AL PROCESO DE ESTE SIMBOLO; ANTES BIEN EL SUJETO CONSCIENTE SUCUMBE A SU FAGOCITACION Y ACABA IDENTIFICADO CON EL MITO. POR OTRA PARTE, CUANDO EL PASU PROYECTA SU SIMBOLO SAGRADO MEDIANTE LA EXPRESION DEL SIGNO ESPIRAL, ESTABLECE UN NEXO EXTERNO CON EL ARQUETIPO MANU: POR ESE MOTIVO ESE SIGNO ERA EMPLEADO EN LA MAS REMOTA ANTIGUEDAD COMO “PLANO SAGRADO” DE TEMPLOS O PARA SENALAR LOS SITIOS DE CULTO, LAS CAVERNAS, POR EJEMPLO.
Y ELLO NO CARECIA DE FUNDAMENTO, PORQUE EL SIMBOLO SAGRADO. DEL PASU ES EN VERDAD EL PLANO DE SI MISMO. LA BASE DEL TEMPLO INTERIOR: SU PROYECCION EXTERNA, SOBRE UN ENTE, ES UNA EXTERIORIZACION DE SI MISMO, UN RECONOCIMIENTO EXTERIOR DEL PROPIO LLEGAR A SER, DE LA ENTELEQUIA MANU; ES VER A “DIOS” (EL DEMIURGO, EL UNO, EL MANU, ETC) EN SI MISMO Y PODERLO COMUNICAR. NATURALMENTE, PARA COMPRENDER ESTE PODER DEL SIMBOLO SAGRADO HAY QUE SUPONER QUE EN EL CENTRO DEL SIGNO ESPIRAL ESTA EL PUNTO INDISCERNIBLE, EL OJO DE ABRAXAS, EL NEXO ENTRE EL PLANO FISICO Y EL METAFISICO POR DONDE LOS ARQUETIPOS SE MANIFIESTAN EN EL MUNDO; ES DECIR: EN EL CENTRO DEL ESPIRAL ESTA EL YOD.
Ahora bien, si la espiral del símbolo sagrado del pasú representa al hilo de la conciencia, ello quiere decir que se trata de UN HILO DE SIGNIFICADO CONTINUO. Pero, tal como vimos en H, el significado es análogo a un camino. Resulta, pues, que el símbolo sagrado apercibido por el pasú durante su reflexión de sí mismo es la configuración del camino significado por su progreso evolutivo. Observemos nuevamente la figura 56; la curva helicoidal “ELIX” que va del Arquetipo Manú hasta el pasú individual es el desarrollo análogo del símbolo sagrado del pasú, la línea que representa al hilo de la conciencia, vale decir, “un hilo de significado continuo”. Por lo tanto, dicha curva representa un camino, EL SENDERO EVOLUTIVO DEL PASU. Más ¿qué significa dicho camino? Respuesta: que para el pasú, definido como “un ente evolutivo a cuya naturaleza humana universal o ser en sí del Arquetipo Manú pone término individual la matriz esencial del designio pasú”, NO EXISTE NINGUNA POSIBILIDAD DE EXTRAVIO OBJETIVO: el CAMINO hacia la concreción de su finalidad está determinado teleológicamente por la entelequia Manú que subsiste en sí mismo como “ser en si del pasú siendo imposible que éste pueda apartarse en algún momento del proceso evolutivo de su propio ser. El pasú, así, solo conseguirá atrasarse o adelantarse RELATIVAMENTE en su progreso hacia la perfección final pero no podrá jamás, por alguna determinación surgida de sí mismo, apartarse del camino hacia la entelequia, salirse de la ley de evolución, dejar de transitar el sendero prefigurado en el símbolo sagrado espiriforme. Y la RELATIVIDAD de su progreso se entiende, desde luego, con respecto al grado evolutivo de su comunidad cultural, medido en la escala gradual de momentos progresivos de los entes. Para el pasú, en fin, solo cabe el progreso, lento o rápido, hacia la entelequia transitando por el “sendero de la evolución”, SIN QUE EXISTA NINGUNA POSIBILIDAD DE EXTRAVIO OBJETIVO: el impulso del Arquetipo Manú, conformado por la matriz funcional de la ley de evolución, es una fuerza ontológica imposible de evitar desde lo óntico. Como el tren que puede o no llegar a horario a su última estación pero que no puede jamás apartarse del camino fijo que conduce DIRECTAMENTE a ella, así el pasú está obligado, por la determinación ontológica del Arquetipo Manú, a moverse y progresar hacia su finalidad, a la cual alcanzará más tarde o más temprano, siguiendo una ruta fija, un camino prefigurado en el símbolo sagrado del pasú y figurado en el signo espiral.
Esta respuesta se entenderá mejor si consideramos al sujeto anímico como el SUJETO EVOLUTIVO DEL PASU, es decir, el sujeto del cambio progresivo hacia la entelequia Manú, aquella parte del alma que experimenta y exhibe la evolución progresiva. El sujeto anímico, en efecto, cuyo campo de manifestación consiste en la estructura psíquica, se desplaza siempre SOBRE el camino significativo de la curva ELIX (ver figura 56) y ese mismo camino siguen también la totalidad de los fenómenos psíquicos: el sujeto racional o razón, contribuye con el movimiento de sus operaciones a la evolución de la estructura cultural, pudiéndose representar tales movimientos por arcos de la curva ELIX; la actualización de los Arquetipos invertidos de la memoria arquetípica sigue la misma ley y por eso los Principios y Relaciones de la estructura cultural se construyen con símbolos que son transferidos desde la memoria arquetípica conforme a trayectorias en arcos de ELIX; el desplazamiento del sujeto cultural sobre la estructura cultural se realiza siempre al hilo del significado continuo, vale decir, tomando por el “CAMINO DE ELIX”; y también siguen una trayectoria conforme a la espiral todos los símbolos que emergen hacia el umbral de conciencia tales como el “I” de la figura 21. Pero aquí conviene detenerse para obtener una importante aclaración. El objetivo microcósmico de la finalidad del pasú es la autonomía óntica y, para conseguirlo, es necesario desarrollar completamente la esfera de conciencia ¿cómo se inicia tal desarrollo? Respuesta: En el designio pasú, “en un punto de la serie formativa que integra su Plan, está designado el momento preciso en que el pasú efectuará el descubrimiento de sí mismo y dará comienzo a su historia, es decir, a la esfera de conciencia. En ese momento, y en todos los casos subsiguientes en que experimente semejante percepción, ocurre una INTUICION DE LA AUTONOMIA ONTICA, la cual, naturalmente, es a menudo interpretada como mera diferenciación sujeto objeto. La “posibilidad de autonomía óntica” causa una impresión altamente conmocionante que es interpretada por la razón como esquema del designio propio y traducida por el sujeto cultural como el símbolo cuya emergencia da lugar a la formación de la esfera de conciencia: EL SIMBOLO DE LA AUTONOMIA ONTICA ES EL PRIMERO EN EMERGER CON ENERGIA TRANSVERSAL; PERO ESA EMERGENCIA PRIMORDIAL NO SE EFECTUA “EN” EL TIEMPO INMANENTE PUES EL SUJETO CONSCIENTE AUN NO EXISTE, SINO QUE ES EL MISMO SUJETO QUIEN, POR CAUSA DE LA PRIMERA INTENCION CONMOCIONADA, SE DIRIGE HACIA UNA ZONA SUPERIOR DE LA PSIQUE Y ALLI COLOCA AL SIMEOLO COMO “CENTRO DE REFERENCIA DE SI MISMO”; A PARTIR DE ESTE SIMBOLO SE ESTRUCTURA LUEGO EL ESQUEMA DE SI MISMO O HISTORIA DEL MICROCOSMOS” (página 124). Más ¿cuál es este “símbolo de la autonomía óntica”, cuya emergencia primordial causa la existencia y posterior evolución de la esfera de conciencia? Respuesta: EL SÍMBOLO SAGRADO DEL PASU, representado en la figura 41 como el SIGNO ESPIRAL: un símbolo conformado por una matriz funcional del designio caracol conocida como “ley de evolución”.
Cabe agregar que con la expresión “CAMINO DE ELIX” se quiere significar abreviadamente “CAMINO CON FORMA DE CURVA ELIX”. Con el mismo criterio se dirá también “CAMINO ELIX”. Ambas expresiones, “CANINO DE ELIX” y “CAMINO ELIX” se emplearán indistintamente en adelante, siendo su significado el ya explicado.
Comprendemos ahora, mejor, por qué la apercepción que el pasú efectúa de sí mismo corresponde al símbolo sagrado espiriforme: porque tal símbolo constituye el fundamento de la esfera de conciencia, el “centro de referencia” de todo símbolo emergente en torno al cual se construye el esquema de sí mismo. Y todo símbolo emergente, necesariamente, sigue el camino de ELIX que conduce y culmina en dicho centro de referencia. El sujeto consciente, entonces, se desplaza también sobre el camino de ELIX; y esto no podía ser de otra manera, puesto que el sujeto racional, el sujeto cultural, y el sujeto consciente, son manifestaciones de un mismo sujeto anímico en distintas estructuras, a las cuales accede sin perder su continuidad esencial desplazándose por el camino de ELIX.
Analógicamente, la situación del sujeto consciente, la expresión más evolucionada del sujeto anímico del pasú, puede determinarse como sigue: el sujeto consciente se halla situado sobre el camino de ELIX, en un sector extremo del mismo radicado en la profundidad del ente; puede, pues, observar en dos direcciones, aunque su mirada se encuentra habitualmente dirigida hacia el umbral de conciencia, como “sujeto en presente extensivo (S.P.E.) (ver figura 25); como (S.P.E.) el sujeto consciente mira en la dirección del Arquetipo Manú, ubicado en el origen del camino de ELIX: hasta él podría llegar nuevamente el sujeto anímico en un solo movimiento CONTINUO Y DIRECTO, SIN POSIBILIDAD DE “EXTRAVIO OBJETIVO”, puesto que el camino de ELIX no se interrumpe en ningún lugar sino que consiste en una curva helicoidal de significación continua; más si el sujeto consciente mira en la otra dirección, es decir, hacia la entelequia Manú, podrá localizar su propio centro de referencia y apercibir el símbolo sagrado de su llegar a ser, el símbolo de sí mismo, que no es otro más que la continuación de ELIX hasta la entelequia potencial, basta YOD; o sea: el resto de la espiral evolutiva, prefigurada desde un principio en el destino real de su designio como “posibilidad de autonomía óntica” o concreción de la finalidad
De todo esto lo que nos interesa ahora es la conclusión de una respuesta anterior: para el pasú “NO EXISTE NINGUNA POSIBILIDAD DE EXTRAVIO OBJETIVO” pues el sujeto anímico, y todo su ser evolutivo, se desplaza sobre el camino de ELIX, un sendero continuo y DIRECTO desde el Arquetipo Manú hasta su entelequia.
Esta conclusión nos va a permitir comprender con más exactitud la técnica de la clave genética. Comencemos por un concepto ya expuesto en la Primera Parte: “la falla evolutiva del pasú, que motivó la intervención de los Siddhas Traidores, acorde con el Demiurgo, radicaba en la escasa evolución de su esfera de conciencia; pero, según acabamos de ver, tal evolución depende en gran medida del descubrimiento de sí mismo, es decir DE QUE EL DESIGNIO PASU REVELE EN ALGUN MOMENTO LA POSIBILIDAD DE AUTONOMIA ONTICA (el símbolo sagrado del pasú, el signo espiral); entonces, es evidente que en esa fase del Plan (la matriz funcional de la ley de evolución) ha de haberse producido la más importante intervención de los Siddhas Traidores. Y, en verdad, así ha ocurrido. Los Siddhas Traidores, ante la imposibilidad de modificar de algún modo los Arquetipos universales, que están sostenidos directamente por la Voluntad de El Uno, decidieron operar sobre el designio pasú, modificando permanentemente el destino del animal-hombre; por ese camino esperaban conseguir un rápido desarrollo de la esfera de conciencia del pasú, objetivo que efectivamente se cumplió” (página 124). En el artículo ‗F‘, en la misma página, se explicó de qué modo, mediante la “clave genética los Siddhas Traidores modificaron el designio pasú: resignando la matriz funcional de la ley de evolución con el Símbolo del Origen.
Recordemos aquella definición, a la que se hallará ahora dotada de mayor y más sugestivo sentido: ...”el Manú-Siddha Traidor, administra al pasú, durante el maithuna, el conocimiento de un designio modificado EN EL CUAL EL SIMBOLO DE LA AUTONOMIA ONTICA (o matriz funcional de la ley de evolución) HA SIDO SUSTITUIDO COMO INDUCTOR DE SI MISMO POR EL SIMBOLO INCREADO DEL ORIGEN. Pero el símbolo de la autonomía óntica (el símbolo sagrado del pasú) no ha sido eliminado sino RESIGNADO con el Símbolo del Origen, alterándose con ello su función de inducir el descubrimiento de sí mismo, el cual sería desde entonces determinado por el Símbolo del Origen”.
“El motivo de tal resignación obedece a la segunda fase del Plan de los Siddhas Traidores, es decir, al encadenamiento espiritual; porque aquí, en la resignación del símbolo sagrado del pasú con el Símbolo del Origen, SE APRECIA MEJOR QUE EN NINGUN OTRO ACTO LA GENIALIDAD INFERNAL DE LOS SIDDHAS TRAIDORES: EN EFECTO, DESDE ENTONCES, EL VIRYA YA NO TENDRIA “QUE DESCUBRIR”, COMO EL PASU, EL SÍMBOLO DE LA AUTONOMIA ONTICA PARA INICIAR LA FORMACION DE LA ESFERA DE CONCIENCIA SINO QUE EL SIMBOLO DEL ORIGEN “SERIA DESCUBIERTO” POR EL ESPIRITU ESFERA REVERTIDO Y EI SIN SABERLO, DESARROLLARIA PODEROSAMENTE LA ESPERA DE CONCIENCIA. La iniciativa evolutiva sería, así, cedida al Espíritu encadenado, al Yo perdido, en tanto que el alma, que le serviría de asiento, recibiría la evolución; y el hombre semidivino, el virya, habría de exhibir la permanente dualidad del alma y el Espíritu”.
“Finalmente, cabe agregar que el Símbolo del Origen, al reflejar el Yo Infinito, señala el comienzo de la historia del microcosmos o conciencia: el esquema de sí mismo se estructura, entonces, en torno al Símbolo del Origen. Pero, al emerger el Símbolo del Origen, lo hace transversalmente, transportado por el sujeto consciente que así se manifiesta por primera vez; y, como el Símbolo del Origen refleja al Yo Infinito y manifiesta un Yo EN el virya, se entiende que desde un primer momento el sujeto consciente y el Yo se encuentran identificados, confundidos profundamente. Más la confusión entre lo anímico y lo espiritual es una condición necesaria en el Plan de los Siddhas Traidores, para que el Espíritu Impulse la evolución del alma”. (página 124).
Con la resignación del símbolo sagrado del pasú por el Símbolo del Origen se concreta el encadenamiento espiritual y el pasú se convierte en virya: aparece, entonces, un Yo, reflejo del Espíritu eterno, identificado con el sujeto consciente y sumido en su temporalidad inmanente. Y este Yo, al que se UTILIZA para desarrollar la esfera de conciencia, no consigue jamás descubrir el Engaño: no logra salir de su confusión con el sujeto consciente y, lo que es peor, NO LOGRA VISLUMBRAR NI SU PASADO NI SU FUTURO EVOLUTIVO, posibilidad que era fácilmente accesible para el pasú con solo recorrer el camino CONTINUO Y DIRECTO DE ELIX. ¿Cómo se ha producido este extraordinario resultado? ¿qué ha cambiado en el símbolo sagrado del pasú con su resignación para que el Yo permanezca prisionero, sin saberlo, del sujeto consciente? Respuesta: HA APARECIDO LA POSIBILIDAD DEL EXTRAVIO OBJETIVO. En efecto, el sujeto consciente del pasú podía desplazarse en forma continua y directa por el camino de ELIX y REGRESAR hacia el Arquetipo Manú o ANTICIPARSE hacia su entelequia; pero esta posibilidad ha desaparecido definitivamente para el virya: su Yo estará siempre PERDIDO, extraviado objetivamente en el camino del significado continuo.
Esta respuesta será entendida correctamente solo si no se olvida que el Yo perdido, aunque se encuentre habitualmente subsumido en el sujeto consciente, jamás pierde por ello su propia identidad esencial. El Yo perdido es “una manifestación indirecta de Espíritu eterno” y, por lo tanto, algo esencialmente diferente del sujeto anímico, del alma evolucionante cuya esencia consiste en tiempo inmanente. Por el contrario, el Yo “en estado despierto”, es decir, no hipostasiado, es esencialmente atemporal: su temporalidad corriente proviene de la identificación subjetiva con el tiempo inmanente del sujeto consciente. Y es este Yo perdido, contaminado de tiempo inmanente, quien sustituye al sujeto consciente en la iniciativa evolutiva y desarrolla poderosamente la esfera de conciencia: así ocurre por que la esencia del Yo es la VOLUNTAD, en tanto que la esencia del sujeto consciente es el tiempo inmanente; la voluntad del Yo se impone al sujeto consciente y toma su control, pero queda con ese acto irremediablemente temporalizado. Sin embargo, tal como se ve, el Yo perdido permanece siempre subsumido en el sujeto consciente pero sin perder su esencia volitiva: ES EL YO PERDIDO QUIEN PADECE EL “EXTRAVIO OBJETIVO” MENCIONADO EN LA RESPUESTA ANTERIOR. EL SUJETO CONSCIENTE, EN CAMBIO, JAMAS PIERDE SU POSIBILIDAD DE ORIENTARSE HACIA EL ARQUETIPO MANU TOMANDO POR EL CAMINO DE ELIX: PARA EL SUJETO CONSCIENTE DEL VIRYA, LO MISMO QUE PARA EL PASU, NO EXISTE LA POSIBILIDAD DEL EXTRAVIO OBJETIVO. Pero ¿cómo puede estar el Yo perdido, un Yo sumido en el sujeto consciente, EXTRAVIADO OBJETIVAMENTE, si. para el sujeto consciente no existe la posibilidad del extravío objetivo, si siempre puede remontar el camino de ELIX en ambos sentidos? Respuesta: Es evidente que ello solo puede ocurrir porque el Yo perdido NO CIRCULA POR EL MISMO CAMINO QUE EL SUJETO CONSCIENTE, ES DECIR, POR EL CAMINO DE ELIX, SINO POR UN CAMINO PARALELO, EN EL CUAL SE CUMPLE LA CONDICION DEL EXTRAVIO OBJETIVO. Tal es el efecto de la resignación primordial que los Siddhas Traidores realizaran sobre el símbolo sagrado del pasú, sobre el camino de ELIX: en el virya existen ahora DOS CAMINOS, PARALELOS Y CORRELATIVOS; POR UNO DE ELLOS, “ELIX”, SE DESPLAZA EL SUJETO CONSCIENTE SIN POSIBILIDAD DE EXTRAVIO OBJETIVO; POR EL OTRO, “LABRELIX”, SE DESLIZA EL YO PERDIDO, EN PERMANENTE ESTADO DE EXTRAVIO OBJETIVO.
Se consigue así, por medio del encadenamiento espiritual, aprovechar la esencia volitiva del Yo para inducir la evolución del sujeto consciente: TODO MOVIMIENTO DEL YO PERDIDO, A PESAR DE EFECTUARLO EXTRAVIADO EN SU PROPIO CAMINO LABRELIX, ARRASTRA AL SUJETO CONSCIENTE EN DIRECCION DEL PROGRESO EVOLUTIVO SIN DESVIARLO NUNCA DEL CAMINO DE ELIX. Y vale la pena repetirlo: TODO MOVIMIENTO del Yo perdido es aprovechado para favorecer la evolución del sujeto consciente.
El Símbolo del Origen, plasmado en la memoria de la sangre del virya por efecto de la clave genética, debe ser sostenido “universalmente” para que subsista y se transmita como carácter hereditario. Con otras palabras, el Símbolo del Origen debe participar de un “soporte universal”, de modo semejante a como todo símbolo participa de los Arquetipos universales y recibe de estos su soporte. Pero el Símbolo del Origen no es de esencia arquetípica sino RUNICA: el Símbolo del Origen, en tanto que RUNA, es un símbolo INCREADO, es decir, no creado por el Demiurgo; no existe, pues, en el plano arquetípico, ningún Arquetipo que corresponda y pueda conformar a las RUNAS porque éstas, entre otras diferencias esenciales con cualquier Símbolo arquetípico, son por ejemplo INFINITAS. ¿Cómo, entonces, consigue la clave genética el extraordinario efecto de que el Símbolo del Origen sea sostenido universalmente en el plano físico manteniéndose permanentemente SOBRE el símbolo sagrado del pasú para su RESIGNACION? La respuesta a esta pregunta constituye el secreto mejor guardado por los Siddhas Traidores pues su revelación significa el conocimiento de un monstruoso mecanismo denominado SISTEMA REAL KALACHÁKRA: para dar una idea de sus enormes dimensiones, baste saber que INCLUYE a la Tierra y al Sol en su función operativa. Sin embargo, pese a las dificultades que supone la explicación de tal construcción extraterrestre, la respuesta será ofrecida en los tomos sexto y séptimo pues su conocimiento es imprescindible para concretar la liberación del encadenamiento espiritual.

J - Estudio analógico de la resignación del símbolo sagrado del pasú.
Es posible visualizar mejor el efecto que el encadenamiento espiritual causa en la esfera de conciencia del pasú recurriendo a una interpretación analógica relacionada con la figura 56. Empero será conveniente advertir que un estudio semejante podría revelar correspondencias mucho más rigurosas y exactas si se empleasen los instrumentos matemáticos adecuados, esto es, la Geometría Analítica y Diferencial. Como este no es el caso, nos contentaremos con recordar que los cuadrantes analógicos, que son cartesianos y ortogonales, no guardan correspondencia numérica sino conceptual con los fenómenos representados. Y vamos a agregar, además, otras cinco definiciones que permitirán comprender a la “resignación del símbolo sagrado del pasú” en el contexto del modelo analógico desarrollado hasta aquí.
Concepto de LÍNEA: Tengamos presente que si la curva ELIX representa al hilo continuo de la conciencia del pasú, entonces solo puede consistir de INSTANTES de tiempo inmanente. La CURVA ELIX, en tanto que LINEA GEOMETRICA, debe ser considerada como una sucesión de PUNTOS; pero la curva ELIX es una FUNCION del progreso evolutivo de la esfera de conciencia y, por lo tanto, cada uno de sus puntos ha de corresponder a un instante de tiempo inmanente.
Concepto de CONTINUIDAD: La CONTINUIDAD de la curva ELIX, Y DE CUALQUIER OTRA CURVA GRAFICADA EN LOS CUADRANTES DEL ESPACIO ANALOGICO (ES, TT, LD), se define simplemente como LA NO INTERRUPCION de la serie puntual: hay CONTINUIDAD si es posible pasar ininterrumpidamente de un punto a otro al desplazarse sobre la curva, es decir, si todos los puntos de la serie ESTÁN EN CONTACTO ENTRE SI.
Concepto de DIRECCION: La DIRECCION, para toda curva analógica, se define como LA DISTANCIA MAS CORTA entre un punto cualquiera de una curva y otro punto de referencia de la misma curva. Desde el punto de vista de la analogía vial, la DIRECCION es una apreciación subjetiva de la CURVATURA LINEAL que una curva-camino presenta al paso del sujeto anímico: así, se dirá que “el camino es tanto más directo cuanto más se aproxime su curvatura lineal a la matriz funcional de la ley de evolución, es decir, a la función espiral”. La curva ELIX es, en este sentido, el camino más DIRECTO posible que dispone el sujeto consciente para desplazarse evolutivamente en ambos sentidos del proceso arquetípico.
Concepto de DIRECCION CONTINUA: significa que en todo punto de la curva ELIX, al pasar a otro punto consecutivo en cualquier sentido, SE CONSERVA LA DIRECCION del movimiento. Vale decir, para un sujeto consciente que circule por un CAMINO ELIX NO EXISTE LA POSIBILIDAD DEL EXTRAVIO OBJETIVO: EL SUJETO, CON SOLO MARCHAR DE PUNTO EN PUNTO, ALCANZA INDEFECTIBLEMENTE LOS EXTREMOS DE LA FUNCION.
Concepto de ORIENTACION: Se denomina ORIENTACION al acto de evolucionar con DIRECCION CONTINUA sobre el camino del significado. La ORIENTACION es opuesta al EXTRAVIO OBJETIVO. La propiedad de una curva analógica, de brindar ORIENTACION, es una cualidad topológica conocida como ADISTOMIA, término que se definirá más adelante; la curva ELIX, por ejemplo, es una función A-DISTOMICA desde el punto de vista de la ORIENTACION.
Finalmente, tomando en consideración estos convenios y definiciones, podemos ver representados en la figura 57 los dos caminos analógicos seguidos por el sujeto consciente y el Yo perdido. La figura nos nuestra, naturalmente, solo un segmento de la curva ELIX, “el canino” por el que se desplaza el sujeto consciente, y, SOBRE ELLA, la curva LABRELIX, análoga al camino del Yo perdido, El hecho de haber graficado las curvas sobre UN PLANO, es decir, sobre el cuadrante (ES, TT), en lugar de hacerlo en un espacio tridimensional como el de la figura 56, se debe a que es necesario observar este fenómeno desde dos perspectivas diferentes, tal como se evidenciará enseguida: de todos modos, hay que suponer que el eje del “Logos demiúrgico” (LD) pasa por el centro del círculo que simboliza al pasú, por el punto central y en forma perpendicular al plano de la figura. Notemos también que, con la perspectiva de la figura 57, A CADA PUNTO DE LA CURVA ELIX CORRESPONDEN DOS PUNTOS DE LA CURVA LABRELIX: más, según veremos muy pronto, esto es solo una apariencia
Analicemos qué nos dice la figura 57. La curva ELIX representa al camino del significado continuo tomado por el sujeto consciente durante su evolución progresiva.
Figura 57
A esta evolución lo ha impulsado la voluntad del Yo perdido que se encuentra confundido con él: sin perder su esencia volitiva, el Yo perdido se desplaza por su propio camino LABRELIX, arrastrando al sujeto consciente hacia grados de mayor progreso evolutivo Pero el Yo perdido, de acuerdo con lo visto realiza está operación EN ESTADO DE EXTRAVIO OBJETIVO: ¿cómo puede ser ello posible? Para responder, analógicamente, a esta pregunta es que se requiere el empleo de una nueva perspectiva Y LA DEFINICION GEOMETRICA DEL CONCEPTO DE EXTRAVIO OBJETIVO.
Con la clave genética los Siddhas Traidores resignan el símbolo de la autonomía óntica, el símbolo sagrado del pasú, aplicando el Símbolo del Origen sobre el designio pasú: esta operación, el encadenamiento espiritual, es la que causa la aparición de un “camino LABRELIX” sobre el camino de ELIX. Desde el punto de vista analógico, el Símbolo del Origen causa el siguiente efecto: A CADA “PUNTO” DE LA CURVA ELIX, QUE DESDE AHORA VAMOS A LLAMAR “MONARQUE”, HACE CORRESPONDER UN “PUNTO” DE LA CURVA LABRELIX, PUNTO DENOMINADO “TETRARQUE”; tales puntos pueden observarse en la figura 58. Queda definida así, entre la curva ELIX y la curva LABRELIX una correspondencia biunívoca, tal que a cada punto de ELIX corresponde uno y solo un punto de LABRELIX y viceversa.
Figura 58
Sin embargo, se ve en la figura 58 que, mientras MONARQUE, el punto de ELIX, es una unidad esférica (M) el punto TETRARQUE de LABRELIX consta de cuatro recintos: ALFA (α), BETA (β), GAMMA () y DELTA (δ). Para comprender esta relación “de uno a cuatro” que existe entre los puntos monarque y tetrarque, hay que tener bien presente la analogía del, significado COMO camino.
Monarque es un instante del tiempo inmanente, pero también, como punto del camino de ELIX es UN sitio que ocupará el sujeto consciente durante su evolución. Desde ese sitio el sujeto consciente dispone de CONTINUIDAD, para regresar al Arquetipo Manú o anticiparse a la entelequia, pasando por los restantes puntos monarque de la curva ELIX; y asimismo dispone de ORIENTACION DIRECTA para efectuar ese tránsito, NO EXISTIENDO NINGUNA POSIBILIDAD DE EXTRAVIO OBJETIVO. Pero es el movimiento del Yo perdido, al pasar de un tetrarque a otro, la fuerza que impulsa al sujeto consciente a marchar de monarque en monarque por el camino de ELIX. Analicemos, pues, la forma, de este movimiento observando las figuras 58 y 59.
Figura 59
En principio el Yo perdido se encuentra en el RECINTO DE ENTRADA alfa (α) del tetrarque, en el instante inmanente en que el sujeto consciente ocupa el punto monarque (M). Frente al Yo perdido se halla, entonces, el RECINTO INTIMO beta (β) cuya característica esencial consiste en que bloquea el paso hacia otro tetrarque y en cambio permite el acceso hacia cualquiera de los RECINTOS DE SALIDA laterales, gamma () o delta (δ). Con otras palabras: EL YO PERDIDO SITUADO EN (α), NO PUEDE PASAR A OTRO TETRÁRQUE A TRAVES (β) PUES ESTE RECINTO ESTÁ CERRADO HACIA ADELANTE: DESDE (β) SOLO ES POSIBLE PASAR A () O (δ); AHORA BIEN, TANTO () COMO (δ), ESTÁN ABIERTOS HACIA ADELANTE, LO QUE PERMITE AL YO PERDIDO TRASLADARSE DESDE CUALQUIERA DE ELLOS AL SIGUIENTE TETRARQUE SUCESIVO. Y cuando el Yo perdido ejecuta ese paso, sea que provenga de () o de (δ), su movimiento arrastra sólidamente al sujeto consciente que entonces pasa también al siguiente monarque.
Bien que se miren las figuras 58 y 59, se advertirá que el Yo perdido se enfrenta en cada tetrarque a la secuencia inevitable: (α), (β), y () o (δ). Para comprenderlo indaguemos a la Sabiduría Hiperbórea ¿por qué se mueve un Yo perdido? Respuesta: porque su esencia volitiva lo impulsa a BUSCAR ORIENTACION; tal es la naturaleza ESTRATEGICA del Yo perdido, La BUSQUEDÁ DE ORIENTACION es, pues, el motor del Yo y con esa determinación ingresa siempre en los recintos de entrada de los tetrarque del camino LABRELIX. Ha partir de allí el Yo perdido se ve obligado a repetir las tres fases de una secuencia inevitable:
A cumplir esta sentencia, desde luego, el Yo perdido NO PUEDE NEGARSE puesto que el mismo principio que causa su aparición, esto es, la resignación del símbolo sagrado del pasú con el símbolo del Origen, determina también LA FORMA en que dicha aparición ha de ocurrir: el Yo perdido, como manifestación efectiva del Espíritu encadenado, solo puede existir sobre un camino LABRELIX formado por puntos tetrarque, un camino paralelo y correlativo al camino de ELIX por donde circula el sujeto consciente del pasú durante el proceso evolutivo del Arquetipo Manú.
Observemos que, más allá de las analogías que suscita “el significado como camino”, los puntos monarque y tetrarque corresponden respectivamente a ACTOS REALES del sujeto consciente y del Yo perdido. Tales “puntos”, en efecto, son símbolos que representan al ACTO del sujeto o del Yo en un momento dado de su acontecer: los “puntos”, entonces, son la expresión actual de las esencias respectivas. Por un lado, siendo el tiempo inmanente la ESENCIA del sujeto consciente, el monarque es el INSTANTE ACTUAL de dicho tiempo; vale decir, EL “INSTANTE” ES LA FORMA DEL ACTO TEMORAL. Por otra parte siendo la voluntad la ESENCIA del Yo perdido, el tetrarque es el MOMENTO ACTUAL de la volición egoica; pero el tetrarque tiene forma triple: con otras palabras, EL NOMENTO TETRARQUE DEL YO, EL ACTO VOLITIVO ADQUIERE SUCESIVAMENTE TRES FORMAS CARACTERISTICAS: durante la fase (α) el acto adquiere la forma de la BUSQUEDA; durante la fase (β) el acto toma la forma de la OPCION; y, durante, la fase () o (δ) el acto volitivo tiene la forma evidente de una DECISION.
No obstante, si no se olvida que el tetrarque configura las tres formas que adopta en un instante inmanente el acto volitivo del Yo perdido, la analogía vial será aún sumamente útil.
Así, supongamos que el camino LABRELIX es una curva compuesta por una serie sucesiva de puntos tetrarque y analicemos sus propiedades a la luz de las definiciones precedentes. Es evidente que el recinto de entrada (α) de un tetrarque posterior solo podrá unirse con el tetrarque anterior por uno de los recintos de salida () o (δ). Con el fin de visualizar adecuadamente una curva construida de manera semejante, se ha representado en la figura 60 el camino LABRELIX sobre el camino ELIX: reparemos que esta figura es equivalente a la figura 57 pues muestra el mismo segmento de las curvas ELIX y LABRELIX, aunque vistas desde otra perspectiva; en efecto, aquí el plano elegido para observar es el (ES, LD) pudiéndose constatar que el eje del tiempo trascendente (TT) se encuentra perpendicularmente al plano de la figura, “pasando” por el punto central del círculo que simboliza al pasú.
La figura 60 nos permitirá, al fin, DEFINIR GEOMETRICAMENTE EL “EXTRAVIO OBJETIVO” y explicar la función utilitaria que el encadenamiento espiritual le asigna al Yo perdido para favorecer la evolución del pasú. En primer lugar, notemos que la curva ELIX consta de “n” puntos monarque, M1, M2, M3, etc., cada uno de los cuales corresponde a un instante de tiempo inmanente, es decir, a un MOMENTO PRESENTE O ACTUAL del hilo histórico de la conciencia: el sujeto consciente, al desplazarse por un “camino” semejante, lo hace con DIRECCION CONTINUA hacia la entelequia Manú, o sea, permanentemente ORIENTADO, sin posibilidad de extravío objetivo. En segundo lugar, observemos que la curva LABRELIX consiste de una sucesión de puntos tetrarque, T1, T2, T3, etc., cada uno de los cuales coincide con un punto monarque de la curva ELIX; en rigor de la analogía, cada punto tetrarque se halla siempre SUPERPUESTO a su correspondiente monarque, de tal modo que la curva LABRELIX se halla SOBRE la curva ELIX: esta condición es analógicamente necesaria para expresar el hecho de que el Yo perdido se encuentra, en todo instante, SUMIDO en el sujeto consciente o, con más precisión, el hecho de que EL ACTO DEL YO PERDIDO SE CONFUNDE CON EL INSTANTE INMANENTE.
Figura 60
Es evidente que, contrariamente a la curva ELIX, en la curva LABRELIX es posible la ORIENTACION: el Yo perdido, al desplazarse por el camino LABRELIX, no conseguirá jamás una ORIENTACION CONTINUA semejante a la que obtiene el sujeto consciente marchando por el camino de ELIX. Para comprobarlo solo tenemos que examinar el movimiento del Yo perdido sobre un camino análogo al de la figura 60. En principio, se debe admitir que la curva LABRELIX es CONTINUA: es posible avanzar y retroceder sobre la misma sin hallar ninguna interrupción; todos los puntos tetrarque están en contacto entre sí, formando una serie continua, paralela y correlativa, a la serie puntual de la curva ELIX. Sin embargo, desde los recintos (α), ocupados por el Yo perdido al comienzo de cada instante inmanente, no es posible conocer la dirección exacta de los extremos de la función: PARA UN YO SITUADO EN UN TETRARQUE DETERMINADO, SOLO SERA POSIBLE ALCANZAR “EFECTIVAMENTE” OTRO TETRARQUE CUALQUIERA, PERO NO PODRÁ ANTICIPARLO. Por ejemplo, el Yo perdido situado en (α) de T1 solo podrá “ALCANZAR EFECTIVAMENTE” T5, ocupando REALMENTE los puntos analógicos T2, T3 y T4, pero no podrá PREVEER ni ANTICIPAR T5 porque los recintos íntimos (β) de cada tetrarque, “cerrados hacia adelante”, se lo impiden. Tal imposibilidad de ORIENTACION se denomina: EXTRAVIO OBJETIVO del Yo perdido.
El extravío objetivo puede ser entendido alegóricamente como si el Yo perdido marchase “a ciegas” por el camino LABRELIX, incapaz de vislumbrar lo que está más allá del momento actual; en el ejemplo reciente, se puede decir que el Yo perdido “no ve” a T5 desde (α) de T1, ni a ningún otro tetrarque anterior o posterior a T1. Esta propiedad de extraviar al Yo que posee el camino LABRELIX puede también explicarse así: para el Yo en T1, el punto T5 solo podría ser alcanzado tras resolver las OPCIONES que plantean β2, β3 y β4 antes de estos ACTOS concretos sería imposible para el Yo anticipar a T5 puesto que tal tetrarque ES EL PRODUCTO FINAL DE UNA SERIE DE OPCIONES Y ELECCIONES IMPREVISIBLES, resueltas por el Yo perdido durante la marcha; y esto mismo vale para cualquier otro tetrarque ubicado en cualquier punto del camino LABRELIX. El Yo jamás sabe hacia dónde va: SOLO BUSCA; y en esa búsqueda avanza o retrocede por LABRELIX sin conocer nada más allá del tetrarque actual. El EXTRAVIO del Yo se denomina “OBJETIVO” porque es real, determinado externamente a su voluntad de orientación por la acción del Símbolo del Origen que le impone un camino constantemente bifurcado. Más el EXTRAVIO OBJETIVO ocasiona también en el Yo un efecto SUBJETIVO: es la sensación de RECTINEALIDAD de su desplazamiento por el camino LABRELIX; este efecto se ha simbolizado en la figura 58 con la LINEA RECTA que indica el ingreso del Yo al punto tetrarque en oposición a la CURVA que señala la trayectoria del sujeto consciente por el camino ELIX. El Yo perdido tiene siempre el convencimiento de que se mueve sobre una línea recta y, como habitualmente se encuentra confundido con el sujeto consciente, es decir identificado subjetivamente con el tiempo inmanente, extiende esa creencia a toda esencia temporal y supone sin más QUE EL TIEMPO TRANSCURRE EN FORMA LINEAL. Demás está decir que todo esto es puramente subjetivo, una ilusión producida por el EXTRAVIO OBJETIVO que experimenta el Yo perdido en el camino LABRELIX.
Pero muy distinta es la situación del sujeto consciente durante ese movimiento desorientado del Yo: este, cualquiera sea el movimiento efectuado por el Yo, siempre avanza en DIRECCION CONTINUA de la entelequia Manú, progresando evolutivamente por el camino de ELIX. Así ocurre porque el encadenamiento espiritual, la resignación del símbolo sagrado del pasú con el Símbolo del Origen, determina que el Yo perdido marche en EXTRAVIO OBJETIVO por el camino LABRELIX mientras arrastra, con la fuerza de su voluntad de búsqueda, al sujeto consciente por el camino ELIX del progreso evolutivo.
Examinemos ahora, con más detalle, las propiedades de la curva LABRELIX de la figura 60. Ante todo, vemos que en cada Instante inmanente, M1, M2, M3, etc., el Yo perdido efectúa las tres fases de un acto volitivo correspondiente, T1, T2, T3, etc. Esto significa que la VELOCIDAD RELATIVA del Yo perdido es, por lo menos, tres veces mayor que la del sujeto consciente.
Con esta velocidad superior, el Yo perdido realiza los siguientes movimientos sobre el camino LABRELIX en el instante M1 el Yo ingresa en el recinto de entrada (α) del tetrarque T1, en un acto volitivo de búsqueda; con esa determinación pasa entonces al recinto íntimo (β), adonde se ve obligado a optar entre dos senderos alternativos () o (δ); la elección del Yo recae en (δ) e ingresa así a un recinto de salida; en el instante M2 el Yo se traslada desde (δ) de T1 a (α) de T2; ingresa a la sazón en (β) y opta por el recinto de salida (δ); tras esa elección, en el instante M3, el Yo se desplaza al recinto (α) de T3 para iniciar una nueva búsqueda; ya en (β) opta por la salida () desde donde se traslada, en el instante M4, al recinto de entrada (α) de T4; y de este modo, decidiendo instante tras instante el rumbo a seguir, avanza el Yo por el camino LABRELIX, sumido irremediablemente en el extravío objetivo.
No será necesario insistir demasiado, ni agregar ninguna aclaración, si afirmamos que EL CANINO LABRELIX TIENE LAS DIMENCIONES ANALOGICAS DE UN LABERINTO INTERIOR, UN LABERINTO EN EL QUE EL YO SE ENCUENTRA PERNANENTEMENTE EXTRAVIADO, SIN POSIBILIDAD DE ORIENTARSE EN NINGUN SENTIDO. El desplazamiento del Yo sobre el camino LABRELIX, efectivamente, cumple la secuencia de todo aquel que se encuentra EXTRAVIADO en un laberinto: BUSQUEDA (de la salida), OPCION (entre dos caminos que se bifurcan) y ELECCION (por uno de ellos). Pero el camino ELEGIDO conduce invariablemente a una nueva bifurcación, frente a la cual es necesario OPTAR nuevamente, repitiéndose perpetuamente el drama del extravío: búsqueda, opción y elección. Más las dimensiones laberínticas del camino LABRELIX constituyen algo más que una mera alegoría formal: la Sabiduría Hiperbórea afirma la realidad del laberinto interior en el que se halla extraviado el Yo perdido. Por eso las vías de liberación espiritual que propone solo pueden ser comprendidas con términos del Misterio del Laberinto, Misterio que se ha expresado desde antiguo con el “símbolo sagrado del virya”, es decir, con TIRODINGUIBURR, el laberinto exterior de Wotan (tomo séptimo).
En los tomos sexto, séptimo y octavo, volveremos sobre el laberinto, interior y exterior; continuaremos ahora con el examen del camino LABRELIX. Por lo que hemos visto, el mismo consiste en una sucesión de tetrarques, puntos que “obligan” al Yo a cumplir una constante y repetida secuencia de las fases “búsqueda”, “opción” y “elección”: por esta constante necesidad de OPTAR entre alternativas () o (δ), con que los tetrarque condicionan al Yo, es que la Sabiduría Hiperbórea también los denomina: PUNTOS DISYUNTIVOS.
Ofreciendo cada punto de la curva LABRELIX una DISYUNTIVA es evidente que el Yo ha de permanecer en el extravío objetivo. Desde el punto de vista geométrico, esta propiedad de la curva LABRELIX, de bifurcarse en cada punto, se denomina DISTOMIA. En griego, la palabra DISTOMOS alude a una DOBLE DIVISION; por ejemplo, la distomía de una CUEVA implica que ésta posee DOS ENTRADAS, la distomía de una espada que ésta tiene DOS FILOS, etc.; Y LA DISTOMIA DE UN CAMINO SUPONE SU BIFURCACION. De aquí que al camino LABRELIX se lo califique de DISTOMICO y que a la curva LABRELIX, que se bifurca en cada punto, se la denomine FUNCION DISTOMICA.
Así, la propiedad de EXTRAVIO OBJETIVO que el camino LABRELIX presenta para el paso del Yo perdido, tiene su correspondencia geométrica en la cualidad de la curva LABRELIX de ser una función DISTOMICA, una curva formada por puntos disyuntivos en la que no existe ninguna posibilidad de ORIENTACION. La curva ELIX, inversamente, se denomina ADISTOMICA por su cualidad de presentar DIRECCION CONTINUA, es decir, ORIENTACION en todos sus puntos.
Recordemos, por último lo dicho en “H”; “la introducción del Símbolo del Origen en el microcosmos DETERMINA LA DISPOSICION TOPOLOGICA DE LOS CAMINOS POTENCIALES DEL SIGNIFICADO”. Esto quiere decir que para el Yo perdido, no solo su propio camino LABRELIX, sino TODO SIGNIFICADO CONTINUO SE TORNA DISTOMICO por efecto del Símbolo del Origen.
Para el pasú, según vimos en “H”, en el núcleo axial de connotación existe un “nudo vial”, un punto analógico del camino ELIX donde se conectan los caminos potenciales que se dirigen a otros planos de significación oblicuos: tales caminos potenciales, desde luego, si fuesen actualizados por la exploración del sujeto cultural, se conformarían con la matriz funcional de la ley de evolución y serían semejantes a ARCOS DE ESPIRAL, a segmentos de la curva ELIX.
Para el virya, por el contrario, en el núcleo axial de connotación existe ADEMAS un nudo vial distómico donde se conectan los caminos potenciales que se dirigen a otros planos de significación oblicuos: pero tales caminos potenciales, EN LA APERCEPCION DEL YO PERDIDO, serán también distómicos, segmentos de la curva LABRELIX. Aunque el Yo perdido se asienta fundamentalmente en el sujeto consciente puede ocurrir que a través de éste, aperciba el reflejo de los actos sistemáticos del sujeto cultural: si se diera ese caso, el Yo perdido solo tomará conocimiento de los caminos potenciales bajo su forma distómica, sin cambiar en ningún momento su estado de EXTRAVIO OBJETIVO. Es por eso que, PARA EL YO, la estructura cultural aparezca representada o intuida como un LABERINTO INTERIOR; ello es producto de la reducción distómica que el Símbolo del Origen causa en TODOS los caminos significativos de la estructura psíquica frente a la apercepción del Yo. Y, así como el pasú proyecta el signo espiral como expresión del “símbolo sagrado del pasú” o matriz funcional de la ley de evolución, así también el virya PROYECTA A “TIRODINGUIBURR”, EL SIGNO LABERINTO EXTERIOR, COMO EXPRESION DEL SIMBOLO DEL ORIGEN, el cual es causa del laberinto interior: tirodinguiburr, como se explicará en el tomo séptimo constituye el “símbolo sagrado del virya”.
El Símbolo del Origen, al causar la distomía de todo significado continuo de la estructura psíquica, al convertir a esta en un “laberinto interior” para la apercepción del Yo perdido, produce un curioso efecto subjetivo denominado CUADRANGULARIDAD DE LA ESPERA DE SOMBRA. Este efecto, que no es más que la asimilación de toda la esfera de sombra a la forma del tetrarque, produce en el Yo la impresión de que lo inconsciente de la estructura psíquica está regido por el número cuatro; inversamente, suele ocurrir que el número cuatro rige inconscientemente la apercepción del Yo y determina la cardinalidad del pensamiento. Las cuatro estaciones, los cuatro puntos cardinales, los cuatro vientos, los cuatro elementos, las cuatro edades, etc., son divisiones arbitrarias de lo real causadas por la forma “tetrárquica de la esfera de sombra”.
Pero la esfera de luz, asiento del sujeto consciente y, por consiguiente, del Yo perdido, también experimenta un efecto cuantificador característico, por causa del Símbolo del Origen: se trata en este caso de la TRIPARTICION DE LA ESFERA DE LUZ. Aunque el tetrarque representa la CUÁDRUPLE forma que el acto volitivo del Yo es capaz de adoptar, es evidente que en su paso por un tetrarque el acto real del Yo es esencialmente TRIPLE: (α), (β) y () o (α), (β) y (δ). Al manifestarse en la esfera de luz, en cada punto del camino LABRELIX, el Yo efectúa un acto TRIFORME que determina la ordinalidad del pensamiento: todo cuanto se supone regido por un “término medio” tiene aquí su origen. Por ejemplo, la acción “mediadora” del número dos en la serie 1, 2, 3; mañana, tarde y noche; arriba, medio, y abajo; pasado, presente y futuro, etc.

K - De cómo el encadenamiento espiritual causa el desarrollo del esquema de sí mismo.
El examen analógico de la figura 60 nos ha permitido comprender con más precisión el encadenamiento espiritual, producto de la resignación del símbolo sagrado del pasú con el Símbolo del Origen. Nos toca ahora estudiar el efecto que tal operación ha causado en el microcosmos potencial. Más concretamente, nos proponemos indagar cómo el encadenamiento espiritual causa una aceleración evolutiva tan importante en el pasú que justifica, aún después de millones de años, su permanente empleo por parte de los Siddhas Traidores.
Para comenzar, recordemos los términos del problema que debieron resolver los Siddhas Traidores. En la Tierra existía un homínido primitivo denominado pasú, el cual, no obstante su escaso grado de desarrollo, constituía una fase del desenvolvimiento del Arquetipo Manú; más, a pesar de su primitivismo, este animal-hombre poseía algo extremadamente valioso, según el criterio de los Siddhas Traidores: el “designio pasú”. El pasú, en efecto, era un microcosmos potencial, poseía en su designio el Plan completo del microcosmos; y este Plan consistía, ni más ni menos, que en la réplica del Plan del macrocosmos. Los Siddhas Traidores se abocaron, entonces, a la comprensión de este Plan y a proyectar una modificación que permitiese acelerar la evolución del pasú; con ese fin concertaron un acuerdo con el Demiurgo Solar y recibieron, de éste, el poder sobre las jerarquías dévicas de la Tierra; Sanat Kumara, el Demiurgo planetario, Jehová Satanás, cedió en ese momento su sitio en el Trono del Mundo a Ridgen Gyepo, quien, como Rey del Mundo, fundó la Jerarquía Blanca e inició un reinado que dura hasta hoy. Las cláusulas de aquel infame Pacto con el Demiurgo serían sin ninguna duda incomprensibles y alucinantes para cualquier virya perdido y por eso conviene conocer solo los dos puntos salientes de todo el argumento: los Siddhas Traidores se comprometieron a hacer cumplir al pasú los objetivos micro y macrocósmicos de su finalidad con una velocidad mucho mayor que la desarrollada hasta entonces por el proceso evolutivo del Arquetipo Manú, generando con ello un DOLOR sin precedentes en el Mundo; el Demiurgo concedió autorización, como contrapartida, para que los Siddhas Traidores permanezcan en el Universo de El Uno hasta el Mahapralaya.
Ahora bien, al tiempo de la llegada de los Siddhas Traidores, el pasú ya había desarrollado la estructura psíquica: disponía de la esfera afectiva, la esfera racional, y “una incipiente esfera de preconciencia” (página 2). Pero el objetivo microcósmico de la finalidad exige que el pasú desarrolle la esfera de conciencia hasta el extremo de que todo el microcosmos se refleje en ella, permitiendo al sujeto consciente reflexionar en un pensamiento al microcosmos totalmente racionalizado, es decir, “pensarse a sí mismo”: en este grado de la evolución, el pasú obtiene la autonomía óntica y cumple el objetivo microcósmico. La “modificación” que los Siddhas Traidores proyectaron sobre el designio pasú debía apuntar, evidentemente, a favorecer el desarrollo acelerado de la esfera de conciencia. Esto se consiguió, como ya se dijo, resignando en el designio pasú el símbolo sagrado del pasú con el Símbolo del Origen: la elección recayó en tal símbolo porque el mismo constituye el “centro de referencia” de sí mismo, es decir, el centro en torno del cual se estructura el “esquema de sí mismo” o esfera de conciencia.
Aparece así una nueva especie sobre la Tierra: el VIRYA u hombre semidivino. En la sangre del virya, como herencia genética de los Siddhas Traidores, subsiste el Símbolo del Origen que resigna, con su sola presencia, al símbolo sagrado del pasú, presente en el designio pasú: cuanto más pura es la sangre hiperbórea del virya tanto más potente es el Símbolo del Origen para resignar al símbolo sagrado del pasú y superar las tendencias animales de su propia herencia genética. Y esta presencia resignadora del Símbolo del Origen es la que causa la extraordinaria aceleración evolutiva de la esfera de conciencia del virya.
Más ¿cómo causa el Símbolo del Origen exactamente el efecto calculado por los Siddhas Traidores? Respuesta: porque introduce en el seno del sujeto consciente una fuerza poderosa, que se suma al impulso evolutivo del Arquetipo Manú y arrastra irresistiblemente al sujeto consciente hacia la entelequia; esta fuerza es la que causa el desarrollo inusitado del esquema de sí mismo o esfera de conciencia; y esta fuerza es, naturalmente, la esencia volitiva del Yo perdido. Recordemos que la Traición Blanca es un Misterio Mayor al que la Sabiduría Hiperbórea divide en dos actos principales: el primero es la reversión de los Espíritus Esfera, vale decir, la confusión estratégica de los Espíritus Hiperbóreos; y el segundo acto es el plan que los Siddhas Traidores proyectan para cumplir su Pacto con el Demiurgo.
Tal plan constaba de dos fases, una de las cuales consistía en plasmar el Símbolo del Origen en la sangre del virya por medio de la clave genética, y la otra en el encadenamiento espiritual, es decir, en la introducción de “una fuerza poderosa” en el seno del sujeto consciente: el Yo perdido, su esencia volitiva.
El Símbolo del Origen causa el encadenamiento espiritual y la manifestación, en la esfera de conciencia, del Espíritu encadenado bajo la forma del Yo perdido, un Yo que es reflejo del Yo Infinito. Pero el Yo perdido, cuya esencia es la voluntad, se encuentra subsumido de entrada en la naturaleza temporal del sujeto consciente, obligado a actuar como fuerza impulsora de su proceso evolutivo. Así ocurre porque el Símbolo del Origen no solo causa la manifestación del Yo en el seno del sujeto consciente sino que también causa su permanente EXTRAVIO OBJETIVO, determinando que el Yo se desplace por un camino distómico, paralelo al camino adistómico seguido por el sujeto consciente en su evolución progresiva. El Yo, cuya esencia volitiva tiene la forma de la búsqueda de orientación, se ve forzado por el camino LABRELIX a permanecer siempre en EXTRAVIO OBJETIVO, cualquiera que sea su movimiento; pero todos los movimientos del Yo actúan como una fuerza poderosa que arrastra al sujeto consciente por su propio camino ELIX, hacia la entelequia Manú, hacia la autonomía óntica. Es decir, se cumple el objetivo microcósmico de la finalidad del pasú y, también, las condiciones del Pacto entre los Siddhas Traidores y el Demiurgo.
El Símbolo del Origen causa, pues, la presencia del Yo en el camino LABRELIX y el movimiento de éste causa, a la vez, el desplazamiento acelerado del sujeto consciente por el camino ELIX, cumpliéndose entonces el objetivo microcósmico de la finalidad del pasú QUE EXIGE EL DESARROLLO DE LA ESPERA DE CONCIENCIA, ES DECIR, DEL ESQUEMA DE SI MISMO. Por eso conviene reformular y plantear nuevamente la pregunta anterior, y buscar ahora una respuesta más precisa ¿cómo causa el Símbolo del Origen, con el Yo perdido en el sujeto consciente, exactamente el efecto calculado por los Siddhas Traidores, esto es, EL DESARROLLO DEL ESQUEMA DE SI MISMO O ESFERA DE CONCIENCIA? Respuesta: El Yo mantiene al sujeto consciente en constante movimiento, reflejo de su infructuosa búsqueda de orientación por el camino LABRELIX; pero todo movimiento del sujeto consciente “ES INTERPRETADO POR LA RAZON COMO INTERROGACION” (página 157); y en respuesta a las flexiones del sujeto consciente la razón, y el sujeto cultural, emiten un flujo permanente de imágenes referidas a sí mismo QUE SE ESTRUCTURAN EN LA ESFERA DE CONCIENCIA Y DESARROLLAN EL ESQUEMA DE SI MISMO. El esquema de sí mismo, en resumen, crece permanentemente como efecto de la fuerza que la esencia volitiva del Yo perdido, en su búsqueda de orientación, aplica sobre el sujeto consciente.

L - El camino LABRELIX, laberinto interior.
Como conclusión fundamental de este inciso hay que extraer el concepto definido últimamente sobre el EXTRAVIO OBJETIVO que el Yo perdido experimenta al desplazarse sobre el camino LABRELIX. Este camino distómico representa, para Yo, un verdadero laberinto interior, por cuyos senderos transita extraviado, repitiendo constantemente la secuencia de búsqueda (α), opción (β) y elección () o (δ). Frente a una situación tan sombría cabe preguntarse ¿es posible que el virya perdido obtenga alguna vez orientación estratégica y consiga liberarse del encadenamiento espiritual? o, lo que, según vemos ahora, es lo mismo ¿es posible que el Yo perdido consiga alguna vez orientarse en el laberinto del camino LABRELIX y pueda abandonarlo para siempre? Respuesta: Tal como ya lo adelantamos en la Primera Parte, ello es posible aplicando una vía de liberación espiritual de las siete más una que propone la Sabiduría Hiperbórea, en particular aplicando la “vía de la oposición estratégica” que se estudia en este libro. Esta vía, cuya técnica secreta ha sido confiada por los Siddhas Leales a la ORDEN DE CABALLEROS TIRODAL de la República Argentina, permite AISLAR AL YO PERDIDO DEL SU JETO CONSCIENTE MEDIANTE UN ARQUEMONA INTERIOR, MEDIANTE UN CERCO TENDIDO EN TORNO DEL YO. Semejante arquémona interior es, desde luego, una RUNA NOOLOGICA; y la operación por medio de la cual el Yo perdido queda resignado y orientado hacia el selbst, se denomina PRIMERA INICIACION HIPERBOREA. La aislación del Yo, en efecto, solo puede obtenerse como “Iniciación” puesto que a partir de allí el Yo será inmortal por el resto del manvantara.
Aparte de la Primera Iniciación Hiperbórea, la Orden de Caballeros Tirodal posee el conocimiento y los medios necesarios como para otorgar las dos iniciaciones siguientes: la Segunda iniciación que transforma al virya perdido, cuyo Yo ha sido aislado rúnicamente del sujeto consciente, en virya despierto; y la Tercera, y última, Iniciación que trasmuta al virya despierto en Siddhas Berserkr, liberando definitivamente al Espíritu eterno de la confusión estratégica y del encadenamiento espiritual. Pero todo esto será explicado con detalle más adelante, luego de que hayamos penetrado en el Misterio del Lagrgal y sepamos algo más sobre el origen de las runas.
Figura 61

M - Correspondencias analógicas entre el punto tetrarque y la runa gibur.
Aunque el concepto recién será definido en otro tomo, es conveniente señalar ahora las correspondencias analógicas que existen entre el punto tetrarque y la runa GIBUR, la última de las trece más tres runas que comprende el “alfabeto” TIRODAL DE WOTAN. Tales relaciones se han expuesto sinópticamente en la figura 61. Vemos allí que el brazo mayor de la runa gibur es análogo al recinto de ingreso (α) del tetrarque; los tres brazos menores son análogos a los otros tres recintos del tetrarque: el brazo central de la runa es análogo al recinto íntimo (β) y los dos brazos restantes corresponden respectivamente a los recintos de salida () y (δ) del tetrarque.
Conviene señalar también que, por razones que se explicarán más adelante, la runa gibur recibe ciertos nombres característicos de acuerdo a su disposición. Tal como se muestra en la figura 62, si la runa gibur se dispone con los tres brazos hacia arriba se denomina TRIDENTE DE POSEIDON o, no con tanta propiedad, TRISULA DE SHIVA, y representa al arma de los Siddhas.

Figura 62
Por otra parte, si la runa gibur se dispone con los tres brazos hacia abajo, se llama ESPADA DE WOTAN, y representa al arma de los viryas despiertos.


FIN DEL TOMO 2